La inversión en debate - Diseño Gráfico Ribeiro

«La interconexión
del sistema eléctrico
patagónico significará un
factor de desarrollo para
la región»
(Víctor Cíngara, Cammesa).
debe llevar a analizar cómo está la Argentina
en su matriz energética. La participación
del petróleo, allí, es de 40,5%; el gas
representa 47%; la hidroelectricidad,
6%;la energía nuclear, 2% y el restante
4,5% corresponde a carbón, leña, bagazo
y otras alternativas en uso.
Sostuvo Schmale que el primer llamado
de atención es el peso de los hidrocarburos
dentro de esa matriz (87,5 por ciento). El
hecho adquiere relevancia, subrayó, si se
tiene en cuenta que la producción y las
reservas de petróleo han ido declinando
desde 1998 hasta ahora, en el orden del
12,5%, en tanto que la producción de gas
estuvo creciendo desde 1996, mostró un
estancamiento en 2001 y 2002 y un pico
en 2003, pero sus reservas cayeron cerca
de 20% .
Según el especialista, la emergencia energética
es un desafío para todos, para el
Estado y para las empresas. “Necesitamos
tener más hidrocarburos, ya que no va a
ser fácil cambiar las fuentes de energía; el
cambio lleva años”, vaticinó. Para corregir
la situación y lograr que las empresas
inviertan, por un lado, hace falta solucionar
los problemas de exploración, para
que haya atractivos a la inversión, con
reglas de juego claras; por el otro, estimular
inversiones para aplicar tecnologías
que aumenten el factor de recuperación.
Juan Gaviria, jefe sectorial de Finanzas,
Sector Privado e Infraestructura del Banco
Mundial, analizó la situación de logística,
infraestructura y crecimiento en
América latina. Sostuvo que es importante
destacar que en la región hay un déficit
de infraestructura enorme. Un estudio
reciente sobre las deficiencias, muestra
que hay un stock que ha crecido muy
lentamente, frente a lo que ocurre en otras
partes del mundo, donde se desarrolla con
rapidez, como en países del este de Asia. Y
aseguró que esto tiene que ver con la
pobreza.
De inmediato repasó algunos datos de
América latina: 75 millones de personas
sin agua potable (15% de la población);
116 millones de personas sin cloacas;
muchas de ellas en la Argentina; 56 millones
de personas sin acceso a electricidad;
96 millones de personas que todavía utilizan
recursos no renovables para cocinar y
calentar sus hogares, y 200 millones de
personas con viviendas deficitarias. Además,
recordó que hay muchas personas
que no tienen transportes adecuados; situación
que se da en el Conurbano bonaerense,
donde la gente más pobre es la que
más gasta para llegar al trabajo.
Gaviria estimó que se necesita un gran
salto en las inversiones y en la eficiencia de
los recursos públicos. Aseguró que si la
Argentina piensa en la convergencia de
crecimiento del 3 por ciento en el mediano
plazo, requerirá inversiones totales, del
orden del 20 por ciento del PIB.
Víctor Sinagra, responsable del área de
Estudios Eléctricos de CAMMESA se refirió
a la energía eléctrica como factor
integrador de las regiones y, en especial, de
la Patagonia. Explicó que, en la actualidad,
en la Argentina hay dos sistemas
operando en forma interconectada y separados.
En el centro y norte del país está el
Sistema Argentino de Interconexión,(que
tiene una potencia instalada de 23.000
megavatios, con una demanda en horas
pico de 15.000 megavatios) que a su vez
está interconectado con Uruguay y Brasil.
Y, por otro lado, está el Sistema Patagónico
(con una potencia instalada de 1.000
megavatios más 20 megavatios de generación
eólica,) aislado del resto, que próximamente
va a interconectarse, que tiene
una demanda de energía muy importante
y consumo continuo por parte de Aluar y
noviembre de 2004 75