Mirar las grietas - Universidad de Los Andes
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Arte <strong>de</strong> amanecer...<br />
Grégory Zambrano<br />
ción en los grupos “En Haa”, “Sol cuello cortado”, “La Pandilla <strong>de</strong> Lautrèamont”,<br />
confirma su vocación creadora y sus búsquedas para <strong>de</strong>finir lo ancestral<br />
<strong>de</strong>l sentimiento, la amistad, el amor y el que parece ser el motivo<br />
<strong>de</strong> sus más memorables poemas, el tema <strong>de</strong> la muerte. Como ha dicho<br />
Miguel Márquez: “<strong>Los</strong> muertos <strong>de</strong> José Barroeta son muchos, habría alguna<br />
vez que tomárselos más en serio y darles el lugar, el nombre, los epitafios<br />
que nos permitirían acercarnos a <strong>las</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s biográficas y epocales<br />
<strong>de</strong> quienes han conformado su mundo <strong>de</strong> referencias” 2 . En todos han<br />
muerto, la más espléndida metáfora <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> la muerte está en el<br />
poema que da título al libro:<br />
La última vez que visité el pueblo/ Eglé me esperaba / dijo que tenía ojeras<br />
<strong>de</strong> abandonado y le sonreí con la beatitud <strong>de</strong> quien asiste / a un pueblo<br />
don<strong>de</strong> la muerte va llevándose todo 3 .(Todos han muerto, p. 95)<br />
Es su propuesta poética, una larga reescritura <strong>de</strong> la nostalgia y la<br />
muerte como signos <strong>de</strong> permanencia. El poeta con su voz traspasa al lector<br />
<strong>las</strong> angustias, los sueños, pero también los goces <strong>de</strong>l cuerpo y el espíritu,<br />
la libazón en el vino <strong>de</strong> Dios y el <strong>de</strong> la vid. Barroeta ha hurgado en el<br />
misterio, a veces insondable, <strong>de</strong>l sueño. Ha <strong>de</strong>slindado su aluvión <strong>de</strong> metáforas<br />
sobre el saber, que busca compren<strong>de</strong>r la inteligibilidad huidiza <strong>de</strong><br />
la razón; por ello sus versos a veces apuestan por convertir en certeza lo<br />
que en un plano ajeno a lo poético sólo alcanza lo intuitivo. La dicotomía<br />
vida/muerte construye una genealogía <strong>de</strong> nombres: Néstor, el padre, Néstor,<br />
el hijo, alfa y omega:“No recuerdo con exactitud/ cuándo empezaron<br />
a morir./ Asistía a <strong>las</strong> ceremonias y me gustaba colocar flores en la tierra<br />
recién removida.” (Todos han muerto, pp. 95-96)<br />
El sentido <strong>de</strong> la muerte teje una filigrana que atraviesa los puntos<br />
nodales <strong>de</strong> su propuesta poética. Hay aquí también una asunción, consciente<br />
o inconsciente, <strong>de</strong> la tradición poética venezolana: “Adiós a la patria”,<br />
<strong>de</strong> Rafael María Baralt, “Canto fúnebre” <strong>de</strong> José Antonio Maitín,<br />
2<br />
Miguel Márquez, “José Barroeta: Dormir, morir, tal vez viajar”,“Verbigracia”, El Universal, Caracas,<br />
6 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2002 [http://www.eluniversal.com/verbigracia/memoria/N201/central3. shtml].<br />
3<br />
Todas <strong>las</strong> referencias en José Barroeta, Obra poética (1971-1996), Mérida, Ediciones El otro<br />
el mismo, 2001.<br />
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