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Lamentablemente esta visión despolitizada y problemática de las y los jóvenes se extiende hacia laprimera década del 2000 y prevalece en muchas políticas estatales, lo que deja en evidencia que nose cuenta hoy con una noción consensuada al interior del Estado, que facilite mejorar los niveles deinclusión de los y las jóvenes más pobres. Se subraya en una noción de juventud que los ve desdeuna mirada psicosocial, centrada en la juventud como una etapa de tránsito y de preparación haciala adultez.Concepto de moratoria social: carencia y tránsitoLa juventud es mayoritariamente considerada un periodo de la vida de toma de decisiones y deaprendizajes útiles para lograr una inserción social exitosa 54 . Durante la juventud se suceden unconjunto de experiencias determinantes para la vida de las personas, en tanto se construyenelementos básicos del proyecto de vida y se define la propia identidad. El tiempo de “ser joven”identitariamente varía según estratos socioeconómicos y las distintas culturas, puesto que eldesarrollo juvenil se da en estructuras de oportunidades y condiciones económico-políticas que setraducen en la heterogeneidad de las juventudes.El concepto de moratoria psicosocial se construye entonces, como la estrategia necesaria en elperiodo de preparación de la juventud para la adultez. El concepto parte de una comprensión de lasy los jóvenes como sujetos carentes de madurez social e inexpertos, y enconsecuencia, la fase que atraviesan debe ser un periodo preparatorio para el futuro. Esta nociónenfatiza la adolescencia como un tiempo de transición entre la niñez y la adultez y es el único lapsodel ciclo de vida definido como tal, aún cuando podríamos ver la vida como una serie de transiciones.Un problema complejo de este concepto, es que la idea de transición se utiliza en la juventud comoequivalente de transitoriedad. Implícitamente esto les niega a las y los jóvenes el reconocimientocomo sujetos sociales y se destaca su incompletitud usando el término “inmadurez”. Ello da pasofácilmente a la visión de la adolescencia como un problema que se apoya en un énfasis “estigmatizante y reduccionista de la juventud”. (Kraukopf, 2004) 55 .II. Las redes de socialización y las culturas juvenilesLos espacios de asociatividad en el mundo juvenil popular, en general están vinculados a lasmicro-sociedades. Estas se orientan a través de las identidades, los afectos y la transformación delespacio próximo como eje motor de la transformación social. Los colectivos y las culturas juveniles,asimismo, operan a través de las estructuras informales de participación social y constituyen unacomunidad casi parental, de fuertes lazos afectivos donde se opta por nuevas formas y estrategiasautogestionadas de inclusión social.Como señala Feixa (1998:84) 56 “En un sentido amplio, las culturas juveniles se refieren a que lasexperiencias de los jóvenes son expresadas colectivamente mediante la construcción de estilos devida distintos, localizados en el tiempo libre o en espacios intersticiales de la vida institucional”.54 Según la Cuarta Encuesta Nacional de Juventud, los y las jóvenes, en esta etapa de la vida, realizan la más importanteacumulación de capital humano en la educación formal, ingresan al mundo del trabajo, amplían sus redes sociales, inician elemparejamiento y la sexualidad adulta activa. Además, adquieren responsabilidades y derechos ciudadanos y se exponen anuevos riesgos sanitarios y sociales.55 Véase Krauskopf, Dina. 2004. " Comprensión de la juventud. El ocaso del concepto de moratoria psicosocial". En InstitutoMexicano de Juventud: “Ventana Central: Prácticas juveniles”. JOVENes, Revista de Estudios sobre Juventud Edición: año 8,núm. 21. México, DF, pp.26-39.56 Véase Feixa, Carles. 1998. Citado por Raul Zarzuri. “Notas para una aproximación teórica a nuevas culturas juveniles: lastribus urbana”. Recopilado en http://www.cidpa.org/txt/13arti_04.doc