Christian Zacharias Federico Chueca Angelica ... - Scherzo
Christian Zacharias Federico Chueca Angelica ... - Scherzo
Christian Zacharias Federico Chueca Angelica ... - Scherzo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
32<br />
ACTUALIDAD<br />
MADRID<br />
XIV Ciclo de Lied<br />
COLORATURA Y TEMPERAMENTO<br />
Madrid. Teatro de la Zarzuela. 19-V-2008. Diana Damrau, soprano; Stephan Matthias Landemann, piano. Obras de C y R. Schumann,<br />
Mendelssohn, Berg, Zemlinsky y Strauss. 10-VI-2008. Waltraud Meier, mezzo; Josef Breinl, piano. Obras de Schubert y Strauss.<br />
N o<br />
es frecuente que una<br />
soprano de coloratura<br />
encare el repertorio de<br />
cámara, Damrau lo hace con<br />
gran solvencia vocal, musical<br />
y hasta diríamos que literaria,<br />
por la minucia y claridad de<br />
su dicción, siempre cargada<br />
con intenciones elaboradas y<br />
precisas. Desde luego, lo<br />
más granado de su registro<br />
está en el extremo superior y<br />
así lo demostró al añadir<br />
como propina Amor de<br />
Strauss sobre un poema de<br />
Brentano con título en latín.<br />
Se quedó como si tal cosa en<br />
el sobreagudo con agilidades,<br />
hizo trinos sucesivos en<br />
cuatro cadencias y todos los<br />
adornos que se le pidieran.<br />
Ibermúsica<br />
BELLEZA A RAS DE SUELO<br />
Madrid. Auditorio Nacional. 28, 29-V-2008. Sinfónica de Londres. Director: Colin Davis. Obras de Schubert y Bruckner.<br />
Colin Davis ha sabido<br />
siempre construir con<br />
suma habilidad sus edificios<br />
orquestales, plantear<br />
con claridad sus estructuras,<br />
dinamizar con fortuna sus<br />
acentos, marcar sin problemas,<br />
tapujos y dudas sus ritmos;<br />
frasear con la mayor de<br />
las solturas. Imponer a los<br />
instrumentistas una ley aceptada<br />
de buen grado gracias a<br />
la cordialidad de su trato.<br />
Maestro diligente, vitalista,<br />
amigo de texturas claras, trabajadas<br />
con rapidez, con<br />
presteza antes que con<br />
minuciosidad o con una<br />
visión profunda de la forma<br />
y un análisis cuidadoso del<br />
contenido. Pero eficaz, probo<br />
a la hora de ofrecer sin<br />
dobleces su diáfano mensaje.<br />
Básicamente, muchas de<br />
estas características continúan<br />
definiendo su estilo. Claro<br />
que ahora, cuando el director<br />
tiene ya 80 años, las<br />
maneras son más pausadas,<br />
el gesto más lento y más<br />
estricto, algo más estudiado.<br />
En el resto del programa,<br />
adecuó inteligentemente sus<br />
medios a las exigencias del<br />
género en el medio y el grave,<br />
en especial con las Canciones<br />
tempranas de Alban<br />
Berg, teñidas de voluptuosidad<br />
expresionista. Apianó<br />
para bajar desde el agudo y<br />
apuró sus vibraciones para<br />
dar dramatismo cuando<br />
cabía hacerlo. Lo mejor fue<br />
el clima de ensoñación y<br />
lirismo en piezas como La<br />
flor de loto (Schumann) y los<br />
Strauss Mañana y La noche.<br />
Solvente y atento, el solidario<br />
acompañante Landemann.<br />
Meier, mezzo con amplia<br />
extensión de soprano, rica<br />
timbración, bella pastosidad<br />
Con este bagaje Davis,<br />
con la colaboración de la<br />
espléndida orquesta londinense,<br />
ha planteado unas<br />
versiones luminosas, biensonantes,<br />
rotundas en ciertos<br />
