Oveja negra nº 5 Sexo

En un concierto se puede establecer una
química especial entre el público y músicos
ya que quien está sobre las tablas puede
adquirir un halo especial. Me pregunto
si hasta a Shane MacGowan (un tipo
jodidamente feo) le han mirado con ojos
de golosina durante un concierto de The
Pogues. Seguramente sí. ¿Acaso es el Rock
la primera música donde se plasmen las
pulsiones sexuales? Para nada. El rock ‘n’ roll
mama directamente del blues (ya hablamos
sobre esto en el número 3 de oveja negra)
y es en este género donde vamos a recaer
una vez más: el hokum blues.
Los artistas de blues se valieron con gracia
de toda una jerga (slang) para saltarse la
censura y poder plasmar de esta manera
términos sexuales. La mayoría de estas
composiciones eran cantadas y ejecutadas
en tono humorístico e irónico, con dobles
sentidos (como la Ramona de Esteso pero
a la americana). Veamos algunas de estas
expresiones: Charlie Ptatton por ejemplo
en Pony Blues dice «Tira de mi pony que
yomontaré a mi yegua»; Rolling equivaldría
al polvete clásico «Dime nena, cómo quieres
que rodemos»; figuras de animales como
black wolf that holler (el lobo negro que aúlla),
prowlin’ Tom cat (el gato en celo) o hungry
calf (ternero hambriento) se utilizaban para
figurar a un hombre «caliente» y deseoso de
mujeres; otro ejemplo gracioso, rattle snake
daddy (la serpiente de papito).
Era muy frecuente el referirse al culo de
la mujer como carne de cerdo (pig meat),
en tanto que el hombre podía ser llamado
bumble bee (abejorro) y obviamente tenía un
«aguijón» listo para ser usado. «Abejorro, por
favor, vuelve a mí, tienes el mejor aguijón que
cualquier abejorro pueda poseer. Pícame
por la mañana y todo el día también». Si el
hombre quería tocar tetas, debía «exprimir
sus limones» (Let me Roll your Lemon), si
se hablaba de homosexualidad se utilizaban
animales, por ejemplo en The Monkey and
the Baboon: «El mono y el mandril están
jugando a las escondidas. El mandril saltó
sobre la espalda del mono, sintió la tachuela
afilada y dijo -si tú me haces la del mandril,
yo te hago la del mono». Estas son solo
algunas de las muchas expresiones, echad
un vistazo a las recomendaciones musicales
para conocer más.
Y hasta aquí esta sección de música.
Wilfrido Vargas sabía que lo que quería el
negro era bailar, bailar en sentido horizontal.
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