30.01.2015 Views

LA CHOLEDAD ANTIESTATAL. El anarcosindicalismo en el ...

LA CHOLEDAD ANTIESTATAL. El anarcosindicalismo en el ...

LA CHOLEDAD ANTIESTATAL. El anarcosindicalismo en el ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

(La Razón 16 de febrero de 1930). Las d<strong>en</strong>uncias de malos tratos<br />

continuaron durante todo <strong>el</strong> mes, especialm<strong>en</strong>te por parte de los<br />

trabajadores de la Fábrica de tejidos Said, mi<strong>en</strong>tras las reuniones<br />

<strong>en</strong>tre autoridades y federaciones obreras seguían desarrollándose<br />

no ya <strong>en</strong> torno d<strong>el</strong> establecimi<strong>en</strong>to de la rebaja de la<br />

jornada laboral, demanda que había sido aceptada a unos días<br />

de iniciado <strong>el</strong> conflicto, sino <strong>en</strong> r<strong>el</strong>ación con los salarios <strong>en</strong> la<br />

nueva situación horaria. A pesar de las circunstancias adversas,<br />

fue ésta la manera <strong>en</strong> que los trabajadores paceños consiguieron<br />

la aplicación de las ocho horas para una gran cantidad de fábricas<br />

gracias a la hu<strong>el</strong>ga folista y a las negociaciones <strong>en</strong>cabezadas<br />

por <strong>el</strong> incansable Luciano Vértiz Blanco. 59 La Razón, a tan sólo<br />

cinco días de la movilización señalaba:<br />

Se implantará la jornada de ocho horas.<br />

Ent<strong>en</strong>demos que es tan grande la influ<strong>en</strong>cia moral de este<br />

acto de mutuo av<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to, que <strong>el</strong> caso ha de pasar como un<br />

honroso anteced<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la historia (15 de febrero de 1930).<br />

Pero <strong>el</strong> sabor de la victoria por esta conquista se disolvió<br />

rápidam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> medio de la crisis económica que se agravaba<br />

con <strong>el</strong> transcurrir de los días. Con todo, era la primera vez que<br />

las ocho horas se hacían realidad casi de forma g<strong>en</strong>eral para la<br />

ciudad de La Paz; no obstante unos pocos empresarios no se<br />

tomaron esto <strong>en</strong> serio e incluso algunos rebajaron los su<strong>el</strong>dos a<br />

sus obreros, por lo que veremos que la consigna de ocho horas<br />

de trabajo continuará <strong>en</strong> las voces de ciertos trabajadores hasta<br />

después de la guerra d<strong>el</strong> Chaco.<br />

Para completar este cuadro es preciso m<strong>en</strong>cionar que <strong>el</strong><br />

gobierno y los empresarios aceptaron con r<strong>el</strong>ativa facilidad la<br />

reducción de la jornada laboral para amplios sectores <strong>en</strong> febrero<br />

de 1930, básicam<strong>en</strong>te debido a que <strong>el</strong> país vivía las secu<strong>el</strong>as de la<br />

crisis mundial, y las clases dominantes temían que esa situación<br />

59<br />

Respecto d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de Vértiz Blanco como uno de los principales dirig<strong>en</strong>tes<br />

<strong>en</strong> la conquista de las ocho horas, Lora asegura t<strong>en</strong>er un docum<strong>en</strong>to<br />

firmado por Julio Sanjinés que dice lo sigui<strong>en</strong>te: “Certifica ser evid<strong>en</strong>te <strong>el</strong><br />

establecimi<strong>en</strong>to de la jornada de ocho horas de trabajo para <strong>el</strong> proletariado<br />

nacional a petición d<strong>el</strong> señor Luciano Vértiz Blanco, ex Secretario G<strong>en</strong>eral<br />

de la Federación Obrera Local. Dicha disposición fue expedida por <strong>el</strong> que<br />

suscribe, con autorización d<strong>el</strong> ex Presid<strong>en</strong>te doctor Hernando Siles, después<br />

de amplia d<strong>el</strong>iberación con <strong>el</strong> señor Vértiz Blanco y personeros de la FOL”<br />

