MaquetaciŠn 1 - Saber Alternativo

8 SABER ALTERNATIVO
Importante recordar: Como ya he comentado en artículos de
anteriores números, las esencias siempre trabajan en varios problemas;
su trabajo no se encasilla; su labor es muy extensa. Es por
ello, que al respecto de GORSE, hoy quiero añadir un par de datos
más que avalan este concepto. Como esta esencia floral tiene,
entre otras, la capacidad de curar la actitud emocional que tiene
que ver con la claudicación, o sea, “tirar la toalla” “abandonar”, es
muy buena para tratar la amenaza de aborto en mujeres embarazadas
y propensas a ello, los problemas de disfunciones sexuales
tanto en hombres como en mujeres, así como la idea de suicidio
en caso de grandes depresiones.
Una historia real: Este es un caso real que hoy quiero compartir
con vosotros, por supuesto con la debida autorización de su protagonista,
una chica que fue paciente mía hace ya algunos años.
Lucía era una mujer de 38 años, casada, sin hijos en ese momento
y psicóloga de profesión. Había pasado por el doloroso trago
de sufrir 3 abortos, todos ellos de poco tiempo de gestación, y
cada uno se desprendía antes, es decir, cada vez el feto aguantaba
menos tiempo adentro de su vientre. Por supuesto, ya había
estado en manos de los ginecólogos y la habían sometido a un sinfín
de pruebas y estudios médicos, habiendo descartado la posibilidad
de que existiese un problema físico. El diagnóstico decía
que era una mujer sana y no se hallaba causa física que justificase
los anteriores abortos.
Cuando llegó a mi consulta ella ya tenía sospechas de que el problema
que hacía imposible que sus embarazos fuesen adelante, tenía
un origen en un desequilibrio emocional que provenía de un conflicto
en la relación con su madre. En este caso fue más fácil comenzar
a trabajar en su caso porque ya teníamos localizado el origen del
problema. Decía sentirse presionada porque se acercaba a los 40
años y ella siempre había querido ser madre más joven. Esta necesidad
venía porque su madre la tuvo a ella justo a esa edad y la relación
entre ambas no había sido amorosa y cercana, es decir, como
Lucía llegó tarde e inesperadamente y ya había un hermano bastante
más mayor, su madre la crió, quizás con la idea de que su hija,
con el tiempo, pasase a ser su único apoyo, al extremo de que se
quedase a vivir en la casa y la cuidase. De hecho cuando quiso ir a
la facultad para formarse como psicóloga, fue su padre quien la
apoyó y le allanó el camino para que pudiese acceder a una carrera
universitaria. Más tarde su padre falleció y Lucía luchó por procurarse
su “libertad” sin llegar a romper la relación con su madre, de
hecho mantienen en pie su unión pero de forma justa y coherente.
Ella siempre sintió, en lo más profundo de sus emociones, que al
haber llegado a la vida cuando su madre ya era una mujer más madura,
había condicionado, de una manera muy intensa, la relación entre
ambas. Creció con esos miedos, y lógicamente, cuando se quedaba
embarazada, esas vidas absorbían los temores de su madre y
claudicaban antes de nacer, es más, decidían irse pronto para sufrir
menos. Traté a Lucía con terapia y apoyada con esencias de diferentes
sistemas florales, haciendo mucho hincapié en el conflicto
materno. Una vez que dicho conflicto empezó a diluirse continué trabajando
su vientre por vía tópica y por vía oral, para depositar en su
útero un halo de esperanza, de manera que cuando ella volviese a
concebir, esa nueva, joven y delicada vida, decidiese confiar, quedarse
y nacer de su madre. Por supuesto que dentro del sistema
floral del Dr. Bach una de las esencias incluidas fue GORSE, la responsable
de luchar dentro del vientre de Lucía para que el feto no
claudicase una vez engendrado. Y así fue como al cabo de un año
más o menos, Lucía se quedó embarazada nuevamente. Durante
su embarazo continuamos con ambos tratamientos, en ningún
momento se interrumpieron, y justo el día en el que se cumplían 6
meses de gestación, alrededor de la media noche, Lucía se puso de
parto y, a través de una cesárea, trajo al mundo a una preciosidad
de poco más de un kilo de peso a la que puso de nombre Fiamma.
Este angelito aguantó en la pancita de su mamá el tiempo necesario
hasta que pudo sobrevivir con su esfuerzo y con las atenciones
del equipo médico que en todo momento continuaron fuera la lucha
por su vida. Hoy Fiamma tiene ya 4 años cumplidos, es una niña
absolutamente sana, desarrollada en altura y peso conforme a su
edad y que ya va al colegio. Quien no las conoce, jamás diría que
ambas han luchado tanto por estar aquí juntas, aprendiendo a desarrollarse
de una forma independiente. Después de unos meses de
su nacimiento, a su mamá fue necesario tratarla por un espacio de
tiempo más, porque cuando llegó el momento de reincorporarse al
trabajo y tuvo que dejar a su bebita en la guardería, sufrió la lógica
pena que produce el desapego. Pero ambas continuaron su lucha
y salieron triunfadoras. Para mí también fue un verdadero triunfo ayudar
a que Fiamma llegase a la vida sana y feliz. Cada vez que las veo
no puedo dejar de dar Gracias, porque este es un claro ejemplo de
que si medicina tradicional y alternativa luchan juntas, en muchas
ocasiones se podrían conseguir verdaderos milagros.
Quiero transmitirle a Lucía mi agradecimiento, por su constancia
en seguir los tratamientos y no abandonar jamás su lucha ni la
esperanza y quiero decirle a Fiamma que estoy admirada por su
fuerza y su tesón. Sé que siempre llegará a donde se lo proponga
porque su coraje ha quedado demostrado. Un beso y un abrazo
para ambas y también para ese papá que ha estado al lado de las
dos, en todo momento, ayudando a que todo saliese perfecto.
Con todo mi cariño, hasta el próximo número.
MARIA BARROS
Terapeuta Floral. SAVIA D’THOT – Centro de Terapias Alternativas