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Ludovico Silva<br />
[ 58 ]<br />
Es muy significativa esta admiración por Blanco Fombona,<br />
un espíritu universalista y al mismo tiempo regional, casi rural;<br />
un prosista deleitable que dominaba todos los preciosismos<br />
lingüísticos y la “química fraseológica del lenguaje” (Ortega,<br />
refiriéndose a Valle Inclán y su Sonata de otoño, 1903), hija lejana<br />
de la “alquimia del verbo” de Rimbaud y menos trascendente que<br />
la del autor de Una temporada en el infierno, pero que al mismo<br />
tiempo imponía una prosa y un verso vigorosos, desnudos, ásperos<br />
y combativos, que lo convierten, como lo reconoció genialmente<br />
Pocaterra, en el primer escritor venezolano y acaso latinoamericano<br />
que supo superar la estética modernista e inaugurar una nueva época<br />
dominada por el realismo y el enfrentamiento audaz y violento entre<br />
literatura y realidad. Es la misma posición que, en la poesía y en<br />
la novela, y también a veces en el pequeño ensayo periodístico,<br />
esgrimió Antonio Arráiz, quien no por casualidad tituló su<br />
primer libro de poesía Áspero, publicado en 1924, a los 21<br />
años de edad, cuando Ramos Sucre y los surrealistas franceses<br />
hacían su revolución onírica. Ese libro, dice Uslar Pietri, era<br />
“el primer ensayo afortunado de unificación de nuestra poesía y<br />
nuestra realidad”. 59<br />
Rufino Blanco Fombona, de quien se cuenta la tragicómica<br />
anécdota tan citada de que una vez agarró a Rubén Darío por<br />
la solapa y le increpó: “No te mato, porque América no me lo<br />
perdonaría”, ha sido considerado por historiadores como Liscano<br />
como un escritor “modernista”. Esto es, como casi siempre ocurre,<br />
una media verdad, es decir, una media mentira. Sin duda, Blanco<br />
Fombona, en sus novelas y poemas fue marcadamente modernista,<br />
aunque nunca cayera en las delicadezas pueriles y pomposas de los<br />
centenares de seguidores de Darío, quien por cierto ya había<br />
advertido que “mi poesía es mía en mí” 60 , lo que equivalía a<br />
59 Arturo Uslar Pietri, “Prólogo” a Áspero de Antonio Arráiz, 2 da edición, Élite,<br />
Caracas: 1949.<br />
60 “Prefacio” a Prosas profanas, Poesías completas, Aguilar, Madrid: 1954.