Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Marrakech<br />
Paso mis días caminando por los callejones de<br />
la medina, platicando con g<strong>en</strong>te auténtica como Nizar,<br />
v<strong>en</strong>dedor de especies, como el azafrán y aceite de<br />
argán, qui<strong>en</strong> me explica los b<strong>en</strong>eficios de ese aceite;<br />
o Mohamed, qui<strong>en</strong> me cu<strong>en</strong>ta sobre los turistas que<br />
dominan el arte del regateo y afirma que ésta, es una<br />
excel<strong>en</strong>te forma de conocer a la g<strong>en</strong>te que se quedará<br />
con sus maravillosas alfombras.<br />
Entro <strong>en</strong> las ti<strong>en</strong>das que son soberbios riad<br />
cubiertos de zelliges, estuco labrado, madera de<br />
cedro y arcos. Visito el zoco y como <strong>en</strong> los pequeños<br />
restaurantes exquisitos tagines, cuscús o brochetas de<br />
carne con comino.<br />
Descubro los monum<strong>en</strong>tos que habitan la<br />
medina: la Madraza B<strong>en</strong> Youssef del siglo XIV con su<br />
elegante patio; el museo de Marrakech B<strong>en</strong>jelloun,<br />
antiguo palacio Mnebbi, construido al final del siglo XIX<br />
y que alberga una colección fascinante de objetos de<br />
cobre martillado, armas, joyas bereberes y vestim<strong>en</strong>tas.<br />
Exploro el palacio de la Bahia, donde me impresiono<br />
con los techos de madera pintada, los zeliges, los patios<br />
y el hammam, al mismo que Dar Si Said con su jardín<br />
interno animado por la fu<strong>en</strong>te.<br />
El zoco de las especies huele a hierbas, jabones<br />
y m<strong>en</strong>ta, y se sitúa <strong>en</strong> el Mellah –antiguo barrio judío–.<br />
La Kutubía alza su impon<strong>en</strong>te minarete que data del<br />
siglo XII, gemela de la Giralda de Sevilla y da sombra<br />
al famoso e histórico hotel Al Mamounia. Asimismo,<br />
descubro las tumbas Saadíes que son un tesoro<br />
arquitectural finam<strong>en</strong>te decorado.<br />
Todos los caminos terminan siempre <strong>en</strong> la plaza<br />
Djemaa el Fnaa, el corazón de la medina que conserva<br />
su ambi<strong>en</strong>te medieval de ley<strong>en</strong>da. A medida que sube<br />
el sol, el lugar se va animando: se sirv<strong>en</strong> desayunos<br />
y comidas, las mujeres que pintan pies y manos<br />
con h<strong>en</strong>na se instalan, seguidas de los v<strong>en</strong>dedores<br />
ambulantes, brujos, v<strong>en</strong>dedores de medicinas<br />
tradicionales y afrodisiacos, qui<strong>en</strong>es dan <strong>en</strong>trada<br />
también a los “d<strong>en</strong>tistas”, que v<strong>en</strong>d<strong>en</strong> d<strong>en</strong>taduras<br />
postizas. Cuando el sol va cay<strong>en</strong>do detrás de la<br />
Kutubía, aparec<strong>en</strong> los malabaristas, músicos, juglares,<br />
<strong>en</strong>cantadores de serpi<strong>en</strong>tes, gnawas, y una multitud de<br />
espectadores; <strong>en</strong>tretanto, el humo de los restaurantes se<br />
eleva.<br />
Esta es una verdadera magia surgida del pasado<br />
tradicional: la música, ruido y tumulto son int<strong>en</strong>sos, los<br />
turistas pasean y los cu<strong>en</strong>ta cu<strong>en</strong>tos buscan la risa del<br />
público.<br />
En la casa del pintor Majorelle, comprada por<br />
Yves Saint Laur<strong>en</strong>t, el patio es un auténtico jardín<br />
botánico con plantas exóticas y fu<strong>en</strong>tes. Me refugio <strong>en</strong><br />
la M<strong>en</strong>ara, un jardín de olivos con un gran estanque<br />
adornado por un pabellón morisco cubierto de tejas<br />
verdes que se refleja <strong>en</strong> el agua; donde a lo lejos se<br />
alzan los montes Atlas.<br />
Me si<strong>en</strong>to como un visir adulado, pues me<br />
alojo <strong>en</strong> el maravilloso Riad Enija –<strong>en</strong> el corazón de la<br />
medina–, un auténtico palacete de <strong>tres</strong> patios ricam<strong>en</strong>te<br />
decorados. Al final de un callejón sin salida, la puerta<br />
del Riad Enija da paso a una ley<strong>en</strong>da, el primer patio<br />
es un jardín fabuloso adornado por una arcada <strong>en</strong><br />
cada extremo con columnas y muros decorados por<br />
zelliges. Le sigue un portal de color ocre donde reina<br />
una piscina al estilo romano, el pasillo lleva a otro patio<br />
más suntuoso con zelliges, madera de cedro labrada,<br />
v<strong>en</strong>tanas con moucharabieh (celosías), y un laberinto<br />
alcanza el último jardín ricam<strong>en</strong>te decorado. El riad<br />
hechiza, nos transforma <strong>en</strong> sultán y borra el tumulto de<br />
los callejones. Pasear por los patios es un sueño, desde<br />
la azotea se admira la medina dominada por las torres<br />
de las mezquitas y la Koutoubia, dominada por la silueta<br />
de los montes Atlas con sus cimas nevadas. Riad Enija es<br />
otro <strong>en</strong>canto de Marrakech.<br />
www.riad<strong>en</strong>ija.com<br />
Marruecos es mucho más que 3 ciudades,<br />
es sus desiertos y oasis, sus dunas, sus<br />
montañas nevadas, sus bosques de cedros<br />
y sus playas del Atlántico adornadas de<br />
ciudades grandiosas. Es un esc<strong>en</strong>ario de<br />
ley<strong>en</strong>das, asombrosos riad y kasbah, y su<br />
g<strong>en</strong>te que funge como el alma de un país<br />
colorido y espectacular.<br />
16 www.luxeandclass.com<br />
www.luxeandclass.com 17