18Teresa J. Kirschner y Dolores Claveroabsoluto en el sentido de gobernante único, reina por la gracia de Dios y, porconsiguiente, sólo de acuerdo con los preceptos divinos. Es ésta la fuente desu legitimidad y lo que hace que la autoridad regia se base en la razón y noen la fuerza. Así pues, nación y monarquía van mano en mano, puesto queambas nociones enfatizan la idea de unidad: las libertades locales dan pasoa la centralización y los poderes dispersos y limitados al poder ilimitado delmonarca, aunque con las restricciones antes aludidas.La historiografía peninsular ensalzó y mitificó la labor llevada a cabopor la monarquía visigoda al considerar a los godos precisamente como losprimeros unificadores de las gentes de la península. Esta tarea mitificadoraempezó pronto, con Juan de Biclaro (c. año 590) e Isidoro de Sevilla (c. año625), quienes transformaron al pueblo godo de bárbaro, heterodoxo e invasorde un vasto imperio romano cristiano, según la percepción hostil de loshistoriadores imperiales, en protagonista histórico, como futuro constructorde un nuevo imperio cristiano occidental. Esta transformación fue posiblegracias a la conversión de Recaredo en el año 589, hecho que permitió situarla historia gótica en un contexto providencial (Wolf: 1-23).La visión de los godos que emerge de las piezas históricas de Lope pareceresponder a estas ideas. Como conquistadores de la provincia más occidentaldel imperio romano, son una fuerza de la naturaleza que irrumpeincontenible para vivificar un imperio en decadencia. Serán ellos quienesdarán una identidad nueva a los hispano-romanos, la de españoles, puestoque, por primera vez en su historia, la península estará unida en una monarquíaindependiente. «La pérdida de España» a los musulmanes no hará sinofortificar este sentido de identidad en quienes se consideran herederos de lamonarquía desaparecida. Son muy frecuentes en estas comedias de Lope lasreferencias a «los godos» y a la «sangre de los godos» como expresionesapreciativas de personajes dignos del nombre de españoles de pro. Con todo,los cronistas, y el mismo Lope, no pueden por menos que ofrecer una valoraciónambivalente de la actuación histórica de este pueblo: los defectos de losvisigodos son muchos, pero son los propios de una raza aristocrática que nose inhibe de mostrar que el más fuerte es el mejor, principio que se manifiestaclaramente en sus mortales luchas para alcanzar el poder.La Historia Wambae , escrita ya en tiempos del rey por el obispo deToledo, Julián, relata los principales eventos desde el 1 de septiembre del. También conocida como Historia Rebellionis Pauli Adversus Wambam e HistoriaExcellentissimi Regis Wambae.
Mito e historia en el teatro de Lope de Vega 19año 672, día de la muerte de Recesvinto y ascenso del nuevo rey, hasta larebelión del conde Paulo en la Galia Narbonense y su supresión a finalesde septiembre de 673 (Collins 1977: 39). Esta corta narrativa fue retomadapor otros cronistas medievales hasta llegar a la Primera Crónica General(PCG), una de las fuentes consultadas por Lope . Además de esta crónica, eldramaturgo utilizó otras tradiciones poéticas sobre Bamba, tomándolas delValerio de las historias eclesiásticas y de España, obra publicada en 1487por Diego Rodríguez de Almela, capellán y cronista de Isabel la Católica. Esaquí donde aparece elaborada toda la leyenda fantástica del humilde origende Bamba y los hechos maravillosos de su elección como rey por mandatodivino (Menéndez Pelayo, BAE, tomo 195, 12-13; Roas 1995: 192-193).A estas fuentes reconocidas por la crítica, creemos poder añadir la CrónicaGeneral de España de 1344 (Cr 1344), hasta ahora no mencionada por losexpertos con relación a esta comedia. En efecto, aunque Menéndez Pelayosostiene que la leyenda de Bamba labrador es tardía y que no hay «el menorindicio de que en el siglo XIII existieran tradiciones poéticas acerca de esterey» (Menéndez Pelayo, BAE, tomo 195, 12), Diego Catalán ha mostradoampliamente que dicha leyenda ya aparece en cierto Libro de las generaciones,refundición de un Liber Regum compuesto por un monje navarro hacia1200, y cree muy posible que la leyenda misma anduviera acompañando alLiber Regum ya desde 1217-1223 (Cr 1344, LX). Aunque sólo conocemos elLibro de las generaciones en una copia del siglo XV hecha en Pamplona porMartín de Larraya, la versión de la leyenda de Bamba que reproduce es iguala la que aparece en el ms M de la Cr 1344, por lo que para Catalán no hayduda de que el conde de Barcelos, compilador de dicha crónica, tuvo presenteun Libro de las generaciones análogo al de Larraya (Catalán: 356). La Cr1344 sería, pues, la primera obra conservada en la que se narra extensamentela leyenda. Por razones que expondremos más adelante, creemos que Lopedebió de tener a la vista alguna copia de la redacción de esta crónica (si es. Lope llama al histórico Recesvinto Recisundo, lo mismo que se hace en la Primera CrónicaGeneral y el Valerio. Le llamaremos Recisundo al referirnos al texto lopesco. Por cuestiónde consistencia, hacemos lo mismo al aceptar la grafía «Bamba» al denominar al reyWamba. Sin embargo, llamamos al prelado de Toledo Ildefonso, no Ilefonso como en lapieza.. La versión de la PCG consultada por Lope sería la de Ocampo-Morales, básicamente idénticaa la de la crónica alfonsí por lo que a la leyenda de Bamba se refiere. También Marianatrata la dicha leyenda en su Historia General de España, escrita unos veinte años despuésde la de Morales y siguiendo en líneas generales la narrativa de la PCG. Para las implicacionespolíticas y éticas, así como las diferencias de discursos políticos, contenidas en lasversiones de la leyenda que presentan tanto Morales como Mariana, remitimos a los comentariosde McNair en su excelente estudio sobre la presente comedia (cap. 3, 134-198).