Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
EL DIARIO DE ANA FRANK<br />
Muy querida Kitty:<br />
La noche, como el día, se han convertido en una pesadilla.<br />
Lo veo a todas horas, o casi, sin po<strong>de</strong>r ir hasta él; necesito vigilarme<br />
para no traicionarme, aparentar jovialidad, mientras que todo en<br />
mi no es más que <strong>de</strong>sesperación.<br />
Peter Wessel y Peter Van Daan se han fundido en un solo<br />
Peter, amado y bueno y por quien suspiro.<br />
Mamá me fastidia; papá es amable y me fastidia, por lo tanto,<br />
aun más; en cuanto a Margot, me fastidia más que mis padres,<br />
pues preten<strong>de</strong> verme feliz y yo lo único que <strong>de</strong>seo es estar tranquila.<br />
Peter no se ha reunido conmigo en el <strong>de</strong>sván; ha ido a la<br />
buhardilla para realizar un trabajo <strong>de</strong> carpintería. A cada chirrido,<br />
a cada martillazo sentía <strong>de</strong>svanecerse mi valor y me entristecía<br />
cada vez más. A lo lejos un carillón tocaba: Puro <strong>de</strong> cuerpo, puro<br />
<strong>de</strong> alma. Soy sentimental ya lo sé. Estoy <strong>de</strong>sesperada y me vuelvo<br />
muy poco razonable: eso lo sé también.<br />
¡Ayúdame Dios! ¡Ayúdame!<br />
Tuya,<br />
ANA<br />
Miércoles 10 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1944<br />
Querida Kitty:<br />
Mis propios intereses pasan a segundo plano, a causa <strong>de</strong> un<br />
robo. No es divertido eso <strong>de</strong> que se repitan, pero no puedo<br />
remediarlo: los ladrones sienten cierto placer en honrar a Kraler<br />
& Co., con su visita. Este robo fue mucho más complicado que el<br />
<strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1943.<br />
Anoche, cuando como <strong>de</strong> costumbre, el señor Van Daan se<br />
trasladó al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> Kraler, a las siete y media, vio que las<br />
puertas vidrieras y la puerta <strong>de</strong>l escritorio estaban abiertas.<br />
Sorprendido, <strong>de</strong>cidió inspeccionar los lugares, y tuvo otras<br />
sorpresas; las puertas <strong>de</strong>l vestuario estaban igualmente abiertas y<br />
había allí un <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n espantoso, sobre todo en la oficina<br />
<strong>de</strong>lantera. Su primer pensamiento fue: «Un ladrón». Para saber a<br />
qué atenerse, bajó hasta la puerta <strong>de</strong> entrada, y la examinó: todo<br />
estaba cerrado y la cerradura <strong>de</strong> seguridad intacta. «¡Bah! -se dijo-<br />
. Peter y <strong>El</strong>li no han <strong>de</strong>jado el escritorio en or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su<br />
trabajo <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>». Permaneció un buen momento en el <strong>de</strong>spacho<br />
<strong>de</strong> Kraler y apagó la luz antes <strong>de</strong> salir, sin cavilar <strong>de</strong>masiado sobre<br />
el misterio <strong>de</strong> las puertas abiertas y el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n.<br />
Esta mañana, Peter golpeó a nuestra puerta y nos anunció<br />
que había encontrado abierta <strong>de</strong> par en par la puerta <strong>de</strong> calle.<br />
Nos dijo también que el aparato <strong>de</strong> proyección y la nueva cartera<br />
<strong>de</strong> documentos <strong>de</strong> Kraler habían <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>l armario, Peter<br />
fue encargado <strong>de</strong> cerrar la puerta, y Van Daan contó sus<br />
<strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> la víspera a la noche, <strong>de</strong>jándonos a todos<br />
muy inquietos.<br />
Toda la historia se resume en que el ladrón <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> tener en<br />
su po<strong>de</strong>r un duplicado <strong>de</strong> la llave <strong>de</strong> seguridad, pues la puerta<br />
había sido abierta normalmente. Debe <strong>de</strong> haber entrado al<br />
anochecer, más bien temprano, y haberla cerrado. Luego,<br />
molestado por Van Daan, sin duda se ocultó hasta que éste se<br />
fue; tras lo cual, huyó con su botín, a toda prisa, olvidándose <strong>de</strong><br />
volver a cerrar la puerta. ¿Quién pue<strong>de</strong> tener un duplicado <strong>de</strong><br />
nuestra llave? ¿Por qué el ladrón no fue al <strong>de</strong>pósito? ¿Será culpable<br />
alguno <strong>de</strong> los hombres que allí trabajan? ¿Y no irá a <strong>de</strong>nunciarnos,<br />
puesto que ha oído y hasta quizá visto a Van Daan?<br />
Es horrible no saber si el ladrón se <strong>de</strong>tendrá ahí o si se le<br />
ocurrirá la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> abrir nuestra puerta una vez más. ¿O se habrá<br />
asustado al ver a un hombre pasearse libremente por las oficinas?<br />
Tuya,<br />
ANA<br />
Jueves 2 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1944<br />
© Pehuén Editores, 2001.<br />
)93(