Mirar las grietas - Universidad de Los Andes
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Juegos enunciativos...<br />
Lilibeth Zambrano<br />
en cuanto que <strong>de</strong>sdoblamiento <strong>de</strong>l sujeto <strong>de</strong> la enunciación y <strong>de</strong> la estratagema<br />
<strong>de</strong> la repetición. El yo que habla se representa al mismo tiempo:<br />
una voz interior, una voz <strong>de</strong> sí a sí (voz i<strong>de</strong>al). En la “voz fenomenológica”<br />
(voz interior) queda excluida la alusión a un afuera <strong>de</strong>l sujeto en sí. La voz<br />
interior en su relación consigo misma se oye hablar, operación llamada por<br />
Derrida “auto-afectación”.<br />
Por otro lado “Bajo el puente” y “Nonato” son relatos que adquieren<br />
<strong>las</strong> características <strong>de</strong> una representación escénica. En ellos el narrador<br />
<strong>de</strong>saparece momentáneamente y los personajes se transforman<br />
en cierto modo en actores y sus discursos operan como componentes<br />
<strong>de</strong> un diálogo dramático. La forma como se inserta el discurso <strong>de</strong> éstos<br />
es a través <strong>de</strong> dos puntos.Tal como se expone en “Bajo el puente”:<br />
24<br />
Por qué no come, le dijo taitá:Y el viejo: De noche no. Usted ya sabe, don<br />
Chiquito. Si no hay luz sobre mi comida, no puedo comer.Taitá se rió fuerte:<br />
Bajen el lampión y pónganle <strong>de</strong>lante, dijo. El viejo miraba la oscuridad; casi<br />
sin mover los labios dijo: No.Tiene que ser luz <strong>de</strong>l día, y si hay sol, mejor...<br />
(2000: 451)<br />
A<strong>de</strong>más, tanto en el cuento “Bajo el puente” como en “Cuerpo<br />
presente” aparecen simultáneamente distintos sujetos.Varias voces aportan<br />
la visualización <strong>de</strong> la historia. En estos textos el narrador fluctúa en variables<br />
focos. A partir <strong>de</strong> la mirada <strong>de</strong> los distintos informantes nos llegan<br />
valores, juicios, creencias, perspectivas psicológicas, i<strong>de</strong>ológicas, etc. Dentro<br />
<strong>de</strong> estos relatos se dan cambios <strong>de</strong> narración y <strong>de</strong> situaciones narrativas.<br />
Se tejen a partir <strong>de</strong> un juego <strong>de</strong> voces y citas <strong>de</strong> hab<strong>las</strong> que configuran el<br />
dialogismo <strong>de</strong>l discurso narrativo <strong>de</strong> Augusto Roas Bastos. Interrelación<br />
<strong>de</strong>l habla <strong>de</strong> los personajes en la <strong>de</strong>l narrador y viceversa. En el interior<br />
<strong>de</strong>l propio discurso narrativo <strong>de</strong> estos relatos el discurso <strong>de</strong> los personajes<br />
funciona como simulacro <strong>de</strong>l acto <strong>de</strong> la enunciación. Las distintas perspectivas<br />
que se hilvanan a través <strong>de</strong> <strong>las</strong> diferentes voces <strong>de</strong> los personajes,<br />
se transforman en una estrategia discursiva significativa en la<br />
configuración <strong>de</strong>l modo narrativo <strong>de</strong> “Bajo el puente” y “Cuerpo presente”.<br />
Así, en el texto “Bajo el puente” se refiere al cuento “Niño-Azoté” <strong>de</strong>l<br />
libro <strong>Los</strong> pies sobre el agua (1967). A su vez en “Cuerpo presente” se hace<br />
referencia a “Él y el otro” <strong>de</strong>l libro El baldío (1966) y al relato “Moriencia”<br />
<strong>de</strong>l libro que nos ocupa. La alusión <strong>de</strong> relatos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otros constituye<br />
un subterfugio narrativo recurrente en la cuentística <strong>de</strong> Augusto