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LA CHOLEDAD ANTIESTATAL. El anarcosindicalismo en el ...

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Los albañiles eran la última escala de los trabajadores, los<br />

más modestos, los más humildes, eran indios, eran nativos, y<br />

<strong>el</strong> anarquismo les manifestaba confianza de que <strong>el</strong>los podían<br />

hablar, podían contactarse, podían expresar sus ideas, su reb<strong>el</strong>día,<br />

<strong>en</strong>tonces vieron que lo más factible era <strong>el</strong> anarquismo (<strong>en</strong><br />

Lehm y Rivera 1988: 124).<br />

La explotación laboral que caía sobre las espaldas de los<br />

albañiles los constituyó <strong>en</strong> <strong>el</strong> pilar d<strong>el</strong> desarrollo urbano de la<br />

ciudad de La Paz que t<strong>en</strong>ía dos facetas al empezar <strong>el</strong> siglo XX:<br />

por un lado <strong>el</strong> progreso y <strong>el</strong> emb<strong>el</strong>lecimi<strong>en</strong>to urbano, y por <strong>el</strong><br />

otro la ac<strong>en</strong>tuación de las desigualdades sociales, la expropiación<br />

de tierras a comunarios indíg<strong>en</strong>as y la formación de un<br />

mercado de mano de obra barata, base sobre la cual se edificó <strong>el</strong><br />

desarrollo de la ciudad. La situación d<strong>el</strong> sector empeoró con <strong>el</strong><br />

tiempo, ya que la llegada de nuevas técnicas y materiales para la<br />

construcción –y también la llegada de constructores extranjeros<br />

contratados por la oligarquía que empezaron a ganar mucho<br />

más que los trabajadores nacionales–, produjo que la cúpula de<br />

la pirámide <strong>en</strong> <strong>el</strong> oficio la pasaran a conformar los dueños de las<br />

obras, los contratistas –<strong>en</strong> su mayoría extranjeros–, los arquitectos,<br />

los ing<strong>en</strong>ieros y los capataces <strong>en</strong>cargados de vigilar la<br />

jornada (THOA 1986a: 19, 28). De este modo la consolidación<br />

d<strong>el</strong> capitalismo <strong>en</strong> las primeras décadas d<strong>el</strong> siglo XX ac<strong>en</strong>tuó las<br />

difer<strong>en</strong>cias de clase <strong>en</strong> la construcción, creando una estructura<br />

<strong>en</strong> la que las empresas constructoras y los grandes contratistas<br />

expropiaban cada vez más los exced<strong>en</strong>tes g<strong>en</strong>erados por <strong>el</strong><br />

trabajo de qui<strong>en</strong>es realizaban la auténtica labor de levantar las<br />

casas y edificios. En <strong>el</strong> otro extremo se mantuvieron maestros y<br />

albañiles que desarrollaban su labor por cu<strong>en</strong>ta propia de forma<br />

semiartesanal, aspecto que los difer<strong>en</strong>ciaba d<strong>el</strong> trabajo proletario<br />

<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido estricto.<br />

De igual manera es necesario saber que existía trabajo infantil<br />

y fem<strong>en</strong>ino <strong>en</strong> la construcción, trabajo que no era calificado<br />

dado que niños y mujeres se ocupaban sólo de las labores de<br />

ayudante y peón. Pero después de la guerra d<strong>el</strong> Chaco, y debido<br />

a la falta de mano de obra masculina, ciertas mujeres llegaron<br />

a ser maestras, situación que continuó hasta la década de los<br />

50 cuando varias legislaciones limitaron la pres<strong>en</strong>cia infantil y<br />

fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> este sector laboral (ibid.: 24).<br />

En cuanto a la estructura interna de la organización de constructores<br />

existía una organización jerárquica <strong>en</strong>tre albañiles<br />

y maestros, aunque dicha jerarquía se basaba <strong>en</strong> la habilidad<br />

laboral y t<strong>en</strong>ía rasgos de cohesión y solidaridad debido a que<br />

tanto albañiles como maestros sufrían la misma discriminación<br />

por parte de la sociedad criolla que los excluía con desprecio.<br />

Respecto de los otros sindicatos, Lehm y Rivera (1988: 263,<br />

264) y un estatuto de la Federación de Sastres que hallé <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />

archivo d<strong>el</strong> THOA nos brindan los datos sigui<strong>en</strong>tes. Los carpinteros<br />

se organizaron <strong>en</strong> la Unión Sindical de Trabajadores <strong>en</strong><br />

Madera (USTM) <strong>el</strong> 3 de abril de 1925 a convocatoria de Carlos<br />

Calderón –hábil carpintero, propietario de un hermoso taller<br />

y esposo de Rosa Rodríguez–, si<strong>en</strong>do una de las características<br />

internas de este gremio la coexist<strong>en</strong>cia de talleres individuales<br />

de trabajo familiar y talleres medianos con operarios, junto con<br />

algunas maestranzas más parecidas a empresas manufactureras.<br />

Fue también <strong>en</strong> 1925 que se creó la Federación de Artes<br />

Mecánicas <strong>en</strong> la ciudad de La Paz, organizada por un puñado de<br />

mecánicos <strong>en</strong>cabezados por Cusicanqui. En este rubro existían<br />

grandes empresas con un número significativo de trabajadores asalariados<br />

sujetos a un férreo sistema de horarios y disciplina laboral;<br />

pero también se conoce de mecánicos y torneros por cu<strong>en</strong>ta propia<br />

que contaban con sus propias herrami<strong>en</strong>tas y talleres.<br />

Dos años después, <strong>el</strong> 14 de <strong>en</strong>ero de 1927, se fundó la Federación<br />

de Sastres gracias a la iniciativa de Desiderio Osuna, Luis<br />

Salvatierra 33 y Luciano Vértiz Blanco, <strong>en</strong>tre otros. Este sector se<br />

caracterizaba porque la forma de trabajo predominante fue <strong>el</strong> taller<br />

individual con un reducido número de operarios o sólo con mano<br />

de obra familiar. Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de las condiciones d<strong>el</strong> mercado de<br />

trabajo algunos operarios a veces llegaban a indep<strong>en</strong>dizarse d<strong>el</strong><br />

maestro para abrir su propio taller, conformándose así un oficio<br />

33<br />

Al com<strong>en</strong>tar Humanidad –periódico de la FOL creado <strong>en</strong> 1928– Lora nos<br />

brinda algunos datos acerca de Luis Salvatierra, sobresali<strong>en</strong>te sastre-int<strong>el</strong>ectual<br />

y redactor d<strong>el</strong> señalado órgano de pr<strong>en</strong>sa. <strong>El</strong> escritor trotskista señala:<br />

“Acaso <strong>el</strong> más int<strong>el</strong>ectualizado era Luis Salvatierra, que acabó destruido<br />

por <strong>el</strong> alcohol; <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces [1928] había concluido sus estudios de derecho<br />

y escribió ‘<strong>El</strong> poder, la soberanía y <strong>el</strong> Estado según las concepciones<br />

d<strong>el</strong> anarquismo’ como tesis para obt<strong>en</strong>er <strong>el</strong> título de lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias<br />

Políticas y Sociales, ‘habi<strong>en</strong>do merecido una distinguida calificación’, dice<br />

Humanidad. Se trata de un singular trabajo d<strong>en</strong>tro de la bibliografía nacional<br />

y que desgraciadam<strong>en</strong>te ha desaparecido” (1970: 77).<br />

52 / Huascar Rodríguez García <strong>LA</strong> <strong>CHOLEDAD</strong> <strong>ANTIESTATAL</strong> / 53

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