Edición 12 de Mayo de 2015
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Diario Co Latino<br />
20 OPINIÓN<br />
Oscar A. Fernán<strong>de</strong>z O.<br />
Martes <strong>12</strong> <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> <strong>2015</strong><br />
La Rebelión Fiscal <strong>de</strong> los ricos<br />
“No estoy preocupado por el déficit fiscal.<br />
Es lo suficientemente gran<strong>de</strong> para cuidarse sólo”<br />
Ronald Reagan.<br />
La evasión fiscal <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s empresas nacionales<br />
y transnacionales, es un tema apremiante para la<br />
financiación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo posterior a <strong>2015</strong>, ya que<br />
los fondos públicos son <strong>de</strong> vital importancia para alcanzar<br />
los Objetivos <strong>de</strong> Desarrollo Sostenible <strong>de</strong> los países<br />
pobres como el nuestro, sostiene Naciones Unidas<br />
(<strong>2015</strong>) La agenda reconoce la necesidad <strong>de</strong> una mayor<br />
cooperación fiscal teniendo en cuenta “que hay límites a<br />
cuánto los gobiernos pue<strong>de</strong>n aumentar sus ingresos <strong>de</strong><br />
forma individual en nuestro mundo interconectado”.<br />
Sin embargo, cualquier sistema fiscal que grave a los ricos<br />
con impuestos elevados se expone a tener problemas.<br />
Al menos esto es lo que argumentan constantemente<br />
los políticos que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n los intereses <strong>de</strong> la gente<br />
pudiente. Según su argumento, cuanto más alto es el tipo<br />
impositivo <strong>de</strong> las rentas altas mayor es el incentivo <strong>de</strong> los<br />
ricos para gastar tiempo y energía inventando vías para<br />
evadir los impuestos.<br />
En el año 1990, la Asamblea Legislativa <strong>de</strong> El Salvador<br />
(cuando todos los órganos <strong>de</strong>l estado se dirigían <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la ARENA <strong>de</strong> Cristiani) aprobó una ley <strong>de</strong> saneamiento <strong>de</strong><br />
los bancos estatales, los cuales habían quebrado <strong>de</strong>bido a<br />
que no recuperaron muchos <strong>de</strong> los préstamos otorgados a<br />
gran<strong>de</strong>s empresarios. La ley incluía la creación <strong>de</strong>l Fondo<br />
<strong>de</strong> Saneamiento Financiero (FOSAFI), con recursos <strong>de</strong>l<br />
Banco Central <strong>de</strong> Reservas (BCR) En otras palabras, el<br />
gobierno puso sus propios recursos para oxigenar a los<br />
bancos estatales antes <strong>de</strong> privatizarlos. El monto <strong>de</strong> dinero<br />
liberado <strong>de</strong> la mora bancaria fue <strong>de</strong> 3,525 millones <strong>de</strong><br />
colones, que al tipo <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong> ese año (5 colones por<br />
un dólar), equivalían a 705 millones <strong>de</strong> dólares. Más tar<strong>de</strong><br />
estos bancos en manos <strong>de</strong> la oligarquía, serían vendidos<br />
a las transnacionales financieras, operaciones en las<br />
cuales <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> pagarse cientos <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> dólares<br />
que quedaron en los bolsillos <strong>de</strong> estos especuladores y<br />
agiotistas.<br />
No bastando tales crímenes contra el pueblo<br />
salvadoreño, en aquella época dorada <strong>de</strong> ARENA,<br />
se produjeron cualquier cantidad <strong>de</strong> frau<strong>de</strong>s al erario<br />
nacional, <strong>de</strong>spojándolo <strong>de</strong> su capacidad financiera, para<br />
que esta actividad pasara exclusivamente a manos <strong>de</strong><br />
las empresas privadas. Quebrar al Estado y restarle<br />
capacidad <strong>de</strong> afrontar la difícil problemática social que se<br />
ha producido por la aplicación <strong>de</strong> ensayos económicos<br />
que solo han incrementado las ganancias <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />
capitales, produciendo un incremento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad y<br />
la pobreza sin antece<strong>de</strong>nte, ha sido obra <strong>de</strong> un plan bien<br />
orquestado.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la infracción a la ya <strong>de</strong>bilitada fiscalidad <strong>de</strong>l<br />
país, se propaga el mito neoliberal (y que los gobiernos<br />
conservadores y neoliberales como los <strong>de</strong> ARENA han<br />
aplicado constantemente en sus políticas públicas) es<br />
que la bajada <strong>de</strong> impuestos a las personas más pudientes<br />
<strong>de</strong> la sociedad (lo que a nivel popular se conoce como los<br />
ricos y súper-ricos) beneficia a toda la población, pues<br />
dicho acto discriminatorio a favor <strong>de</strong> las rentas superiores<br />
estimula la economía y facilita el crecimiento económico y<br />
