VE-27 NOVIEMBRE 2016
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cambiar el lugar y el momento pero el resultado siempre era el<br />
mismo, ambos acababan en su casa amándose frenéticamente.<br />
Pasaron las semanas y el deseo de encontrarla se convirtió en<br />
una obsesión enfermiza. Dejó de ver a sus amigos, descuidó su aseo,<br />
apenas comía…<br />
Un amigo preocupado llamó a su timbre. Juan le contó su<br />
historia con Amaia, Dani flipaba con la ida de cabeza de su amigo, le<br />
dijo que la olvidara, insinuó que no era real que quizás solo estuviera<br />
en su imaginación. Juan enloqueció, su cara enrojeció, tenía los ojos<br />
inyectados en ira y echó a Dani de su casa.<br />
Dani, asustado y preocupado por su amigo, llamó a los padres<br />
de éste para ponerlos sobre aviso. Les dijo que podía ser peligroso<br />
para él y para los demás.<br />
Lógicamente, los padres fueron a visitar a Juan presenciando el<br />
estado tan calamitoso en el que se encontraba su hijo. Le invitaron a<br />
comer a su restaurante favorito y consiguieron que se aseara. De<br />
camino, Juan miraba fijamente a todas las chicas buscando a Amaia.<br />
Llegaron al restaurante y les atendió una chica muy cortés y<br />
educada, de labios brillantes y sonrisa corta. ¡Había encontrado a<br />
Amaia! Pero en su placa identificativa ponía Blanca y su voz… su voz<br />
era distinta, no era como en su mente. En ese preciso instante, un clic<br />
en su cabeza rompió el hechizo.<br />
Laura Rubio (Puerto de Sagunto, Valencia)<br />
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