aspectos, de las cuatro obras.<br />
Y lo hemos pasado estupendamente.<br />
Lo escuchado es<br />
suficiente si no queremos<br />
ahondar en el sentido de las<br />
interpretaciones. Pero hemos<br />
de ser justos. Aquí estamos<br />
para aquilatar en lo posible.<br />
En verdad, sólo nos ha satisfecho<br />
la versión de la Sinfonía<br />
nº 5 en si bemol mayor<br />
de Schubert. Ha sido una<br />
aun en tramos velados, cálido<br />
temperamento y cortante recitación,<br />
mejora su actuación<br />
camerística. No siempre es<br />
impecable: algunas frases terminaron<br />
bruscamente y cierto<br />
agudo caló pero se impuso<br />
por su genio interpretativo,<br />
sobre todo en las piezas que<br />
componen escenas, exhiben<br />
personajes o exigen un<br />
empleo dramático. Los mejores<br />
Schubert fueron, entonces,<br />
Margarita en la rueca y El rey<br />
de los elfos. Lo mismo ocurrió<br />
en Strauss, especialmente<br />
Liberado, de oscuro y arrollador<br />
empuje, y una imponente<br />
Dedicatoria. En la segunda<br />
parte abordó las straussianas<br />
Cuatro últimas canciones,<br />
COLIN DAVIS<br />
aproximación de rara limpidez,<br />
esbelta, aérea, de logradas<br />
dinámicas y acentos, de<br />
tempi que nos han parecido<br />
justos; de refinada pero al<br />
tiempo agreste tímbrica. La<br />
orquesta ha cantado magníficamente<br />
en el Menuetto, con<br />
un ländler intermedio maravilloso.<br />
Poesía cercana y<br />
natural.<br />
El nivel no ha sido el<br />
mismo en la Incompleta, la<br />
nº 8 en si menor. Aunque el<br />
dibujo general tuvo presencia<br />
y nitidez y los músicos<br />
tocaron igual de bien, la<br />
batuta no llegó a dar la trági-<br />
Alberto Venzago<br />
despedida serena de Strauss.<br />
Desde luego, hacerlas con<br />
piano disminuye su potencia,<br />
pues Strauss fue, entre otras<br />
cosas, un orquestador supremo<br />
y el conjunto acolcha<br />
mejor a la voz y proporciona<br />
más armónicos que el solitario<br />
instrumento. Meier devanó<br />
los poemas de Hesse con<br />
autoridad e intención. En las<br />
propinas descolló en un<br />
intenso y extático Mahler, Luz<br />
original, y un vibrante Wolf,<br />
Despedida. Breinl aportó un<br />
poder sonoro y una impetuosa<br />
y decidida expresividad,<br />
proporcionales a la importancia<br />
vocal de la cantante.<br />
Blas Matamoro<br />
ca dimensión del turbulento<br />
desarrollo del primer movimiento<br />
ni la elevación lírica<br />
del segundo. La falta de<br />
remate determinó también el<br />
resultado en Bruckner. No<br />
parece encontrarse el director<br />
especialmente a gusto<br />
ante estos pentagramas, a los<br />
que se enfrenta al final de su<br />
carrera. Fueron interpretaciones<br />
de oficio, pero lastradas<br />
por una falta de habilidad<br />
para organizar las progresiones,<br />
una aparente incapacidad<br />
para aplicar el rubato<br />
adecuado y provocar la<br />
expresión idónea. No penetró,<br />
por ejemplo, en lo inefable<br />
de algunos instantes de<br />
la Séptima: compases previos<br />
a la coda del primer movimiento;<br />
final del segundo…<br />
La Sexta, obra tan rica en<br />
efectos tímbricos, en inesperadas<br />
soluciones, nos pareció<br />
construida un poco a trompicones,<br />
tocada como de<br />
manera fragmentada.<br />
Arturo Reverter