DU ODÉCIMA EDICIÓN

Discurso de David Yisrael, presidente del Comité Venezolano de Yad Vashem
«RECORDAR
es también
una forma de resistir»
Kristallnacht
Olvidar es difícil en una kehilá como esta que pasó de ser una
comunidad de sobrevivientes a una comunidad sobreviviente, que está
perdiendo su fuerza vital, sus jóvenes primeros y ahora las familias,
que han optado por ponerse a salvo del hampa y de la falta de futuro,
pero que a la vez sabe que debe resistir por aquellos que no pueden o
no quieren salir del país. Recordar también es una forma de resistir y
eso es lo que estamos haciendo hoy: no dejarnos llevar por el olvido,
que es una forma de rendirse ante el mal.
David Yisrael, presidente del Comité Venezolano de Yad Vashem, y su
esposa Dora Yisrael (Foto Néstor Garrido)
Algunas personas, incluyendo a muchos jóvenes, nos
preguntan a los miembros del Comité Venezolano de Yad
Vashem por qué seguimos insistiendo en recordar. ¿Qué es
eso de aferrarse a unas fotografías de sinagogas quemadas o de mujeres
limpiando con sus cepillos de dientes las calles de viena? ¿De qué sirve
la memoria? ¿Para qué recordar el pasado que si pasado está y así
quedará? La repuesta no la tengo yo, sino que dejaré que la escritora
Brody Ashton hable por mí: «Recordar es fácil; difícil es olvidar». Esa
frase es verdad para nosotros los sobrevivientes de la peor catástrofe
humanitaria de la humanidad, la misma que se hizo evidente aquel 8 de
noviembre de 1938 en las calles de Alemania y Austria, cuando miles
de fanáticos rompieron nuestras vidas, quemaron nuestros libros e
iniciaron la carrera del exterminio contra el pueblo judío.
Es difícil olvidar, porque si lo hacemos, dejamos que se pierdan los
nombres de nuestras madres y hermanas, de nuestras aldeas, de
nuestros sabios, de nuestros primos ahogados por el gas y para
nosotros los judíos es un deber recordar.
Hoy quiero hablar corto y conciso. Cada año me he hecho el
propósito de que esta distinguida audiencia recuerde los nombres de
los campos de exterminio, donde quedaron para siempre una buena
parte del pueblo judío, así como también otros grupos humanos que
murieron por ser considerados «desechables» en la civilización
occidental: para los gitanos, los discapacitados, los comunistas, los
opositores, los testigos de Jehová, los homosexuales, los
librepensadores, los partisanos, hubo campos como Majdanek,
Chelmno, Belzec, Sobibor, Treblinka y principalmente Auschwitz-
Birkenau, cuyos nombres deben retumbar en la conciencia del mundo,
porque les recuerda que el ser humano necesita de límites morales y
éticos para que pueda dominar el animal que lleva por dentro.
Desde el Comité Venezolano de Yad Vashem insistimos en que hay
que recordar, aunque sea fácil, porque el olvido es nuestra perdición.
Seamos firmes, especialmente con los negadores que cada día son
más y más, seamos firmes. No agachemos las cabezas, llevemos con
orgullo nuestras cabezas en alto con el Maguén David.
Recemos al Todopoderoso para que tenga su mano derecha sobre su
pueblo sufrido, y nos cuide de los enemigos que quieran doblegarnos.
David Yisrael
«No dejarnos llevar por el olvido, que
es una forma de rendirse ante el mal»
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