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Christian Zacharias Federico Chueca Angelica ... - Scherzo

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46<br />

ACTUALIDAD<br />

ALEMANIA<br />

ACTUALIDAD<br />

INTERNACIONAL<br />

Dos visiones escénicas de Belshazzar<br />

EN EL MURO TREPADOR<br />

Staatsoper. 3-VI-2008. Haendel, Belshazzar. Kenneth Tarver, Rosemary Joshua, Kristina<br />

Hammarström, Neal Davies, Bejun Mehta. Director musical: René Jacobs. Director de<br />

escena: Christof Nel. Halle. Oper. 6-VI-2008. Haendel, Belshazzar. Nicholas Sales, Romelia<br />

Lichtenstein, Jordi Domènech, David DQ Lee, Florian Boesch. Director musical: Martin<br />

Haselböck. Director de escena: Philippe Calvario.<br />

El oratorio dramático<br />

Baltasar de Haendel fue<br />

repuesto por la Ópera<br />

Estatal en la reducida y<br />

nueva producción de<br />

Christof Nel, exenta del habitual<br />

estatismo gracias a la<br />

actuación del Coro de Cámara<br />

RIAS, dirigido por Timothy<br />

Brown. Cantó con timbre<br />

acariciante, emisión poderosa<br />

y sorprendente precisión<br />

rítmica. Actuó comprometido<br />

con la acción. Los cantantes<br />

estaban separados en diversos<br />

niveles sobre un gris<br />

macizo montañoso, que<br />

podía cerrarse como un<br />

muro, atravesado por el<br />

negro trazo del Eufrates y<br />

manando sangre en la escena<br />

del festín. Sobre esta<br />

construcción de Roland Aeschliemann<br />

el vestuario de<br />

Bettina Walter rompió la grisura<br />

global con tocados de<br />

distintos colores para señalar<br />

a los judíos, los persas y los<br />

babilonios. En torno al neurótico<br />

rey, a veces entronizado<br />

y otras en pose de guerra,<br />

rondaban los demás personajes,<br />

subiendo por el muro,<br />

adoptando actitudes eróticas,<br />

todo en plan bizarro y<br />

deportivo.<br />

Kenneth Tarver, protagonista,<br />

consiguió infundir<br />

terror con su mirada pero su<br />

voz de tenor ligero resultó<br />

insuficiente. Le faltaron fuerza<br />

y carácter, aparte de su<br />

deficiente coloratura. En<br />

Nitocris, la especialista en<br />

barroco Rosemary Joshua,<br />

celebrada Semele, ahora en<br />

plan dramático, mostró limitaciones<br />

de agudo y una agilidad<br />

imprecisa. No obstante,<br />

la actriz salió adelante en el<br />

aria Mira, oh hijo, cómo fluyen<br />

mis lágrimas. Kristina<br />

Hammarström fue un Daniel<br />

de cultivada voz de mezzo,<br />

aunque débil de medios.<br />

Impresionó la potencia del<br />

bajo barítono Neal Davies en<br />

el asirio Gobryas. Bejun<br />

BERLÍN<br />

Jordi Domènech y Nicholas Sales en Belshazzar de Haendel<br />

Mehta hizo de Ciro y resultó<br />

la mejor vocalidad de la<br />

noche, a pesar de que su<br />

centro viril y cálido no<br />

correspondió a un problemático<br />

agudo. Lo compensó<br />

con arrojo vehemente, fogosa<br />

coloratura y la expresividad<br />

de su presencia. René<br />

Jacobs condujo a la berlinesa<br />

Academia de Música Antigua<br />

con inspiración algo afectada,<br />

muchos finos detalles y<br />

un talante festivo que produjo<br />

los más bellos momentos<br />

sonoros de la función.<br />

Con un criterio opuesto<br />

puso en escena la misma<br />

obra el joven régisseur Philippe<br />

Calvario en el Festival<br />

Haendel de Halle. Pierre<br />

Nouvel propuso una escenografía<br />

giratoria en forma de<br />

blanca torre con torretas de<br />

metal, escaleras y almenas,<br />

en torno a la cual circulaba<br />

la barroca y decadente sociedad<br />

babilonia vestida de<br />

vivos colores por Mina Ly. El<br />

sitio de la ciudad por los persas<br />

fue resuelto como un juego<br />

y un pasatiempo, con<br />

proyecciones de vídeo: escrituras,<br />

paisajes, símbolos,<br />

manchas de sangre, ladrones<br />

vagabundos, en contraste<br />

con la cursi coreografía de<br />

Ralf Rossa, superflua decoración<br />

de las arias en forma de<br />

minués u orgías sexuales con<br />

abundancia de cuero, acróbatas<br />

y látigos.<br />

Nicholas Sales cantó al<br />

protagonista con agudeza<br />

vocal y más expresión y matices<br />

de coloratura que su colega<br />

berlinés. Romelia Lichtenstein,<br />

envuelta en gris y azul,<br />

mostró su conocida competencia<br />

en el estilo. Es una<br />

soprano vibrante de fulmíneos<br />

graves y una potente<br />

expresión en los recitativos.<br />

Su aria, ya citada, y su alucinación<br />

en el acto final fueron<br />

las cimas de la noche. El coro<br />

sumó el de la Ópera de Halle<br />

y el Vocal Concert de Dresde<br />

(directores: Jens Petereit y<br />

Peter Kopp), y estuvo deslumbrante<br />

de sonido y de gran<br />

desenvoltura actoral. Jordi<br />

Domènech hizo un Ciro de<br />

medios flexibles y homogéneos.<br />

David DQ Lee estuvo flojo<br />

en Daniel y Florian Boesch,<br />

sonoro y viril en Gobryas.<br />

Martin Haselböck dirigió con<br />

instrumentos originales la<br />

orquesta del Festival. Estuvo<br />

rígido en la obertura y grandioso<br />

en los conjuntos.<br />

Bernd Hoppe<br />

Gert Kiermeyer

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