Los Mayores FRAUDES de la Historia - LimaClara Ediciones
Los Mayores FRAUDES de la Historia - LimaClara Ediciones
Los Mayores FRAUDES de la Historia - LimaClara Ediciones
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
_________ * Raúl Silverio López Ortego * ________<br />
llorando para siempre.<br />
Y logró el empleo que tantas veces soñó. Comenzó<br />
una soleada mañana <strong>de</strong> noviembre. Allí tuvo sus primeros<br />
dineros propios, los primeros alimentos verda<strong>de</strong>ros, <strong>la</strong>s<br />
primeras ropas <strong>de</strong>centes. Fue <strong>de</strong>scubrir un mundo<br />
fantástico. Por primera vez no <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> <strong>la</strong>s miserias<br />
humanas, sino <strong>de</strong> su propio esfuerzo. Y fue feliz.<br />
Llegó a conocer, por <strong>de</strong>más, los dolores y <strong>la</strong>s<br />
tragedias humanas. Frecuentó, y muy <strong>de</strong> cerca, a los<br />
sinvergüenzas que aso<strong>la</strong>n este mundo, sus mezquinda<strong>de</strong>s,<br />
sus engaños, sus estafas. Timoteo pudo ser igual a tantos<br />
jóvenes <strong>de</strong> su edad: frecuentar boliches sicodélicos, <strong>la</strong><br />
noche y sus consecuencias. Ir a festivales <strong>de</strong> rock o<br />
partidos <strong>de</strong> fútbol, un lugar en don<strong>de</strong> <strong>de</strong>sahogar resentimientos<br />
y <strong>de</strong>satar pasiones. No fue así. Llevó <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
siempre en su corazón el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ayudar a aquellos que<br />
sufren y lloran. Gran<strong>de</strong>s cicatrices revistieron su alma y<br />
certificaron su anhelo y también fortalecieron su ánimo y<br />
su esperanza.<br />
Dedicó sus magros recursos, y sobre todo su<br />
tiempo, a ayudar a niños abandonados; darles una fruta,<br />
un sandwich, una gaseosa; también ayudó a los viejecitos<br />
y a <strong>la</strong>s embarazadas abandonadas. No alcanzó su sueldo<br />
para comprarse aquel<strong>la</strong> campera <strong>de</strong> cuero con <strong>la</strong> que tanto<br />
soñara o aquel reloj que le marcaría el mes y el día. Poco<br />
le importó; empujó todos sus <strong>de</strong>seos hacia el futuro:<br />
"<strong>de</strong>spués; un poco más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte; con el próximo aguinaldo",<br />
se <strong>de</strong>cía. Empero, tal aguinaldo nunca llegó;<br />
siempre hubo una mano que dar. Un día comprendió, con<br />
pavor creciente, que jamás terminarían el hambre y el dolor,<br />
<strong>la</strong> angustia y <strong>la</strong> soledad.<br />
A pesar <strong>de</strong> ello, no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> seguir ayudando. Ocultando<br />
tras el velo <strong>de</strong> sus ojos el dolor interno, transmitió alegría<br />
y pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> consuelo. Siempre alentó con <strong>la</strong> Bienaventurada<br />
Esperanza, con <strong>la</strong> alegría <strong>la</strong>tente, que: “Esto ¡algún<br />
día va ha cambiar!<br />
Si no disponía <strong>de</strong> dinero <strong>de</strong> o alimentos, daba su<br />
______ <strong>Los</strong> <strong>Mayores</strong> Frau<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Historia</strong>________<br />
176