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Son usados principalmente por los hombres para conquistar y adornar las virtudes
femeninas. Últimamente las mujeres también se atreven a decírselos a un hombre
que les llame la atención.
A continuación resaltamos los más usados en la vereda:
“Adiós belleza”, se refiere a una mujer muy bonita.
“Qué monumento”, destaca el buen cuerpo y bonita cara de una mujer.
“Se me apareció la virgen”, es una mujer demasiado perfecta para ser real.
“Hoy se descuidó San Pedro y se salió un angelito”, mujer de cara angelical que
inspira ternura.
“Tiene más ojos que una piña”, es una mujer de ojos grandes y llamativos.
“Camina como una yegua de cien millones”, mujer de caminar elegante y
provocador.
“Qué yucas y yo comiendo pabilos”, se refiere a una mujer de piernas esbeltas y
contorneadas.
“Flaca tírame un hueso”, se le dice a una mujer delgada pero de aspecto llamativo.
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