11.07.2015 Views

Setenta veces siete

Setenta veces siete

Setenta veces siete

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

padres abusivos43pero sin mencionar la existencia de Karl: “Viudo con tres hijas buscaama de llaves; posibilidad de matrimonio futuro.”Se presentaron unas cuantas mujeres, y al final una decidió quedarse.No fue hasta más tarde que se enteró de la existencia de unvarón en la casa, y nunca perdonó por completo a su nuevo maridopor habérselo callado. La comida de Karl siempre era inferior a la delresto de la familia, y la madrastra constantemente se quejaba de él.El padre de Karl se quedaba callado y no hacía nada por defender asu hijo ante el trato severo y desalmado de la nueva esposa. Peor aún,se unía a ella en maltratar al muchacho y con frecuencia le azotabausando una correa de cuero con anillos de bronce. Cuando Karl tratabade protegerse, su padre se enfurecía más y le pegaba por encimade la cabeza y en la cara.Tan pronto como pudo, Karl se fue de casa. Atraído por el movimientojuvenil que en aquellos años de posguerra se extendía portodo el país, se unió a las filas de ateos, anarquistas y otros que queríantransformar el mundo, y se propuso hacer lo que estaba en su poderpara que la sociedad jamás volviera a ser como antes. Caminó através de Alemania hasta que se topó con el Bruderhof; allí respondióal amor que sintió en seguida, y decidió quedarse. Entusiasmado, selanzó a la vida en comunidad, pero las experiencias de su niñez no lodejaban en paz. Una y otra vez, el resentimiento que sentía hacia suspadres le pesaba en el alma. Finalmente, fue a hablar con mi abuelo yle confió todos sus sentimientos de ira y odio.La respuesta fue sorprendente. Eberhard Arnold sugirió que Karlescribiera a sus padres, pidiendo su perdón por todas las <strong>veces</strong> enque intencionalmente los había ofendido o les había causado pena.Le dijo a Karl que mirase únicamente su propia culpa, no la de ellos.Karl quedó estupefacto, pero siguió el consejo y escribió a su padre.La carta llegó a su destino, y aunque el padre nunca le pidió perdónSETENTA VECES SIETEespanol.bruderhof.com

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!