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testimonio Adriano Murgel Branco
La palabra de quien cree y actúa
Soy ingeniero, consultor de políticas públicas, tengo
71 años de edad y 47 de profesión. Actué en
actividades públicas y privadas, además de haber
e j e rcido la maestría en ingeniería durante 35 años.
Fui Secretario de Tr a n s p o rtes y Secretario de Vi v i e n-
da del Estado de São Paulo. En el primer cargo, conocí
a fondo el estado y muchos problemas de su infraestru c-
tura; desde el comienzo, estuve al frente del pro g r a m a
de carreteras vecinales, dedicado al trabajador del campo,
que marcó la gestión de Franco Montoro.
P e ro en la Secretaría de Vivienda conocí mejor los
p roblemas de la pobreza, de las enormes dificultades de
s u p e rvivencia y pro g reso de millones de personas. Fue
quizás esa experiencia mi mayor motivación para cre a r,
con varios voluntarios locales, la ABAS – Asociación de
Beneficencia, de Amparo y Solidaridad, sociedad de fines
filantrópicos, en Vila Suarão, municipio de Itanhaém.
¿Por qué Itanhaém? Esa ciudad histórica, en el litoral
Sur de São Paulo, a 100 Km de la capital, tiene su origen
en la fundación de la aldea de Itanhaém, en 1531. Entre
muchos que allí vivieron se destaca el padre José de
Anchieta. El sacerdote escribió en la arena varios poemas
suyos.
Pese a su importancia histórica y belleza natural, Itanhaém
es una ciudad pobre, sobre todo porque con la oferta
de tierras gratuitas, las políticas públicas desatinadas
han atraído legiones de desocupados. Por otra parte, mal
atendida por los servicios públicos, en particular el de
saneamiento básico, el turismo se fue degradando a lo
l a rgo de los tiempos.
Ese cuadro de muchos niños sin alimentación y sin
cuidados mínimos de higiene y salud, estimuló la cre a c i ó n
de una guardería, punto de partida de ABAS. Implantada
en 1990, con la colaboración de la alcaldía local, que
donó el terreno, y de mucha gente de buena voluntad,
la institución creció, y abarca actualmente instalaciones
adecuadas en cerca de 600 m 2 de área construida en
2.500 m 2 de superficie. En este momento, la guard e r í a
atiende en régimen de semi-internado a 70 niños, y debe
llegar a 100 a principios del año venidero. Esos niños, de
c e ro a cuatro años, reciben alimentación cuatro veces
por día, y tienen horarios para jugar, descansar, oír cuentos
y recibir algún tipo de aprendizaje. Cuentan asimismo
con asistencia médico dentaria.
P e ro este año, al agotarse el espacio para nuevas
actividades, ABAS idealizó algo mucho más grande, por
lo que ya recibió a título de donativo una superficie de
agosto • 2003
Adriano Murgel Branco: más niños atendidos por ABAS
en el 2003
80 mil m 2 . La implantación de un Centro Socio-cultural
contará con una nueva guardería, curso pre e s c o l a , rcen-
t ro deportivo y de esparcimiento, centro de convivencia
con los ancianos y padres de los niños, talleres de creatividad
y profesionalización de jóvenes y adultos, cent
ro médico dentario, unidad de procesamiento de alimentos,
clases de culinaria y centro cultural (música,
t e a t ro, biblioteca). El complejo será un nuevo y gigantesco
paso a dar, con la ayuda de todos.
Este año, para pasar de 55 a 100 niños atendidos,
ABAS movilizó nuevos colaboradores y pasó a contar
con la ayuda de la Alcaldía que, desde hace mucho tiempo
tiene un perfil de empresa ciudadana, atenta a los
p roblemas sociales.
Son personas e instituciones de espíritu comunitario,
como Odebrecht, que, en sociedad con la
Alcaldía, contribuye mensualmente con parte de los
recursos para mano de obra y alimentación, y ofrece
orientación pedagógica, colaborando para lograr los
actuales resultados. Contribuirán, por cierto, para
que nuestro gran sueño del futuro se convierta en
realidad.
Adriano Murgel Branco es Presidente de ABAS –
Asociación de Beneficencia de Amparo y Solidaridad
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