DU ODÉCIMA EDICIÓN

eneficio de la kehilá, entre los que destacaron un Beit Avot en Baruta
que no se concretó en un terreno en comodato. En paralelo, Celina
comenzó a trabajar en ingeniería municipal del Departamento Libertador
y con el ingeniero Salomón Cohén.
Hallaron en Hungría
más de 6.000
documentos
de
VÍCTIMAS
DE LA SHOÁ
Testimonios
CELINA
WIESENFELD
DE BENTATA
comprometida con la educación, Celina auspició la apertura de la Cátedra
fundacional de Ética y Política Dr. Claudio Bentata en 2008
MANTENER COSAS EN LA CABEZA
Más allá de la tristeza, Celina Bentata también evoca con cariño la
importancia que daba su padre, fallecido prematuramente en 1980 por
una grave enfermedad, a la educación. «Mi papá decía que lo que tenía
en la cabeza nadie me lo podía quitar», cita.
Tal educación incluía tanto la formal como la no formal. Por ejemplo,
Celina recuerda el episodio de la compra de un piano apenas llegó su
familia a Venezuela. «Los polacos no podían admitir que una niña no
estudiara piano. Tanto mi padre como mi madre cantaban siempre: él era
barítono y ella soprano. La música siempre estuvo presente», asegura.
Otros recuerdos de la juventud de Celina también involucran la
cultura y la educación, como sus visitas los sábados a la librería
Lectura, donde le prestaban libros clásicos de niños para devolverlos
una semana después, y el aprendizaje e interés de los idiomas por
parte de sus padres. «Mi mamá hablaba perfectamente polaco, alemán
y hablaba yidis en su entorno. Aprendió sola a hablar inglés, y el
español lo hablaba bien con su acento. Después de los ocho o nueve
años no se pierde el acento», recuerda.
Quizá por ello, apoyó la creación de la cátedra fundacional de ética
y política que lleva el nombre de Claudio Bentata Z'L, su esposo, en la
Universidad Católica Andrés Bello, donde sus hijos estudiaron Derecho,
y desde la cual se intenta enseñarles a los jóvenes el valor de la ley
para el desarrollo de la democracia, y el peligro del totalitarismo, el
mismo que dejó marcada por la tristeza su vida y la de sus padres.
Judías apresadas en una calle de Budapest en octubre de 1944
Más de 6 mil documentos impresos que rellenaron judíos
húngaros en 1944 fueron encontrados dentro de la pared de
un apartamento en el centro de Budapest, capital de dicho país.
«Se trata de documentos de importancia histórica», informó este
miércoles el diario austriaco Krone citando al jefe del archivo de
Budapest, Istvan Kenyeres.
El archivero aseguró que se trata de 6.300 documentos en
perfecto estado que habían sido enviados a los caseros de Budapest
con la orden de que sus inquilinos los rellenasen en 24 horas.
De esa forma los habitantes de la ciudad, el 30 de mayo de 1944,
fueron divididos entre cristianos y judíos, para que un mes más tarde
estos últimos fueran obligados a abandonar sus hogares y mudarse a
moradas marcadas con la estrella de David, según indicó Kenyeres.
El historiador no se explica cómo los formularios aparecieron
dentro de una pared, quién pretendía conservarlos de esa manera,
ni tampoco tiene idea de dónde pueden hallarse actualmente otros
documentos semejantes.
De los 800 mil judíos que habitaban en Budapest antes de la
Segunda Guerra Mundial, unos 600 mil fueron asesinados, la
mayoría de ellos en el campo de exterminio de Auschwitz.
JAI / Fuente: Sputniknews
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