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VE-11 MARZO 2015

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las molestias que suponía la sucesión de ingenieros y aparejadores en los<br />

salones de sus casas. Afortunadamente, la tentadora promesa de sufragar<br />

televisión de pago gratuita para toda la comunidad resultó un argumento<br />

irrefutable.<br />

Pero con eso tampoco bastaba.<br />

Aun en la casa más segura podría morir por una enfermedad o por<br />

un traicionero ataque al corazón. Fue así que, empezando por la A de<br />

alergólogos, visitó a todos los especialistas de su seguro médico;<br />

cardiólogos, endocrinos, nefrólogos, oncólogos, urólogos, y hasta<br />

dermatólogos. Ninguno le detectó nada, ni leve ni grave.<br />

Pero, por supuesto, la gente no moría solo por accidente o<br />

enfermedad.<br />

Tampoco podía descartar el asesinato. Vivir solo le facilitaba las<br />

cosas, pero cabía la posibilidad de que alguien asaltara su casa. Contrató<br />

un servicio de seguridad, con alarma y cámaras de vigilancia e instaló tres<br />

pestillos de acero en su puerta. Aún y así, consideró oportuno aumentar la<br />

pensión que le pasaba a su ex mujer, reconocer la negligencia que arruinó<br />

a aquel inversor y regalar un bono anual de “La casita del placer” al<br />

músico que vivía en el piso de abajo en compensación por la denuncia<br />

que le interpuso por contaminación acústica.<br />

Todo un año de perfecta planificación para olvidarse, en el último<br />

momento, de comprar tabaco. Un descuido que le hacía estar fuera de<br />

casa cuando habían transcurrido los primeros diez minutos de aquel día.<br />

Al entrar en el portal de su edificio, suspiró. Pese a vivir en un ático,<br />

decidió subir por las escaleras. Arribó exhausto, pero aliviado. Cerró la<br />

puerta y echó los tres pestillos, la llave y conectó la alarma. Dejó el<br />

abrigo sobre la mesa, al lado de la gastada guía médica. Se sentó en su<br />

sofá, se descalzó, encendió un cigarrillo y exhaló una relajada bocanada<br />

de humo.<br />

Encendió la televisión. Apareció un presentador de informativos.<br />

Tras él, en un recuadro, se observaba un avión de cuyos motores nacía<br />

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