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13. Segunda Fundación

Segunda Fundación es el tercer libro de la Trilogía original de la Fundación de Isaac Asimov. En él se descubre el paradero de la Segunda Fundación así como las capacidades de sus miembros.

Segunda Fundación es el tercer libro de la Trilogía original de la Fundación de Isaac Asimov. En él se descubre el paradero de la Segunda Fundación así como las capacidades de sus miembros.

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indica que considera el contenido de la cartera más valioso que su propia seguridad, y<br />

esto significa que mientras usted esté aquí dentro y la cartera esté afuera, y nosotros<br />

sepamos que está afuera, su situación es bastante precaria.<br />

Hizo una pausa para recobrar el aliento, y el hombre dijo entre dientes:<br />

—Excepto que estoy pensando en estrangularte o dejarte medio muerta y largarme<br />

de aquí, con la cartera.<br />

—Excepto, jovencito, que yo tengo por casualidad un palo de béisbol debajo de la<br />

cama, al que puedo llegar en un segundo desde donde estoy sentada, y que soy muy<br />

fuerte para ser una chica.<br />

Callejón sin salida. Finalmente, con forzada cortesía, el «jovencito» dijo:<br />

—Será mejor que me presente, ya que somos tan amigos. Soy Pelleas Anthor. ¿Cuál<br />

es tu nombre?<br />

—Soy Arca... Arkady Darell. Encantada de conocerle.<br />

—Y ahora, Arkady, ¿quieres ser una niña buena y llamar a tu padre?<br />

Arcadia se enfureció.<br />

—No soy una niña. Creo que es usted muy grosero..., especialmente cuando está<br />

pidiendo un favor.<br />

Pelleas Anthor suspiró.<br />

—Muy bien. ¿Quieres ser una buena y cariñosa viejecita, que huele a lavanda, y<br />

llamar a tu padre?<br />

—Tampoco es eso lo que quería, pero le llamaré. Recuerde que no pienso quitarle los<br />

ojos de encima, jovencito —y pataleó contra el suelo.<br />

Se oyeron pasos en el vestíbulo, y alguien abrió la puerta de par en par.<br />

—Arcadia .. —Hubo una pequeña explosión de jadeos, y el doctor Darell preguntó—:<br />

¿Quién es usted, señor?<br />

Pelleas se puso en pie de un salto, con evidente alivio.<br />

—¿Es el doctor Toran Darell? Soy Pelleas Anthor. Creo que ha recibido noticias de mi<br />

visita. Al menos, su hija así lo asegura.<br />

—¿Mi hija lo asegura? —La miró con reprobación, pero la mirada resbaló por la<br />

impenetrable red de inocencia con que ella recibió la acusación. El doctor Darell dijo por<br />

fin—: Es cierto, le esperaba. ¿Quiere acompañarme al piso de abajo?<br />

Se detuvo al darse cuenta de que algo se movía, y Arcadia lo observó casi<br />

simultáneamente.<br />

Se abalanzó sobre su transcriptor, pero fue inútil, pues su padre ya se encontraba<br />

junto a él. El doctor Darell dijo con dulzura:<br />

—Lo has dejado funcionando todo este tiempo, Arcadia.<br />

—Padre —gimió ella, realmente angustiada—, no es nada cortés leer la<br />

correspondencia privada de otra persona, en especial si se trata de correspondencia<br />

sonora.<br />

—¡Ah! —exclamó el padre—, ¡pero esta vez se trata de una «correspondencia sonora»<br />

con un desconocido en tu dormitorio! Como padre, Arcadia, tengo que protegerte contra<br />

el mal.<br />

—¡Oh, demonios! No ha pasado nada malo.<br />

Pelleas rió de improviso.<br />

—Eso no es cierto, doctor Darell. La jovencita iba a acusarme de toda clase de cosas,<br />

y debo insistir en que usted lo lea, sólo para salvar mi buen nombre.<br />

—¡Oh...!<br />

Arcadia reprimió las lágrimas con un esfuerzo. Su propio padre ni siquiera c :':<br />

confiaba en ella. Y el maldito transcriptor... Si aquel idiota no hubiese aparecido en la<br />

ventana, ella ; no habría olvidado desconectar la máquina. Y ahora su padre<br />

pronunciaría largos discursos sobre lo que una jovencita no debe hacer. Al parecer, lo<br />

único que podía hacer era ahogarse de pena y morir.<br />

—Arcadia —dijo suavemente su padre—, creo que una señorita como tú...<br />

—Lo sabía, lo sabía.<br />

—...no debería ser impertinente con hombres de más edad que ella.<br />

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