Tokio en tres platillos

LIECHTENSTEIN
LUXEMBURGO
Encerrado entre Suiza y Austria,
Liechtenstein es un país de apenas 160
kilómetros cuadrados y 36,942 habitantes;
la moneda oficial es el franco suizo, pero se
acepta el euro en todas partes, y su idioma
es el alemán. La capital es la ciudad de
Vaduz.
Entre los puntos más importantes
para el viajero, podemos mencionar un
tour por el centro de Vaduz en el tren de
la ciudad, el cual es una gran ayuda para
ir conociendo sus museos y la interesante
arquitectura de sus edificios de gobierno,
tiendas y restaurantes. Una caminata hasta
el Castillo de Vaduz para fotografiarlo con
los Alpes como telón de fondo, también
resulta esencial.
El Museo de Bellas Artes de Liechtenstein nos ofrece
excelentes colecciones de arte moderno de todo el mundo, así
como un agradable cafecito y barra de sushi para terminar la
visita. Por su parte, el Museo Nacional de Liechtenstein nos
permite conocer la historia de este Principado, así como sus
tradiciones culturales, su flora y su fauna.
Para los amantes del senderismo, son muy
recomendables las rutas de los Príncipes y del Águila, ambas
ubicadas en la cadena montañosa de Los Alpes, por lo que ofrecen
paisajes en verdad memorables. Hablando de Los Alpes, es muy
recomendable una visita a la villa de Malbun, a 1600 metros sobre
el nivel del mar, donde se puede practicar el senderismo durante
verano y el esquí en nieve durante el invierno, siempre dentro de
un ambiente muy familiar.
El Gran Ducado de Luxemburgo mide
sólo 2.5 kilómetros cuadrados, se ubica entre
Francia, Bélgica y Alemania, y tiene una población
de 511,800 habitantes. Se habla luxemburgués,
alemán y francés.
La capital es la ciudad de Luxemburgo
y ahí se concentran las muestras más interesantes
de arquitectura, museos, teatros, hoteles y
restaurantes, dentro de un ambiente creativo y
ecléctico, como en pocos lugares de Europa; tal
como lo demuestra el hecho de que encontramos
antiguos fuertes y construcciones históricas
junto a edificios contemporáneos con la más alta
tecnología. Luxemburgo destaca también por ser
un importante centro financiero y un excelente
destino de negocios.
En el plano cultural, ofrece
muestras muy dinámicas para todos
los gustos, destacando un tour de
ciudad, la visita a los castillos y fuertes,
la Filarmónica de Luxemburgo, el Gran
Palacio Ducal y el Museo de Arte
Moderno Grand-Duc Jean.
Al anochecer, Luxemburgo nos deleita
con lo mejor de la gastronomía internacional,
así como obras de teatro, conciertos, bares muy
animados y discotecas con diversos ritmos.
Para el deporte extremo de las compras,
resulta que las mejores firmas tienen sus tiendas
en hermosos edificios antiguos, aunque también
hay mercados tradicionales, centros comerciales y
outlets.
Para quienes aman las actividades al
aire libre, Luxemburgo cuenta con lagos, bosques
y ríos de inigualable belleza, así como pintorescas
villas y la posibilidad de realizar caminatas,
paseos en bicicleta y mucho más. Destacan cuatro
regiones: Les Ardennes, con extraordinarios
paisajes y hermosos castillos, así como buenas
rutas para el senderismo; Mullerthal, que es
la zona montañosa del país y ofrece hermosos
bosques; La Moselle, zona de excelentes vinos; y
la Tierra Roja, que combina el pasado industrial
con un espíritu contemporáneo.
A la hora de comer, podemos elegir
entre diversas gastronomías provenientes de todo
el mundo, predominando la cocina europea y,
muy especialmente, la francesa.
En cuanto a la cultura enológica,
vale la pena visitar la vinería del Príncipe
de Liechtenstein, la cual produce excelentes
vinos en la zona de Vaduz. A través de la
zona de viñedos se puede llegar también al
Castillo de Gutenberg, fortaleza medieval
abierta al público durante todo el año.
A la hora de comer, Liechtenstein
nos ofrece una gran variedad de platillos
internacionales, destacando las mejores
especialidades de Francia, Suiza, Austria y
Alemania, las cuales se pueden disfrutar
en un elegante restaurante gourmet o en
un establecimiento más casero junto a
los viñedos. Para acompañar los platillos,
nada mejor que un buen vino local de las
zonas de Eschnerberg, Schaan y Vaduz, o
una excelente cerveza de las fábricas casi
artesanales Liechtensteiner Brauhaus y
Prinzenbräu.
Para concluir el viaje, por supuesto,
hay que comprar los inevitables souvenirs,
destacando vinos, cerámica, estampillas,
dulces y pastelillos, figuritas de Swarovski,
relojes y joyería.
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