Tokio en tres platillos

Licores
Constante
Reserva
de la Familia
Siempre que existe una
variable oculta, lo mejor
viene a su descubrimiento.
Lo reconocido alcanza su magnifi cencia después de
mantener algo continuo y persistente. De ahí la grandeza
de Reserva de la Familia de Jose Cuervo. Reserva de la Familia es
el orgullo de José Cuervo y herencia para quienes disfrutan de los
grandes tequilas.
Después del proceso de elaboración de un secreto familiar
guardado a lo largo de más de dos siglos y por más de 10
generaciones, ésta es una bebida que se produce artesanalmente
bajo el método exclusivo denominado “Esencia de Agave”, el
cual consiste en seleccionar únicamente los mejores agaves que,
en plena madurez, son extraídos de los predios preferiblemente
seleccionados.
La fi rmeza de Reserva de la Familia ha resultado en un
destilado con balance perfecto entre la pimienta, el suave sabor
del agave y la madera en el paladar, llevando a un agradable
excepcional fi nal de boca; un excelente logro que se corona
como el orgullo de Jose Cuervo y merecedor también de varios
reconocimientos a nivel mundial.
Mucha de la inspiración viene de las raíces, y así
como Jose Cuervo es 100% mexicano, la marca tequilera
hace un compromiso tangible para los artistas mexicanos más
sobresalientes, siendo sus ediciones limitadas plataformas para
su obra, lo cual les otorga una oportunidad única de difusión
internacional.
En el caso de la edición especial del
tequila Deluxe 2014, la familia tequilera
ha elegido muy bien al artista que
posará sus obras ella: Enrique Rosas;
pues tanto Reserva de la Familia
como Rosas se proclaman como dos
grandes y tenaces mexicanos.
Rosas explora las conexiones entre arte, ciencia y
tecnología abarcando campos tan disimiles como la electrónica
y la biología. El hacer tequila es una ciencia, pero para alcanzar
la grandeza de Reserva de la Familia se requiere de arte y
tecnología ¿será casualidad? Lo dudo.
La constante de Enrique Rosas
aparece en su propia duda, lo cual
le ha permitido profundizar en ella y
crecer todavía más su forma expresiva.
Su principal búsqueda es generar, en el
campo creativo, una óptica complaciente
frente a los usos fríos y despersonalizados
que la sociedad moderna adopta a causa
de la tecnología. La constante a lo largo
de su obra polifacética es la invitación
a despertar la memoria profunda de
lo que signifi ca ser humano, de lo que
signifi ca estar vivo, algo muy similar al
hacer artesanal de Jose Cuervo. Una tarde
en compañía de los amigos y la familia,
todos listos para ese trago que alegrará
el momento, es un perfecto cuadro de la
calidez que puede lograrse a pesar de la
tecnología que interrumpe en los tiempos
modernos.
Este artista mexicano intenta
hacer materiales las ideas, entendiéndolas
como algo más que abstracciones, si no
más bien como procesos que concilian
lo inmaterial con lo material. Se interesa
en el tema del reconocimiento de
patrones, algo que siempre nos sucede al
probar Reserva de la Familia recibiendo,
invariablemente, el mismo e inigualable
sabor de la tradición.
Como todas las veces hay
un producto y alguien que lo recibe,
Enrique acomoda sus piezas dentro de
los binomios entre el observador y lo
observado, lo individual y lo colectivo,
lo natural y lo construido. Pero lo más
sorprendente, es cuando estas conexiones
se comprenden y uno se identifi ca con
ellas.
Rosas crea un interesante
contacto entre lo arquitectónico, lo
escultórico y los mecanismos propios
de una base de datos, en donde
intenta reposicionar los lenguajes del
constructivismo y la tradición móvil del
cine.
Tal y como la ocasión de probar
la edición Deluxe de Jose Cuervo debe
ser especial, Enrique Rosas introduce muy
singularmente cuestiones como el azar, la
intuición y la experiencia sensorial como
componentes determinantes; mientras
que nosotros debemos estar conscientes
de que el tequila despierta los sentidos.
La obra de Rosas permite
que el espectador se convierta, como
el propio artista, en hacedor de sus
propios materiales e imaginarios. Aquí
es cuando entra Reserva de la Familia
de José Cuervo, pues abre la posibilidad
de que ese espectador comparta sus
percepciones en reunión con los suyos y
en compañía de la tradición tequilera más
distintiva.
Cada botella de esta edición
Deluxe limitada de Reserva de la Familia
es envasada, numerada, personalizada y
fechada a mano, para ser colocada en un
fi no estuche de madera con una muestra
de la sugerente obra de Enrique Rosas.
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