Oveja negra nº 5 Sexo
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EDITORIAL<br />
“¡Ya me han dado un papel” anuncia<br />
ilusionada la actriz al teléfono. “Salgo<br />
medio desnuda, practicándole una felación<br />
a un enano. Luego entra su hermano y tras<br />
discutir un rato hace entrar a otras tres<br />
chicas, que saltan sobre la cama, las cuatro<br />
nos tiramos sobre el enano y…”<br />
“Pero hija”, exclama la afligida madre, “¡vas<br />
a hacer porno!”<br />
“¡Oh, no, no! No es porno, es la HBO”.<br />
A finales de los noventa, el pudor quedó<br />
relegado de nuestros televisores, dándose<br />
desde entonces sin complejos la mano la<br />
producción de series de calidad y el uso o<br />
incluso abuso del erotismo en pantalla. Ya no<br />
era necesario esconderse bajo las sábanas,<br />
el sexo estaba ahí, siempre lo había estado,<br />
y ya era hora de que lo aceptáramos.<br />
Y es que el sexo salpica cada faceta de<br />
nuestra vida y de nuestra cultura. Nada<br />
le es ajeno, del arte a la literatura, de la<br />
política a los videojuegos. Todos los campos<br />
pueden ser dotados del toque del erotismo.<br />
Las bajas pasiones nos estimulan, excitan,<br />
provocan, sonrojan, incluso turban todavía a<br />
cierta gente.<br />
Aunque la humanidad ha tenido el sexo<br />
siempre presente en sus vidas, siglos de<br />
cultura occidental judeocristiana volvieron el<br />
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sexo algo tabú, prohibido, sucio, a esconder.<br />
Hogueras en pro de las únicas prácticas<br />
sexuales aceptadas y aceptables, censura de<br />
lo explícito y de lo insinuante, oscurantismo,<br />
represión, incultura, supresión del placer. La<br />
marca de la era pasada trataba de ocultar lo<br />
que siempre había estado ahí, algo natural<br />
en el sentido más literal de la palabra. Tal<br />
como la ciencia sufrió un salto hacia atrás,<br />
así lo hizo la libertad sexual.<br />
Y ahora el mundo casi parece haberse<br />
dado la vuelta. Antaño nos cohibía lo<br />
políticamente correcto. Hoy, lo políticamente<br />
correcto es maldecir cuanto nos subyuga<br />
lo políticamente correcto. No hablamos de<br />
sexo, sino que anhelamos poder hacerlo<br />
con libertad, sin darnos cuenta que las<br />
barreras que mantenían la sexualidad<br />
como algo escondido e inaccesible saltaron<br />
por los aires hace ya mucho tiempo. La<br />
virginidad pasó de virtud a losa, la castidad<br />
está pasada de moda, la continencia es<br />
un mal a abatir. Somos libres y deseamos<br />
gritar, sentir, disfrutar.<br />
O quizás solo somos nosotros los que<br />
estamos desviados, quizás seamos unos<br />
pervertidos en una sociedad que aún sigue<br />
sumido en la mojigatería, que aún no ha<br />
visto como el sexo impregna cuanto les<br />
rodea. Si es así, aquí traemos algo para<br />
perturbar su limpio y decente mundo.<br />
No es porno, es OVEJA NEGRA.