Seminario Bíblico de las Américas 1

84 Seminario Bíblico de las Américas
La Moneda Perdida (vs. 8-10)
• Una dracma (diez monedas de plata) valía el pecio de una oveja.
• Se cree que las diez dracmas forman parte de un adorno de mujer.
• Fue necesario encender la lámpara, porque las casas comunes en aquella época tenían una sola
puerta baja y carecían de ventanas.
• Nos enseña básicamente la misma cosa que la primer parábola.
El Hijo Pródigo
• Enseña la gracia y misericordia como en las otras parábolas, pero también se desprenden las
otras verdades.
• El padre respetó el libre albedrío del hijo menor y lo dejó que se fuera, aún dándole la parte que
le correspondía de la herencia. (Esto nos enseña que a Dios no le interesa que lo sirvamos por
obligación, solo voluntariamente y por amor.)
• La diferencia más grande en esta parábola es que el Padre no salió a buscar al hijo perdido, solo
esperó a que reconociera su error y volviera a casa. (Cuando una persona está en rebeldía, es
inútil buscarle y rogarle que vuelva, en contra de su voluntad. ¡Hay que orar con perseverancia
y esperar en Dios!)
• “Y volviendo en sí”.... Había estado fuera de sí el hijo menor cuando decidió seguir los placeres
pecaminosos. El pecado siempre es una locura, y nos lleva a la ruina.
• El hijo recordaba a su padre y cómo había pecado contra él, regresó a su casa, dispuesto a tomar
el papel de siervo. (Arrepentirse de verdad significa cambiar de actitud, humillarse, abandonar
el país lejano y volver a Dios para comenzar una vida nueva.)
• El padre lo recibió con gozo, y no le reprochó su vida pasada.
(¡No hay ninguna condenación para los que están en Cristo!)
• El hermano mayor se portó como los fariseos, murmurando porque el padre lo recibió, lo
perdonó, y le hizo fiesta. Tenía espíritu de esclavo, no de hijo; le faltaba la comunión con el
Padre, el amor hacia su hermano, y el gozo de los hijos. Solo pensó en él mismo, no en su
hermano. (¿Podemos gozarnos por la gracia de Dios hacia otros, sin tener envidia de los
dones que Dios les da?)
Algunas verdades que vemos en las tres parábolas:
• Las personas se pierden por diversas razones: descuido, negligencia, o rebeldía.
• El valor comparativo de lo que se ha perdido no es factor determinante de lo que hace Dios para
recuperarlo. En la primer parábola, la proporción es de uno entre cien; en la segunda, uno
entre diez; en la última, uno entre dos.
• Dios ama a todos por igual, pero usa métodos diferentes para salvar a los perdidos. El pastor
buscó la oveja; la mujer su moneda, pero el padre no buscó al hijo, sino que lo esperó. Así se
ven las dos caras de la moneda: la iniciativa de Dios, que busca al pecador, y la responsabilidad
del ser humano, que debe volver a Dios.