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Christian Zacharias Federico Chueca Angelica ... - Scherzo

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30<br />

ACTUALIDAD<br />

MADRID<br />

Temporada de la OCNE<br />

IMPULSO Y PRECISIÓN<br />

Madrid. Auditorio Nacional. 1-VI-2008. Orquesta Nacional de España. <strong>Christian</strong> <strong>Zacharias</strong>, pianista y director. Obras de<br />

Mozart y Schubert. 8-VI-2008. Julian Rachlin, violín. ONE. Director: Kirill Petrenko. Obras de Kodály, Sibelius y<br />

Rachmaninov. 15-VI-2008. Angela Brown, soprano; Ekaterina Gubanova, mezzo; Andrew Richards, tenor; Deyan Vatchkov,<br />

bajo. OCNE. Director: Josep Pons. Verdi, Réquiem.<br />

Z acharias,<br />

en su doble<br />

faceta de director y pianista,<br />

nos dio la posibilidad<br />

de acercarnos a una obra<br />

infrecuente cual es la música<br />

incidental escrita por Schubert<br />

para el drama Rosamunde<br />

de Helmina von Chézy, de<br />

la que habitualmente sólo se<br />

escuchan tres o cuatro piezas.<br />

El artista alemán reordenó a<br />

su aire los once números. Lo<br />

atractivo de la propuesta y la<br />

juiciosa elección de los tempi<br />

compensaron los desequilibrios<br />

de muchos instantes, a<br />

partir de una plantilla escogida<br />

que empleaba, por ejemplo,<br />

igual número de chelos<br />

que de contrabajos (5). Nos<br />

pareció en exceso rudo el<br />

sonido, escaso el empaste<br />

general, deficiente el balance<br />

entre metales y cuerdas y un<br />

punto rígido el planteamiento<br />

rítmico, denotado particular-<br />

mente en el crescendo que<br />

marca el ascenso al clímax de<br />

la obertura (que es la del<br />

melodrama El arpa mágica).<br />

El Coro y sus solistas (Burgos,<br />

Mesa, Pardell, Rodríguez<br />

Torres) hicieron un aceptable<br />

trabajo.<br />

El artista alemán había<br />

planteado antes una animada<br />

obertura de El rapto en el<br />

serrallo; y un Concierto nº 25<br />

de Mozart tocado según la<br />

edición Bärenreiter, que<br />

modifica algunos de los<br />

usuales compases. La frescura<br />

del acento, la finura del<br />

dibujo, la masculinidad poética<br />

del canto, la severidad de<br />

la forma y al tiempo lo aéreo<br />

de la sonoridad —con pasajes<br />

confusos en la introducción—<br />

nos complacieron.<br />

Pudimos degustar y saborear<br />

una interpretación en la que<br />

prevalecieron los valores<br />

Ciclo de la Universidad Politécnica<br />

RIESGO Y EQUILIBRIO<br />

constructivos del diálogo.<br />

Petrenko es un director<br />

menudo, nervioso, sólido;<br />

virtudes que contrarresta con<br />

un escaso sentido para la<br />

elevación lírica y para el<br />

detalle preciosista. Nos brindó<br />

una robusta y bien trabada<br />

versión de las Danzas<br />

sinfónicas de Rachmaninov,<br />

suficientemente bien expuestas<br />

como para que no se nos<br />

hicieran en exceso plúmbeas.<br />

Menos lustrosa la Suite<br />

Háry János de Kodály, carente<br />

de gracia y poco colorista.<br />

En routine el acompañamiento<br />

al excelente Rachlin<br />

en el Concierto de Sibelius.<br />

La temporada se cerró<br />

con una interpretación enjuta,<br />

bien diseñada, seca desde<br />

un punto de vista rítmico del<br />

Réquiem de Verdi, en el que<br />

Pons, siempre enemigo de<br />

las elongaciones, se mostró<br />

Madrid. Auditorio Nacional. 24-V-2008. Nicola Benedetti, violín. Real Orquesta Nacional Escocesa. Director:<br />

Stéphane Denève. Obras de Mendelssohn, Sibelius, Debussy y Ravel.<br />

C on<br />

la Obertura de “Las<br />

Hébridas” comenzó<br />

una velada que fue in<br />

crescendo en calidad e implicación<br />

interpretativa. La<br />

batuta de Stéphane Denève<br />

justificó el hecho de ser objeto<br />

de atención en el panorama<br />

internacional como un<br />

músico inquieto que denota<br />

cuestionarse planteamientos<br />

tradicionales y asume cierto<br />

grado de riesgo sin perder<br />

de vista el equilibrio.<br />

Sobre el podio madrileño,<br />

su gesto amplio, grande,<br />

fue ganando en flexibilidad y<br />

comunicatividad a medida<br />

que se iba liberando de una<br />

rigidez quizá producto de<br />

perseguir la precisión como<br />

concepto prioritario. La decisión<br />

de enfrentar las dos sec-<br />

ciones de violines, e intercalar<br />

violonchelos y contrabajos<br />

entre ambas, proporcionó<br />

redondez a la sonoridad de<br />

la orquesta, pero, a cambio,<br />

restó riqueza y empaste a la<br />

cuerda aguda y una mayor<br />

diversificación dinámica<br />

general.<br />

STÉPHANE DENÈVE<br />

Henry Fair<br />

El espinoso Concierto de<br />

Sibelius fue abordado por la<br />

violinista italo-escocesa con<br />

un ímpetu juvenil que no le<br />

sirvió en todo momento para<br />

superar las dificultades técnicas<br />

que plantea la página. Su<br />

sonido, de vibrato intenso y<br />

amplio, no siendo excesiva-<br />

claro, preciso, y defendió<br />

unos tempi muy plausibles.<br />

La rapidez imprimida a la<br />

fuga del Libera me no restó<br />

transparencia al contrapunto,<br />

en el que colaboró a satisfacción,<br />

en uno de sus mejores<br />

días, el Coro. La Nacional<br />

sonó estupendamente, con<br />

alguna excepción: dubitativa<br />

entrada de los chelos en el<br />

Ofertorio. Del cuarteto vocal<br />

solista sobresalieron Angela<br />

Brown segura, mejor en el<br />

forte que en el piano, y Ekaterina<br />

Gubanova, soprano<br />

más que mezzo, de grave<br />

débil. El tenor Andrew<br />

Richards tiene agudos, pero<br />

su canto parece un tanto<br />

remilgado, con abuso de pianos<br />

engolados. Opaco y de<br />

pequeño volumen el bajo<br />

Deyan Vatchkov.<br />

Arturo Reverter<br />

mente grande, quedó encubierto<br />

en más de una ocasión<br />

por el ropaje orquestal.<br />

En la segunda parte nos<br />

encontramos con un Denève<br />

más bregado en los terrenos<br />

que pisaba. Optó por abordar<br />

el repertorio francés bajo la<br />

homogeneidad del pulso y la<br />

objetividad del fraseo, sin<br />

detenerse a recrear un excesivo<br />

detallismo. Tras un Segundo<br />

Cuaderno de Imágenes de<br />

Debussy fluido y rítmico, la<br />

intensidad emocional fue<br />

aumentando hasta cerrar el<br />

programa poniendo en pié<br />

una lectura de La valse elegante<br />

y coreográfica, justamente<br />

correspondida por la<br />

temperatura de los aplausos.<br />

Juan García-Rico

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