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Néstor Guerrero S<br />
Programáticas definían como “políticas sociales y de salud física y mental<br />
dirigidas específicamente a las personas afectadas por la represión<br />
política” 30 .<br />
A partir de estas definiciones programáticas elaboradas por comisiones<br />
conformadas por varios de los principales cuadros dirigentes<br />
de los organismos de defensa y promoción de derechos humanos,<br />
asume el primer gobierno democrático en 1990, liderado por Patricio<br />
Aylwin. Algunos de esos dirigentes serán convocados a desempeñar<br />
funciones desde el interior del gobierno, otros en cambio permanecerán<br />
ejerciendo el activismo social, jurídico y/o académico desde fuera<br />
del Estado, periféricamente, aunque a veces serán convocados temporalmente<br />
a desempeñar funciones públicas. En ese sentido, las propias<br />
bases programáticas habían previsto establecer relaciones de cooperación<br />
con las organizaciones de la sociedad civil para operar en el<br />
campo de derechos humanos desde el Estado, en el sentido de que tales<br />
organizaciones no gubernamentales que trabajan en este campo “serán<br />
reconocidas como entidades coadyuvantes del Estado en el desarrollo<br />
de esta política”. Tanto el trabajo en instancias gubernamentales de los<br />
agentes, de modo permanente o temporal, como la implementación de<br />
las propias políticas, sus sentidos y significados, supusieron tensiones<br />
importantes (Basombrio, 2005; Lira, 2005) 31 . La sección siguiente repasa<br />
las principales políticas del ciclo 1990-2010, aunque no profundiza<br />
en ellas, sino más bien identifica los espacios institucionales en que se<br />
produjeron esas políticas y los agentes allí posicionados.<br />
POLÍTICAS DE MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS EN CHILE (1990-<br />
2010). ESPACIOS INSTITUCIONALES Y AGENTES ELITARIOS<br />
Las políticas públicas de memoria y derechos humanos constituyen<br />
una de las estrategias que los Estados y gobiernos democráticos activan<br />
para hacer frente a un pasado conflictivo. En Chile esta estrategia<br />
encontraba ya sus lineamientos en la elaboración de las bases programáticas<br />
en derechos humanos por parte de la Concertación, que contó<br />
con la contribución de las experiencias, saberes y valores de agentes<br />
comprometidos con la defensa de derechos humanos en dictadura.<br />
30 Para el detalle de las Bases Programáticas Político-Institucionales de la Concertación<br />
Democrática, ver: Bases Programáticas Político-Institucionales, Capítulo Derechos Humanos.<br />
Concertación de Partidos por la Democracia. Diario La Época 1989.<br />
31 En clave evaluativa, una agente clave del campo de derechos humanos en Chile ha<br />
señalado respecto a la contribución de activistas en la función pública que “me parece,<br />
sin embargo, que no bastaba con el “traslado” de las personas de las ONG al Estado, así<br />
como tampoco de su bagaje teórico y experiencial. Se requería “trasladar” al Estado la<br />
capacidad de gestión de las políticas que las ONG habían sido capaces de formular e<br />
implementar en condiciones muy adversas” (Lira, 2005:266).<br />
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