DU ODÉCIMA EDICIÓN

campo de Natzweiler (Tirol), por el
último convoy que sale de Francia, el
20 de agosto de 1944. Viajó en un
compartimiento cerrado mientras que
los otros deportados iban en vagones
para ganado. Fue evacuado a Dachau
en septiembre de 1944 donde fue
internado en el bloque de las
personalidades. Posteriormente fue
Gabriel Piguet transferido como rehén a Niederdorf,
donde estaba internado León Blum y el príncipe Xavier de Bourbon-
Parme. Fue liberado por la armada americana el 29 de abril de 1945 y
nombrado Justo entre las Naciones en el 2000.
Gilbert Lesage (1910-1989)
Diplomado en estudios religiosos en la universidad de Birmigham,
dirigió en 1930 un servicio de refugiados alemanes motivado por los
quákeros y diversas obras caritativas de ayuda a los niños y refugiados
españoles. Fue enviado a Alemania en los años 30 por el movimiento
quákero francés donde presenció la persecución a los judíos, acciones
que lo perturbó profundamente. Con esa inquietud, propuso sus
servicios al gobierno de Vichy y fue nombrado en 1941 jefe del Servicio
Social de Extranjeros del Ministerio del Interior. En agosto de 1942,
las autoridades de Vichy comienzan a arrestar a judíos en la zona sur.
Lesage se encontraba entre los funcionarios encargados de aplicar las
órdenes del secretario general de la policía, René Bousquet. Sin
embargo, Lesage logra que el SSE pueda intervenir a favor de familias
arrestadas en caso de abuso. Gracias a él, las asociaciones de
asistencias fueron admitidas en los campos de retención, con el
objetivo de liberar al mayor número de personas, sobre todo niños.
Asimismo intercedió para excluir a un numeroso grupo de hebreos de
los convoyes. En Vénissieux, todos los niños fueron salvados de la
deportación. Advertía a las organizaciones judías de redadas previstas
llamando en código para anunciar cuál categoría de judíos extranjeros
estaban fichados para ser deportados. Logró salvar así un considerable
número de niños y adultos. Se estima que puso a resguardo a cien mil
refugiados. Fue arrestado por la Gestapo y encarcelado hasta la
liberación de París. Lo nombraron Justo entre las Naciones en 1985.
El padre Pierre-Marie Benoit
(1885-1990)
Monje capuchino, participó en la I Guerra Mundial y combatió en
Verdún. En el momento de la capitulación, deja Roma y se instala en
Marsella. Es nombrado por el obispo de la diócesis, visitante del campo
de Milles, cerca de Aix-en-Provence. Desde que la policía de Vichy
empieza a deportar a los judíos, su monasterio es un centro de rescate
donde participan organizaciones cristianas y judías. Obtiene documentos
falsos para hacer pasar clandestinamente refugiados a España y Suiza.
Una prensa oculta en el sótano del monasterio permite la impresión de
certificados de bautismo que se entregaban a las familias con niños. Al
ocupar Alemania los pasos fronterizos con España, el padre Benoit
decide dirigir a los judíos hacia la zona controlada por Italia. En Niza se
encuentra con Guido Lospinoso, encargado italiano de asuntos judíos en
la zona y logra convencerlo de no tomar medidas contra los 30 mil
refugiados allí. Entre otras acciones se destaca la presentación ante el
papa Pío XII de un plan de rescate de israelitas de la región nizarda en
dirección hacia África del norte. Buscado por la Gestapo, el padre Benoit
se refugia en Roma, allí obra en favor de familias judías en el seno del
comité DELASEM (Delegazione Assistenza Emigrati Ebrei), proveyendo
falsas identificaciones, cartas de alimentación y nuevos sitios de
alojamiento. Arrestado por la Gestapo italiana, aún así continúa
haciendo uso de todos los medios de los que dispone para obtener
cartas de protección y de racionamiento a la policía romana. Roma es
liberada por las tropas aliadas en 4 de julio de 1944 y la comunidad
judía de la ciudad organiza en su honor una ceremonia oficial en la gran
sinagoga. La acción del padre Benoit, nombrado «el padre de los judíos»
contribuyó en salvar a más de 4.000 israelitas. Se le otorgó el título
Justo entre las Naciones en 1966.
La historia de la Shoá demuestra que el hombre es capaz de llevar a
cabo los peores actos, de la violencia a la muerte, movilizando su
inteligencia y sus competencias al servicio del asesinato en masa de
poblaciones enteras por el solo hecho de profesar una creencia
distinta. Demostró de igual modo, que al lado de las intenciones y de
los actos voluntarios de los verdugos, la indiferencia de la mayoría de
la población europea contribuyó a facilitar el crimen.
Como persona estrechamente vinculada a Francia, en familia,
sentimientos y afectos, así como ciudadano francovenezolano, hago
un pequeño aporte y reconocimiento a los Justos de Francia, citarlos
y reconocerlos a todos y a sus acciones daría para llenar miles de
páginas de libros que ya han sido escritos, conocerlos es reconciliarnos
con la humanidad y librarnos del prejuicio y de apreciaciones erradas.
Así como hubo colaboradores, también hubo personas dignas y
ejemplares que arriesgaron sus vidas para salvar otras, sin vacilar, sin
detenerse y preguntarse si eran judíos, solo motivados por un simple
sentimiento: hacer el bien.
Bibliografía consultada:
KASPI André, Les juifs pendant l'occupation. Editions du Seuil, 1997
LAZARD Lucien, Dictionnaire des Justes de France (1962-1999). Editions
Fayard/Yad Vashem Jerusalén, 2003
Les Justes de France, Editions Memorial de la Shoah, Musée-Centre de
documentation juive contemporaine, París, 2006
Fotografías: www.ajpn.org
47
Justos entre las
naciones