Seminario Bíblico de las Américas 1

Seminario Bíblico de las Américas 29
Lección 3
El Período de la Inauguración (15 meses)
Lo que llamamos el “período de la inauguración”
del ministerio de Jesús se refiere a su bautismo en agua
en el Río Jordán, su tentación por el diablo en el desierto,
y como llamó a sus primeros discípulos, sus primeros
dos milagros, la primera pascua donde limpió el templo,
y el regreso a Galilea donde realmente comenzó su
ministerio público. Solo Juan relata algunos de estos
eventos. Tal vez surge la pregunta, “Por qué no mencionan
los evangelios sinópticos su ministerio temprano en
Judea?” Tal vez porque este período de Judea se relacionaba
más con los últimos meses del ministerio de
Juan que con el ministerio de Jesús. Después que terminó
la misión de Juan, empezó la misión especial de Cristo.
Era su tiempo de preparación.
I. SU BAUTISMO EN AGUA
(Mt. 3:13-17; Mr. 1:9-11; Lc. 3:21-22; Jn. 1:31-34)
La primera pregunta que surge es, “¿Por qué Jesús
tenía que bautizarse? El bautismo de Juan era un
El Río Jordán
bautismo de arrepentimiento y confesión de pecados, y
es obvio que Jesús no había cometido ningún pecado. En Mateo 3:14-15 nos dice, “Mas Juan se le
oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por tí, ¿y tú vienes a mi? Pero Jesús le respondió: Deja
ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
¿Por qué Jesús dijo que era justo o correcto que él se sometiera al bautismo de Juan? La palabra
bautismo significa “identificarse con”. Se han sugerido cuatro razones:
1. Para identificarse con la humanidad pecaminosa, indicando su buena voluntad para cargar con los
pecados del mundo y ser su representante. Juan lo identificó como “el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo”.
2. El sumergirse en las aguas tipifica la muerte, y al salir de las aguas, su resurrección.
3. Era su momento de consagración a Dios. Se identificó como Mesías, Redentor, y Sumo Sacerdote.
Los sacerdotes en el A.T. (Lv. 8:6, 10 y 22-23) tenían que ser lavados con agua para purificación,
ungidos con aceite, y la sangre del holocausto aplicada antes de que ellos pudieran servir como sacerdo
tes. En el bautismo de Jesús, él fue sumergido en el agua, ungido por el Espíritu, y en cierto sentido
aceptó derramar su sangre como forma de redimir a la humanidad pecadora en este acto simbólico.
4. Fue el acto de inauguración de su ministerio público, y también la aprobación del ministerio de
Juan como profeta de Dios que preparó el camino del Señor.
Lucas nos dice de Jesús que en el momento de su bautismo, “Y orando, el cielo se abrió y descendió
el Espíritu Santo sobre él.” Insinúa así que el Espíritu descendió como respuesta a la oración de
Jesús. El sabía que su naturaleza humana tenía que ser sostenía por el poder y presencia permanete
del Espíritu Santo.¡Cuánto más nosotros necesitamos el poder del Espíritu!