MaquetaciŠn 1 - Saber Alternativo

SABER ALTERNATIVO
35
En realidad las personas que sufren acoso laboral suelen ser
empáticas, eficientes, orientadas a las personas, comprometidas,
generosas, honradas, dignas de confianza, entre otras
características, y se preguntan: ¿qué he hecho yo para merecer
esto? Son personas que tienen tendencia a ser indecisas, a
necesitar aprobación, sentirse valoradas, a culparse, a ser dependientes,
fáciles de convencer y persuadir, tienden a desvalorizarse,
a ser consideradas, a anteponer las necesidades de los demás a
las suyas demasiado frecuentemente. Por todo ello, por ser “tan
buenas personas” no ven o no pueden asumir que otras sean tan
manipuladoras o actúen de una forma tan perversa.
Además de las características de la propia victima que primero
acepta la responsabilidad e introyecta la culpa (vergüenza) después,
se dan unos factores situacionales que tienen que ver con
la respuesta de su entorno laboral inmediato: ataques mantenidos
en secreto, nadie lo ve o quiere ser testigo. Otros factores tienen
que ver con la organización del trabajo y los valores promovidos
por la institución que fallan al nivel de prevención de factores de
riesgo. Muchas empresas siguen velando más por los beneficios
económicos que por el bienestar de sus empleados/as. Por último,
están los factores individuales que se refieren a las características
psicopatológicas de la personalidad del/de la hostigador/a, a
la que se atribuye generalmente rasgos de tipo paranoíde, sicopático
o narcisista.
El gran arma del/de la acosador/a es su capacidad de distorsionar
la comunicación. Suele ser una persona autoritaria,
capaz de simular, seducir, mentir, egoísta, rígida, controladora,
arrogante, prepotente, evasiva, con falta de humor, ecuanimidad,
escucha y con doble personalidad (Dr.Jekyll y
Mr.Hyde). Las actividades de acoso o psicoterror con distintos
efectos sobre su víctima se pueden resumir de la forma
siguiente:
-Reducir sus posibilidades de comunicarse adecuadamente con
otros/as incluido/a el/la acosador/a (interrumpirle, gritarle, amenazarle,
ignorar su presencia, etc...).
-Evitar que pueda mantener contactos sociales (aislarla, no hablarle,
etc…).
-Desacreditarla o impedirle mantener su reputación personal o
laboral (ridiculizarla, maldecirla, cotillear sobre ella, cuestionar sus
decisiones, atribuirle enfermedad mental, atacar sus creencias o
su vida privada, etc…).
-Reducir su ocupación y su empleabilidad mediante la desacreditación
profesional (no asignarle trabajo o darle tareas inútiles o inferiores
a su capacidad profesional, privarle de cualquier ocupación,
asignarle tareas nuevas sin cesar o superiores a sus competencias,
etc…).
-Afectar a su salud física o psíquica (amenazarla o
agredirla físicamente, obligarla a realizar tareas
peligrosas, etc…).
Es importante entender el
proceso de acoso como
un todo. Estas actividades
repetidas de forma
continua y frecuente
deben ser vistas en
su direccionalidad
perversa, esto es,
que se dirigen a la
destrucción psicológica,
moral
y laboral de la
víctima a medio plazo, y lo
logran. Heinz Leymann, experto
en la materia desde hace varias
décadas escribió al respecto: “en las sociedades de nuestro mundo
occidental altamente industrializado, el lugar de trabajo constituye
el último campo de batalla en el que una persona puede matar a
otra sin ningún riesgo de llegar a ser procesado ante un tribunal”.
Por suerte, estamos cada vez más concienciados/as de este problema
de sociedad y cada vez hay más victimas que hablan de lo
que han sufrido. Entonces empieza a haber un reconocimiento de
este tipo de agresión en el ámbito laboral y se van estructurando
nuevos recursos legales para denunciar el acoso y apoyar a la victima.
En Francia, existe una legislación que protege los derechos
del personal acosado y una vez sacado a la luz y justificada la
denuncia, se le concede una serie de reparaciones por el daño
sufrido, una de ellas, muy importante, es por ejemplo el derecho a
renunciar voluntariamente a su puesto cobrando la indemnización
correspondiente. Aún queda mucho por hacer al respecto pero en
el momento en que las personas víctimas de dicho acoso puedan
reconocer que lo que les está pasando se inscribe en un marco
psicológico de referencia amplio y empiecen a verbalizarlo, entonces
favorecen la prevención de casos y permiten su propio proceso
de recuperación.
EN EL PRÓXIMO NÚMERO DE LA REVISTA:
Hacer frente a una situación de acoso moral en el trabajo desde una
perspectiva psico-emocional: en busca de recursos personales.
Charlotte Mouly Krohn