la producción <strong>de</strong> empleo. Se supone que el dinero que se<br />
ahorran los ricos y súper-ricos (al pagar menos impuestos)<br />
lo invierten, y, como resultado, crecen la producción y el<br />
empleo. La realidad registra todo lo contrario.<br />
Tal mito (en realidad, dogma) <strong>de</strong>l pensamiento neoliberal<br />
se repite constantemente en los medios <strong>de</strong> información<br />
y persuasión económicos, a pesar <strong>de</strong> que la evi<strong>de</strong>ncia<br />
científica no avala ese supuesto. Infinidad <strong>de</strong> estudios<br />
sobre este problema nos arrojan datos totalmente<br />
contradictorios con estas mentiras, pero a pesar <strong>de</strong> ello<br />
se sigue martillando sobre lo mismo, pues respon<strong>de</strong><br />
al pensamiento económico-político dominante y<br />
<strong>de</strong>sacreditarlo es una herejía.<br />
Los impuestos indirectos gravan a toda la población y son<br />
regresivos porque afectan mayormente a los que menos<br />
tienen, mientras que los impuestos directos gravan la<br />
renta, y por <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>bieran ser progresivos, en la<br />
medida en que tributen más los <strong>de</strong> mayores ingresos,<br />
como ocurre en los países <strong>de</strong> mayor <strong>de</strong>sarrollo.<br />
El problema <strong>de</strong> fondo es que aparte <strong>de</strong> su estructural<br />
injusticia, el sistema tributario salvadoreño está<br />
enfrentando crecientes limitaciones para generar los<br />
recursos que <strong>de</strong>manda la provisión <strong>de</strong> servicios como la<br />
seguridad pública, la salud, la vivienda y la educación.<br />
Aunque hay consenso <strong>de</strong> que la actual estructura tributaria<br />
es insostenible en el tiempo, se trata <strong>de</strong> un <strong>de</strong>bate que se<br />
oculta, tal como se barre la basura bajo la alfombra. El<br />
programa <strong>de</strong> gobierno <strong>de</strong>l FMLN, es el único que propone<br />
una reforma tributaria <strong>de</strong> carácter progresivo, fundada en<br />
criterios <strong>de</strong> equidad, capaz <strong>de</strong> financiar las crecientes<br />
exigencias <strong>de</strong>l gasto social.<br />
La falacia política <strong>de</strong> ARENA que cada día se vuelve<br />
más evi<strong>de</strong>nte y menos <strong>de</strong>fendible, se expresa en que<br />
mientras amparan que los ricos y súper-ricos evadan<br />
impuestos (o que no se les cobren) se resisten a dar sus<br />
votos en la Asamblea Legislativa para el en<strong>de</strong>udamiento<br />
estatal que tiene como único objetivo precisamente,<br />
afrontar la problemática <strong>de</strong> la disminución <strong>de</strong> la pobreza<br />
y el <strong>de</strong>sarrollo social, que pudieran enfrentarse con una<br />
a<strong>de</strong>cuada recaudación fiscal.<br />
En El Salvador todos somos iguales ante la ley, reza<br />
el principio liberal burgués, pero hay unos más iguales<br />
que otros – como en la rebelión en la granja, <strong>de</strong> George<br />
Orwell - El sistema tributario no sólo sirve para recaudar<br />
recursos para resolver la <strong>de</strong>manda social legítima, sino<br />
también para distribuir el ingreso. De la forma en que<br />
se construye el sistema tributario <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong>mocracia en cada país: “dígame como tributan los<br />
ciudadanos y le diré qué tipo <strong>de</strong> sociedad <strong>de</strong>mocrática<br />
es”, y no pue<strong>de</strong> haber ningún pacto social o compromiso<br />
solemne que no visualice un cambio radical <strong>de</strong>l absurdo<br />
sistema <strong>de</strong> reparto <strong>de</strong> las cargas públicas, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
hace cientos <strong>de</strong> años nos empequeñece.<br />
En El Salvador, partiendo <strong>de</strong> que el Derecho es una<br />
superestructura <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo económico imperante, es<br />
<strong>de</strong>cir está hecho para asegurar el acaparamiento <strong>de</strong> las<br />
riquezas, es fácil enten<strong>de</strong>r que las Leyes Fiscales durante<br />
todo este tiempo, apuntan a facilitar este objetivo, incluso<br />
estableciendo como legal lo que en otras legislaciones<br />
más <strong>de</strong>mocráticas serían <strong>de</strong>litos, como por ejemplo<br />
no pagar los impuestos o sustentar mecanismos para<br />
evadirlos.<br />
En una nueva sociedad con un nuevo Derecho, el sistema<br />
tributario <strong>de</strong>be dirigirse a que paguen los que tienen más<br />
que, por lógica, se aprovechan <strong>de</strong> los bienes sociales,<br />
<strong>de</strong>spojando así a las mayorías <strong>de</strong> la riqueza producida<br />
socialmente. Mientras no logremos terminar con esta<br />
brutal brecha, la <strong>de</strong>mocracia electoral seguirá siendo un<br />
