ACCESO - Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación

SALAS REGIONALES
que asistimos a tan magno encuentro suscribimos
la declaración de Guadalajara.
En ella se proponen diversas acciones,
todas importantes; sin embargo me gustaría
destacar sólo dos:
a) Incorporar la perspectiva de género y
los derechos humanos de las mujeres
en la aplicación e interpretación de
las normas jurídicas de la jurisdicción
electoral; y
b) Crear programas de capacitación
jurídica popular con perspectiva de
género que permitan a las mujeres el
conocimiento de sus derechos y las
vías de acceso a la justicia electoral.
Para incorporar la perspectiva de género
en la función interpretativa del orden judicial se
necesita de toda una labor previa de concientización
y sensibilización que implique una estrategia
de conocimiento del fenómeno de género.
Sólo con un proyecto integral, que incluya
sensibilización y capacitación del personal jurídico
que integra los órganos de impartición
de justicia, podremos lograr un cambio en los
paradigmas de la interpretación de las normas
jurídicas y atender un enfoque de género con
perspectiva de igualdad jurídica.
Sin embargo, al tratarse de una cuestión
cultural, no es suficiente que existan leyes que
incluyan acciones afirmativas de género, ni que
se sensibilice a los jueces; lo que realmente se
vuelve indispensable es que se tomen acciones
de difusión y capacitación de una cultura
de género, mediante las cuales cambiemos la
idiosincrasia de nuestros pueblos.
Debemos lograr la igualdad de trato y de
oportunidades entre hombres y mujeres, el
respeto a los derechos de la población femenina;
propiciar su desarrollo integral; su
posición hacia el interior de la familia; y alentar
su participación en los ámbitos político,
económico, social y cultural.
Para ello, fomentemos una cultura de
respeto y de igualdad entre ambos géneros,
impulsemos que al interior de las familias,
los partidos políticos y en la ciudadanía en
general se genere una verdadera convicción
que favorezca la participación de la mujer
en la vida política del país, que por supuesto
incluya la toma directa de decisiones.
Hay que difundir no sólo los espacios a los
que tienen derecho, sino las acciones para
hacerlos respetar. Tenemos que enseñarles a
usar los mecanismos jurídicos contemplados
en las leyes para que, quienes se vean afectadas,
impugnen el acto que consideren lesivo
de sus derechos político-electorales.
Después de participar en este encuentro
y de compartir las experiencias que ahí se
señalaron, estoy convencida que la única
forma de resolver el problema de fondo, es
enseñando a las nuevas generaciones a vivir
con perspectiva de género.
Lo que realmente se
vuelve indispensable
es que se tomen
acciones de difusión
y capacitación de
una cultura de
género, mediante las
cuales cambiemos
la idiosincrasia de
nuestros pueblos.
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