Atmósfera alpinaPhilippe RahmLa montaña ocupa un lugar particular en mi trabajo. Estoes <strong>de</strong>bido a que soy suizo y he vivido en el corazón <strong>de</strong> losAlpes. Pero no existe por mi parte una relación románticacon los Alpes, no hay nostalgia alguna. Más que una imagen,más que una referencia iconográfica cultural o paisajística, lamontaña es para mí una especie <strong>de</strong> productor <strong>de</strong> fenómenosfísicos, una fuente <strong>de</strong> sensaciones y cuestionamientos.Pues lo que he percibido en la montaña, lo que he tenido,son sensaciones físicas, ópticas, térmicas y hormonalescomo consecuencia <strong>de</strong> un <strong>de</strong>ambular por las alturas, <strong>de</strong>la intensidad <strong>de</strong> la luz, <strong>de</strong> los cambios <strong>de</strong> oxígeno que seexperimentan en la montaña cuando se viene <strong>de</strong>l llano. Ascen<strong>de</strong>rsupone una variación en la calidad espacial en loque ésta tiene <strong>de</strong> más interno, más intrínseco, más esencial.A primera vista, por lo tanto, no parece haber diferencias.Viajando en avión, a 8.000 metros <strong>de</strong> altitud, se tiene enprincipio la impresión <strong>de</strong> que el cielo es igual que la tierra.Pero si saliéramos <strong>de</strong>l avión moriríamos <strong>de</strong> frío (al ser latemperatura, arriba, <strong>de</strong> 60 grados bajo cero, mientras queabajo es <strong>de</strong> 25 sobre cero), <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> oxígeno (un 4%aquí, mientras que en tierra el aire tiene un 25%) y, por supuesto,<strong>de</strong> insolación, pues los rayos ultravioletas no estaríanaún lo bastante filtrados merced al débil espesor <strong>de</strong> la atmósfera.Estas variaciones son invisibles pero no insensibles.No las vemos pero las sentimos, las respiramos, transformanel color <strong>de</strong> nuestra piel, modifican nuestro índice hormonal.Estas dimensiones fundamentales y fisiológicas <strong>de</strong>l espacioson lo que me fascina <strong>de</strong> la montaña, esa sublime percepción<strong>de</strong>l espacio, <strong>de</strong>l aire y <strong>de</strong> la luz que en ocasiones me hainspirado. Fue, en primer lugar, mediante el Hormonoriumcreado para el pabellón suizo en la bienal <strong>de</strong> Venecia <strong>de</strong>2002, cuando se provocó algo así como la (re)producción<strong>de</strong> un clima <strong>de</strong> alta montaña, con su conjunto <strong>de</strong> dispositivosfisiológicos que actuaban sobre el sistema endocrinoy neurovegetativo, modificando al mismo tiempo la calida<strong>de</strong>lectromagnética y química <strong>de</strong> la luz y <strong>de</strong>l aire. Se trataba<strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> representación fisiológica <strong>de</strong> la alta montañaque podía experimentarse a través <strong>de</strong> la respiración, laretina y la <strong>de</strong>rmis. El suelo estaba conformado por un falsoentarimado luminoso y brillante realizado en plexiglás para<strong>de</strong>jar pasar los rayos ultravioleta, muy presentes en la montaña.Estaba constituido por 528 tubos fluorescentes queemitían una luz blanca que reproducía el espectro solar y losrayos ultravioletas A y B. Como consecuencia <strong>de</strong> su reverberación,emitida, como lo hace la nieve, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el suelo, lospárpados, las cejas y la inclinación natural <strong>de</strong> la cabeza noofrecían ninguna resistencia a la radiación luminosa. Esta luz,
124 ARQUITECTURA ALPINA BRUNO TAUTeritropoyetina (EPO) <strong>de</strong>l hematocrito y un reforzamiento<strong>de</strong> los sistemas cardiovasculares y respiratorios. La eritropoyetinase genera en los riñones. Esta hormona proteica seintroduce en la médula ósea, estimulando la producción <strong>de</strong>glóbulos rojos, aportando oxígeno a los músculos. La disminución<strong>de</strong>l índice <strong>de</strong> oxígeno tiene así un efecto estimulanteque pue<strong>de</strong> mejorar las capacida<strong>de</strong>s físicas <strong>de</strong>l cuerpo hastaen un 10%. Por lo tanto, el Hormonorium conformaba unclima psicológicamente perceptible por el organismo, ofreciendopor entero un nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> espacio público <strong>de</strong>scontextualizado,<strong>de</strong>sgeografiado. Un lugar psico-químico,un <strong>de</strong>splazamiento parcial <strong>de</strong>l clima <strong>de</strong> gran altitud sobre elnivel <strong>de</strong>l mar cuya visibilidad se ampliaba, indistintamente,en la longitud <strong>de</strong> ondas bajas y altas <strong>de</strong>l espectro luminosoy en la invisibilidad <strong>de</strong> las composiciones químicas <strong>de</strong>l aire.Constituía una especie <strong>de</strong> arquitectura endocrina don<strong>de</strong>po<strong>de</strong>r respirar y don<strong>de</strong> uno quedaba obnubilado. Espaciopúblico interior a modo <strong>de</strong> piscina, hamman o iglesia, elHormonorium era un espacio climáticamente <strong>de</strong>terminadopor la luz, la temperatura, la calidad <strong>de</strong>l aire en el que elcuerpo se encuentra inmerso, aunque algunas <strong>de</strong> sus funcionesconserven una in<strong>de</strong>terminación, como la <strong>de</strong> reposar,fortalecer los músculos, oxigenarse, encontrarse, coquetear,<strong>de</strong>batir, mirarse, refugiarse, lavarse, tonificarse, etcétera.muy intensa, <strong>de</strong> entre 5.000 y 10.000 lux, estimula la retina,que transmite al glan<strong>de</strong> pineal informaciones que conllevanuna disminución <strong>de</strong> la secreción <strong>de</strong> la melatonina. Al bajarasí el índice <strong>de</strong> esta hormona en el cuerpo, se produce unadisminución <strong>de</strong> la fatiga, el probable aumento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seosexual así como un cambio <strong>de</strong> humor. La presencia <strong>de</strong> losrayos UVA en el Hormonorium hace que nos bronceemos,mientras que los UVB producen la síntesis <strong>de</strong> la vitamina D.Al aumentar la tasa <strong>de</strong> nitrógeno en el Hormonorium, sereduce la cantidad <strong>de</strong> oxígeno, pasando <strong>de</strong> una tasa <strong>de</strong>l 21%a otra <strong>de</strong>l 14%, que se correspon<strong>de</strong> con la que se produce auna altura próxima a los 3.000 metros. Esta disminución <strong>de</strong>loxígeno en el espacio provoca una ligera hipoxia que pue<strong>de</strong>manifestarse, en primer lugar, en forma <strong>de</strong> estados clínicoscomo la confusión, la <strong>de</strong>sorientación o un extraño comportamiento,pero también se manifiesta en una leve euforiacausada por la producción <strong>de</strong> endomorfina. Pasados diezminutos pue<strong>de</strong> darse un aumento «natural» <strong>de</strong> la tasa <strong>de</strong>Dos años <strong>de</strong>spués retomé la montaña en un proyecto llamadoND CULT para el «Near Death Experience», quese expuso en el Museo Migros <strong>de</strong> Zúrich, a una mayoraltura, cercana a los 10.000 metros. Aquí se abordó unadimensión espiritual <strong>de</strong>l espacio, pudiendo experimentarsealgunos estados místicos, religiosos y extáticos. ND CULTera un espacio que reproducía espacialmente el que experimentael cuerpo en el momento <strong>de</strong> la muerte, es <strong>de</strong>cir,durante los segundos en que el cerebro es progresivamenteprivado <strong>de</strong> oxígeno merced al paro cardiaco. La sangreproduce el oxígeno que el cerebro necesita para mantenersus funciones. El oxígeno que <strong>de</strong>manda el cerebro esproporcionado por el latido <strong>de</strong>l corazón. Este propulsa, através <strong>de</strong>l riego sanguíneo, el oxígeno que extrae <strong>de</strong>l espacioexterno a través <strong>de</strong> la respiración. El <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>oxígeno que se produce en el cerebro en el momento<strong>de</strong> la muerte podría compararse con una ascensión extremadamenterápida a una gran altitud. La persona quefallece en Zúrich comienza a subir, en pocos segundos, <strong>de</strong>una altitud <strong>de</strong> 409 metros sobre el nivel <strong>de</strong>l mar, don<strong>de</strong>la tasa <strong>de</strong> oxígeno en el aire es <strong>de</strong>l 20,5%, a una altitud,por ejemplo, semejante a la <strong>de</strong>l Everest, don<strong>de</strong> la tasa <strong>de</strong>