OtorrinolaringologÃa (ORL)
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Otorrinolaringología<br />
Aunque la mayoría de las epistaxis son idiopáticas, existen una<br />
serie de factores etiológicos entre los que incluimos:<br />
Locales: sequedad de mucosas, las infecciones nasosinusales,<br />
alergia, tumores nasosinusales y de cavum (angiofibroma nasofaríngeo<br />
juvenil), deformidades septales y traumatismos, enfermedad<br />
de Rendu-Osler.<br />
Generales: arteriosclerosis e HTA (en ancianos, sangrados más<br />
posteriores y de peor control), las alteraciones de la coagulación<br />
(toma de anticoagulantes, Von Willebrand, hemofilia, tumores<br />
hematológicos) o alteraciones hormonales (embarazo, pubertad,<br />
menstruación).<br />
El llamado pólipo sangrante del tabique es un hamartoma<br />
propio aunque no exclusivo del embarazo, de localización anteroinferior<br />
y que sangra por manipulación.<br />
• Realizar una rinoscopia anterior y endoscopia para localizar el<br />
punto sangrante y explorar la orofaringe.<br />
• Control de constantes (TA).<br />
• Compresión con o sin algodón + H2O2.<br />
• Cauterización con nitrato de plata y eléctrica, bajo visión por rinoscopia<br />
o endoscopia, con control preciso del vaso sangrante.<br />
• Taponamiento anterior, durante 48-72 horas (si se mantiene<br />
más, se debe añadir antibiótico oral) con:<br />
- Material reabsorbible (Surgicel, Gelfoam).<br />
- Gasa de borde.<br />
- Merocel.<br />
• Taponamiento posterior y sondas con balón; van a permanecer<br />
más tiempo por lo que se suele añadir antibiótico oral.<br />
• Embolización (maxilar interna, facial) y/o ligadura (etmoidales,<br />
maxilar interna, carótida externa).<br />
CUERPOS EXTRAÑOS INTRANASALES.<br />
Lo sospecharemos ante una rinorrea unilateral purulenta y fétida con<br />
obstrucción en un niño o también si es un paciente deficiente. Si esta<br />
clínica aparece en un adulto, habría que descartar primero la existencia<br />
de un carcinoma nasosinusal. El cuerpo extraño lo vemos a veces<br />
en la radiografía (si se calcifican y forman rinolitos o si son metálicos).<br />
Se extraen arrastrándolos hacia afuera con el instrumental adecuado<br />
(gancho abotonado, no utilizar pinzas) y nunca empujando.<br />
PATOLOGÍA TRAUMÁTICA.<br />
Aparece con mayor frecuencia en varones con edades comprendidas<br />
entre 10 y 40 años. Las causas más comunes son los accidentes de<br />
tráfico, las agresiones o los simples accidentes casuales. Conviene<br />
recordar que la desviación septal es la causa más frecuente de insuficiencia<br />
respiratoria nasal en el adulto.<br />
Fracturas nasales. Fractura facial más frecuente. Para su diagnóstico<br />
nos apoyamos más en la exploración física (inspección,<br />
palpación y rinoscopia anterior) que en la radiología, ya que tiene<br />
muchos falsos negativos y positivos, aunque esta última se solicita<br />
para evitar problemas medicolegales.<br />
Produce dolor, deformidad, epistaxis y obstrucción nasal. Es<br />
frecuente la crepitación y/o el hundimiento de la pirámide ósea al<br />
realizar la palpación. Es importantísimo descartar la presencia de<br />
luxación y hematoma septal en la rinoscopia anterior (masa dolorosa<br />
en la porción anteroinferior del septum; hay que drenarlo siempre<br />
por el riesgo de infección, incluso tromboflebitis del seno cavernoso)<br />
y posterior necrosis del cartílago con “nariz en silla de montar”.<br />
Figura 35. Manejo de las epistaxis.<br />
TRATAMIENTO.<br />
1) Reparar los defectos de partes blandas si los hubiera.<br />
2) Correción de las alteraciones óseas mediante reducción local de<br />
la fractura, en los siete primeros días, y cirugía correctora más<br />
adelante.<br />
3) Inmovilización de la fractura con una férula durante diez días.<br />
Perforación del tabique nasal. Aunque su causa más frecuente<br />
suele ser la traumática (accidentes, cirugía), siempre debe descartarse<br />
que el paciente consuma drogas por vía inhalatoria (por<br />
ejemplo, cocaína) o tenga una rinitis granulomatosa (Wegener, etc.).<br />
Pueden aparecer asociadas a fracturas nasales y del macizo facial.<br />
La reparación de las perforaciones septales es quirúrgica.<br />
Fracturas del macizo facial. Se clasifican, según Le Fort, en<br />
tres tipos:<br />
• Le Fort I. A través del reborde alveolar superior, separa el plano<br />
palatodentario del resto de la cara y genera alteraciones masticatorias<br />
y maloclusión.<br />
• Le Fort II. Afecta a la sutura cigomaticomaxilar, raíz nasal, apófisis<br />
pterigoides, maxilar superior y pared interna de la órbita.<br />
• Le Fort III. Es la sutura cigomaticofrontal la que se afecta y<br />
ocasiona una auténtica disyunción craneofacial.<br />
Figura 36. Taponamiento con sonda con balón, taponamiento anterior<br />
con esponja de material sintético (Merocel®), barra de<br />
nitrato de plata para cauterización.<br />
¿Qué hacer ante una epistaxis?:<br />
• Una adecuada anamnesis (cuantía de la hemorragia y factores<br />
etiológicos asociados).<br />
Fracturas orbitarias.<br />
• De la pared interna: es típico el enfisema, que aumenta al realizar<br />
maniobras de Valsalva, como por ejemplo sonarse la nariz.<br />
• Del suelo.<br />
- Aisladas (“blow out”): el impacto sobre el globo ocular<br />
transmite la presión a esta zona, que es la más frágil. Cursa<br />
con enoftalmos, diplopía al mirar hacia arriba y alteraciones<br />
sensitivas, si se lesiona el nervio infraorbitario.<br />
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