(cit. <strong>en</strong> Lora 1970: 69, 70).<br />

se tornara <strong>en</strong> caldo de cultivo para una insurrección de grandes<br />

proporciones. Por <strong>el</strong>lo, <strong>en</strong> un afán de controlar y tranquilizar a<br />

los obreros, es probable que las autoridades conv<strong>en</strong>cieron a los<br />

patrones para satisfacer la demanda obrera <strong>en</strong> la perspectiva de<br />

aminorar los efectos políticos y sociales de la crisis, táctica que<br />

a la postre no fue sufici<strong>en</strong>te para det<strong>en</strong>er <strong>el</strong> inexorable descont<strong>en</strong>to<br />

popular des<strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ado ante <strong>el</strong> desempleo y <strong>el</strong> hambre. De<br />

hecho, al marg<strong>en</strong> de la conquista de las ocho horas para varios<br />

sectores, la depresión económica continuó y por tanto la agitación<br />

<strong>en</strong> vez de reducirse se increm<strong>en</strong>tó.<br />

En <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> ramo de los albañiles los efectos de la crisis<br />

se sintieron <strong>en</strong> forma particularm<strong>en</strong>te dura ya que las construcciones<br />

se paralizaron y muchos maestros calificados tuvieron<br />

que trabajar hasta de peones y ayudantes si no querían <strong>en</strong>grosar<br />

las largas filas de desocupados. La situación se tornó realm<strong>en</strong>te<br />

crítica al punto de ocasionar saqueos <strong>en</strong> los mercados, como<br />

señala un albañil d<strong>el</strong> SCCA:<br />

Ya no hubo trabajo, algunos maestros bu<strong>en</strong>os se han<br />

puesto a trabajar hasta de ayudantes de albañil, crisis terrible<br />

ha habido, <strong>en</strong>tonces yo he visto claram<strong>en</strong>te <strong>el</strong> año 1930 cómo<br />

la g<strong>en</strong>te se convulsionaba, había un mercado <strong>en</strong> San Francisco<br />

fr<strong>en</strong>te al templo, he visto que han saqueado, no solam<strong>en</strong>te <strong>el</strong><br />

sector de constructores sino todos los desocupados; <strong>en</strong>tonces sí<br />

que la lucha era fuerte contra la policía, la policía montada <strong>en</strong><br />

caballos era, los rondines les decíamos, <strong>el</strong>los resguardaban <strong>el</strong><br />

mercado (Guillermo Gutiérrez <strong>en</strong> THOA 1986a: 56).<br />

La convulsión volvíase cada vez más grande y Siles tuvo que<br />

ceder subv<strong>en</strong>cionando por un tiempo algunos comedores públicos<br />

llamados “ollas d<strong>el</strong> pobre”. Pero la desocupación continuó<br />

y las organizaciones obreras, bajo <strong>el</strong> lema “pan y libertad”,<br />

salieron febrilm<strong>en</strong>te a protestar <strong>en</strong> las calles inc<strong>en</strong>tivadas por<br />

los infatigables folistas, particularm<strong>en</strong>te por <strong>el</strong> SCCA, que por<br />

ese año cambió <strong>el</strong> nombre a su organización reemplazándolo<br />

por <strong>el</strong> de Sindicato de Resist<strong>en</strong>cia de Albañiles y Constructores y<br />

Ramas Anexas, <strong>en</strong>tidad que, radicalizando sus posiciones, planteó<br />

una jornada laboral de seis horas.<br />

Fr<strong>en</strong>te a la inmin<strong>en</strong>cia de un levantami<strong>en</strong>to masivo <strong>el</strong><br />

gobierno optó por imponer <strong>el</strong> ord<strong>en</strong> a través de la persecución,<br />

<strong>el</strong> destierro y la cárc<strong>el</strong>. Mas los trabajadores <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>taron la t<strong>en</strong>az<br />

92 / Huascar Rodríguez García <strong>LA</strong> <strong>CHOLEDAD</strong> <strong>ANTIESTATAL</strong> / 93

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!