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86 Nivel Inicial: Narración y biblioteca<br />
El nombre propio –y seguimos hablando de nombres, apellidos y sobr<strong>en</strong>ombres–<br />
es la palabra a través de la cual nos llaman, nos recuerdan y nos convocan.<br />
Y es una palabra espesa, con historia y significados profundos y cotidianos<br />
que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> nuestra historia familiar.<br />
Estas historias se remontan a un tiempo anterior a nuestra vida y forman parte<br />
de nuestra propia historia y de la de los chicos. Historias cortas o largas, las<br />
historias de los nombres, de cómo fueron elegidos, quiénes los eligieron y por<br />
qué pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>tramarse con otras anécdotas y personas cercanas a nosotros y<br />
se ligan con la vida de la comunidad <strong>en</strong> la que vivimos y/o nacimos.<br />
Es interesante que los chicos puedan desplegar <strong>en</strong> la sala estas historias. Por<br />
supuesto, no las de todos <strong>en</strong> un mismo día. Es importante que particularicemos<br />
el mom<strong>en</strong>to de esa historia personal, que puede hacer el efecto de la “piedra <strong>en</strong> el<br />
estanque” (como dice Gianni Rodari <strong>en</strong> su Gramática de la fantasía), que g<strong>en</strong>era<br />
ondas, mueve otras voces, convoca otros relatos, plantea interrogantes <strong>en</strong> los otros<br />
chicos sobre su propio nombre, sobre su propia historia.<br />
Al recuperar estos relatos sobre sus nombres y sobr<strong>en</strong>ombres, los chicos van<br />
construy<strong>en</strong>do su pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia, van armando un esc<strong>en</strong>ario personal <strong>en</strong> el cual pued<strong>en</strong><br />
instalarse. A veces, la historia del nombre se <strong>en</strong>trama con los viajes, las migraciones<br />
familiares pasadas y las que actualm<strong>en</strong>te protagonizan muchos de los mismos chicos;<br />
se <strong>en</strong>treteje con las l<strong>en</strong>guas y las construcciones de significado de otras comunidades<br />
a veces olvidadas y <strong>en</strong> muchos casos sil<strong>en</strong>ciadas. No siempre es fácil y alegre<br />
conocer estas historias y siempre van a estar atravesadas por la lectura de quién<br />
nos cu<strong>en</strong>ta, que a la vez, se atravesará con nuestra propia lectura, que a la vez...<br />
A partir de lo mucho o poco que los chicos conozcan de estas historia pued<strong>en</strong><br />
recuperan voces perdidas, lugares olvidados, a veces raíces de otras culturas.<br />
A partir de la lectura que cada uno de los chicos hace sobre esto, del matiz<br />
personal de su mirada, pued<strong>en</strong> ir construy<strong>en</strong>do su lugar <strong>en</strong> el mundo, su lugar<br />
actual, que se arma y se proyecta con sus raíces y sus deseos. Un lugar personal<br />
e interno desde el cual construir la id<strong>en</strong>tidad a lo largo de toda la vida.<br />
Y <strong>en</strong>tonces, el nombre de cada uno comi<strong>en</strong>za a ser propio. Los chicos se lo van<br />
apropiando letra a letra, lo modifican al darle su lectura y su voz, lo reelig<strong>en</strong> con uno<br />
u otro matiz y lo escrib<strong>en</strong>: es una escritura cargada de s<strong>en</strong>tido. Es probable que, para<br />
muchos, esta sea su primera palabra escrita. Y, obviam<strong>en</strong>te, no hay <strong>en</strong> nuestra<br />
sala un solo chico de nombre igual a otro, aunque llev<strong>en</strong> ese mismo nombre.<br />
A partir de allí se puede jugar, se puede armar y explorar <strong>en</strong> sus sonidos, se pued<strong>en</strong><br />
desplegar otras palabras que empiezan como su nombre o como el de otro<br />
compañero. ¡Esta palabra empieza con la B de mi nombre, con la letra mía!, dice<br />
Bruno. O ¡Con la V de Val<strong>en</strong>tina!, o ¡Esta ti<strong>en</strong>e la de Pedro!, cuando ya conoce<br />
el nombre escrito de su compañero. El nombre presta sus sonidos, sus letras,