11.07.2015 Views

Razones y Emociones - Promundo

Razones y Emociones - Promundo

Razones y Emociones - Promundo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAPÍTULO 2[NOTA: Se comenta que las emociones noson ni buenas ni malas, ni femeninas ni masculinas,sino que son recursos humanos. Y que nosomos responsables de cómo las sentimos, perosí de lo que hacemos por lo que sentimos. Enrelación al enojo, es importante que el grupopueda reconocer la diferencia entre la violenciay la expresión directa y verbal de un enojo.]¿Qué podemos hacer para expresarlibremente nuestras emociones? ¿Cómo puedoflexibilizar la expresión de lo que siento? Quecada quien anote sus reflexiones personalmentey, si lo desean, se puede compartir en pequeñosgrupos.A final debe enfatizarse que las emocionespueden ser vistas como una forma de energíaque nos permite sacar aquello que nos oprimey daña internamente. Lograr su expresión sindañar a otros nos ayuda a fortalecernos más ya relacionarnos mejor con el mundo que nosrodea. Las diferentes emociones sonsencillamente el reflejo de necesidadesafectivas, lo mejor es no instalarse en una odos emociones, sino moverse en todas ellassegún vayan apareciendo sucesos en nuestrasvidas. Generalmente, desde una edad muytemprana se le suele proponer/imponer a losniños que no se deben enojar o ser miedosos yque las niñas se ven feas cuando muestran suenojo. La salud emocional tiene que ver conla flexibilización en el manejo de las emociones,pues éstas son recursos para identificar yexpresar nuestras necesidades.“El Otro Yo”Se trataba de un muchacho corriente: enlos pantalones se le formaban rodilleras, leíahistorietas, hacía ruido cuando comía, semetía los dedos en la nariz roncaba en lasiesta, se llamaba Armando. Corriente entodo, menos en una cosa: tenía Otro Yo.El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada,se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente,se emocionaba en losatardeceres. Al muchacho le preocupabamucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodofrente a sus amigos. Por otra parte, el otroyo era melancólico y, debido a ello, Armandono podía ser tan vulgar como era su deseo.Una tarde Armando llegó cansado deltrabajo, se quitó los zapatos, movió lentamentelos dedos de los pies y encendió la radio.En la radio estaba Mozart, pero el muchachose durmió. Cuando despertó, el Otro Yolloraba con desconsuelo. En el primer momento,el muchacho no supo qué hacer, perodespués se rehizo e insultó concienzudamenteal Otro Yo. Este no dijo nada, pero a lamañana siguiente se había suicidado.Al principio la muerte del Otro Yo fue unrudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría seríntegramente vulgar. Este pensamiento loreconfortó.Sólo llevaba cinco días de luto, cuandosalió a la calle con el propósito de lucir sunueva y completa vulgaridad. Desde lejosvio que se acercaban sus amigos. Eso lo llenóde felicidad e inmediatamente estalló enrisotadas. Sin embargo, cuando pasaron juntoa él, ellos no notaron su presencia. Parapeor de males, el muchacho alcanzó aescuchar que comentaban: pobre Armando,y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable.El muchacho no tuvo más remedio quedejar de reír, y al mismo tiempo, sintió a laaltura del esternón un ahogo que se parecíabastante a la nostalgia. Pero no pudo sentirauténtica melancolía, porque toda lamelancolía se la había llevado el Otro Yo.Mario Benedetti35

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!