continuo frau<strong>de</strong>.<br />
La alharaca que han <strong>de</strong>satado los “gran<strong>de</strong>s empresarios”<br />
porque sus empresas han sido señaladas como <strong>de</strong>udores<br />
<strong>de</strong>l pueblo salvadoreño, sólo evi<strong>de</strong>ncia que ellos<br />
siempre que se trate <strong>de</strong> realizar cualquier intento<br />
<strong>de</strong> redistribución <strong>de</strong>l ingreso nacional mediante<br />
impuestos se mostraran gran<strong>de</strong>mente indignados.<br />
Esta historia es vieja, pero se radicalizó con la llegada<br />
<strong>de</strong> los neoliberales al po<strong>de</strong>r bajo el clima i<strong>de</strong>ológico<br />
<strong>de</strong>l llamado capitalismo salvaje. Los neoliberales lo<br />
quieren todo, ¿recuerdan? Exigen que los gobiernos<br />
reduzcan los gastos y que bajen los impuestos. El<br />
Estado es para ellos una carga cuando se trata <strong>de</strong><br />
contribuir a los gastos sociales, pero es divino cuando<br />
acu<strong>de</strong> al rescate financiero <strong>de</strong> las empresas en quiebra<br />
o cuando garantiza el pago <strong>de</strong> los sustanciosos<br />
intereses <strong>de</strong> los bonos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda.<br />
Es urgente pues, por parte <strong>de</strong>l pueblo salvadoreño,<br />
esquilmado y explotado a más no po<strong>de</strong>r --lo que nos<br />
ha llevado a ser una <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s más <strong>de</strong>siguales<br />
<strong>de</strong>l mundo- acabar con esta inmoral rebelión fiscal<br />
<strong>de</strong> los ricos y luchar por una reforma fiscal que haga<br />
justicia a las mayorías populares <strong>de</strong>l país.<br />
La rebelión <strong>de</strong> los ricos adquiere valor político cuando<br />
estos pocos, que a<strong>de</strong>más son los que crean opinión a<br />
través <strong>de</strong> sus “medios <strong>de</strong> comunicación”, no ocupan<br />
los servicios públicos <strong>de</strong> salud, educación, pensiones<br />
o seguridad pública, buscando alternativas privadas<br />
que, por su nivel <strong>de</strong> renta, pue<strong>de</strong>n cubrirse.<br />
“O los ricos comienzan a pagar impuestos o se<br />
enfrentarán a una revolución”. Sostuvo el prestigioso<br />
columnista conservador <strong>de</strong> The Wall Street Journal,<br />
Paul B. Farell (2014), planteando que la brecha entre<br />
el 1% <strong>de</strong> los “súper ricos” y el 99% restante <strong>de</strong> la<br />
población en EE UU no había sido tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la Gran Depresión <strong>de</strong> 1929, y que solo el “engaño” o<br />
el “espejismo” que lanza esta clase privilegiada <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
sus diversas tribunas, ya sean políticas o mediáticas,<br />
impi<strong>de</strong>n a la gente darse cuenta <strong>de</strong> que estamos a<br />
punto <strong>de</strong> vivir otro colapso como el <strong>de</strong> hace casi un<br />
siglo.<br />
El actual mo<strong>de</strong>lo económico y social refleja una<br />
configuración que acentúa la concentración <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />
y la discriminación. Se necesitan políticas fiscales que<br />
ayu<strong>de</strong>n a reducir las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s, sostienen nuevas<br />
corrientes progresistas anti-neoliberales. Los gobiernos<br />
tienen que hacer frente a las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s, garantizar<br />
la equidad <strong>de</strong> los sistemas tributarios, haciendo que<br />
los ricos contribuyan <strong>de</strong> manera más justa, pues sus<br />
intereses, no <strong>de</strong>ben prevalecer sobre el resto <strong>de</strong> la<br />
población.<br />
América Latina y el Caribe continúan siendo las<br />
regiones más <strong>de</strong>siguales <strong>de</strong>l mundo. Los más ricos<br />
acaparan en promedio el 50% <strong>de</strong> los ingresos totales<br />
<strong>de</strong> la región, mientras que los más pobres quedan sólo<br />
con el 5%. Si las tres personas más ricas <strong>de</strong>l mundo<br />
gastaran 1 millón <strong>de</strong> dólares por día cada una, serían<br />
necesarios 200 años para acabar con todo su dinero.<br />
Eso no ocurre únicamente en los países más ricos. En<br />
México, Carlos Slim, el más rico <strong>de</strong> todos los latinos<br />
y el segundo hombre más rico <strong>de</strong>l mundo, podría<br />
pagar sólo con sus ingresos <strong>de</strong> un año los salarios<br />
anuales <strong>de</strong> 440.000 trabajadores. Este escenario<br />
<strong>de</strong>salentador impone una constatación <strong>de</strong> que la<br />
creciente <strong>de</strong>sigualdad es el mayor <strong>de</strong>safío social para<br />
los gobiernos y pueblos <strong>de</strong> todo el mundo, en especial<br />
para los latinoamericanos.