ACTAS|
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vieja táctica de que “todo cambie para que todo siga igual” constituye una de las líneas fuertes que es<br />
preciso romper.<br />
La confrontación entre la ideología dominante, sin lugar a dudas de carácter patriarcal, con una ideología<br />
de matriz subversiva como el feminismo, produce profundos desajustes. La lucha colectiva e individual, y<br />
los consecuentes cambios de roles se traducen en tensiones en las relaciones interpersonales, constituidas<br />
como relaciones de poder. Hasta no hace mucho tiempo, el poder de los varones permanecía intacto y<br />
socialmente incuestionado. Es este cuestionamiento el que desata los mecanismos del ejercicio de la<br />
violencia, como forma la recuperación del control, en sus distintas formas desde la más sutil como la<br />
psicológica, que a menudo es ignorada por el discurso público en general, especialmente el mediático,<br />
porque como Cynthia Carter advierte no cumplen con los criterios noticiosos, y son percibidos por como<br />
algo de lo que no hay que preocuparse 93 , incluso hasta la eliminación física de las mujeres por parte de sus<br />
parejas o exparejas.<br />
En esta línea de reconstrucción de las identidades y por tanto de las relaciones de género se intenta insertar<br />
nuesta aportación. Para ello pretendemos ser conscientes de lo que ha significado el movimiento feminista<br />
en su conjunto a lo largo de la historia pero también de las aportaciones desde diversas posiciones<br />
feministas en el ámbito académico. Los efectos de estas representaciones, sobre todo en los últimos<br />
tiempos en los medios de comunicación, tanto del género como de las relaciones amorosas influyen no<br />
solo en la conformación del discurso público en torno al gran problema de la violencia hacia las mujeres.<br />
En muchos casos, también tendrían consecuencias directas en el comportamiento de las mujeres,<br />
afectando en gran medida a su libertad.<br />
“Cómo los medios representan la violencia contra las mujeres es importante, no sólo porque las<br />
noticias moldean nuestra visión y comprensión del mundo que nos rodea, sino también porque<br />
afectan a cómo vivimos nuestras vidas […]. Las noticias advierten a las mujeres sobre las acciones<br />
que son inseguras, influyendo en decisiones sobre dónde ir, qué usar, cómo actuar, cuán tarde<br />
volver. Nos hablan de cómo la sociedad ve los actos masculinos de violencia dirigidos contra las<br />
mujeres, delimitando lo que pueda ser un comportamiento aceptable o inaceptable para hombres y<br />
mujeres” 94 .<br />
Los avances indudables que la lucha de las mujeres ha conseguido en Occidente han estado jalonados,<br />
sin embargo, por fases de avance y retroceso. Esta constatación resulta obvia al observar la historia del<br />
siglo XX, especialmente en Europa, y nos hace concluir la necesidad, en este momento histórico, de seguir<br />
luchando tanto por eliminación de las discriminaciones materiales como por la creación de un nuevo<br />
discurso donde podamos reconocernos. Esa doble vertiente de la acción feminista debe incorporar,<br />
lamentablemente, la lucha por la conservación de derechos formales, antes reconocidos y que se están<br />
perdiendo de forma acelerada en el contexto español.<br />
El camino hacia la igualdad real se ha visto perturbado por las indudables resistencias tanto en el ámbito<br />
simbólico cultural como en el material y la constante de una violencia de género que parece resistirse a las<br />
estrategias aplicadas desde las administraciones públicas. En este sentido, desde la primera década del<br />
siglo XXI hasta la actualidad que gobierna el Partido Popular, según el World Economic Forum, España ha<br />
caído en este ranking de la posición 11 del 2011 al puesto 29 en el informe del 2014 95 , convirtiéndose en<br />
uno de los dos países europeos, junto a Grecia, que peor evolución ha registrado en igualdad.<br />
“Lejos de ocultarla como si se tratara de un tema ignominioso, (…) el Estado y los medios de<br />
comunicación han decidido hablar sobre el asunto (…). Informativos, reality shows, sondeos de<br />
opinión, investigaciones, cursos de experto y campañas de prevención no son sino algunas de las<br />
formas que adopta el interés que se ha generado en torno a un tipo de violencia que no hace tanto<br />
únicamente interesaba a aquellas mujeres que aspiraban a abolirla mediante la lucha política” 96 .<br />
93<br />
CARTER Cynthia. y STEINER Linda, (eds). Critical readings. Media and gender. Londres, Open University Press, 2004, p. 230.<br />
94<br />
Estas ideas sobre las consecuencias de las representaciones de los medios las podemos encontrar en: MEYERS, Marion, “News coverage of<br />
violence against women.”. Communication, Culture & Critique. 2010, p. 2-4.<br />
95<br />
WORLD ECONOMIC FORUM. The Global Gender Gap Report 2014 [en línea].<br />
[Consulta: 29 de octubre de 2014]<br />
96<br />
MARUGÁN Begoña, y VEGA Cristina, El cuerpo contra-puesto. Discursos feministas sobre la violencia contra las mujeres. Documento presentado<br />
en el VIII Congreso de Sociología, Salamanca, septiembre 2001.<br />
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