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Epitermales Mexico

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58<br />

Camprubí y Albinson<br />

1988; Camprubí et al., 2001a; Einaudi et al., 2003). En<br />

estos casos y en otros, incluyendo algunos campos geotérmicos<br />

actuales, esta componente ha sido demostrada<br />

mediante geoquímica de isótopos estables (Hayba et al.,<br />

1985), y se considera que la presencia de fluidos reducidos<br />

magmáticos ha ejercido un papel decisivo en la deposición<br />

mineral.<br />

13. Los depósitos epitermales en México<br />

13.1. Distribución espacial y temporal<br />

Como ya se ha señalado anteriormente, los depósitos<br />

epitermales conocidos hasta la fecha en México son de<br />

edad Terciaria (desde el Luteciano hasta el Aquitaniano;<br />

Camprubí et al., 2003b), y su distribución espacial coincide<br />

con la distribución espacial determinada por la evolución<br />

del vulcanismo de la Sierra Madre Occidental y de la Sierra<br />

Madre del Sur (ver Damon et al., 1981; Clark et al., 1982;<br />

Camprubí et al., 2003b). Según esto, la distribución de<br />

depósitos epitermales en México (Figura 17) puede definirse<br />

según tres rangos de edades principales (Camprubí<br />

et al., 2003b):<br />

1. Más antiguos de ~40 Ma: este rango está ejemplificado<br />

por los depósitos de Batopilas, Topia y La Caridad<br />

Antigua, aunque la edad absoluta más antigua reportada<br />

hasta el momento para depósitos epitermales en México (58<br />

Ma, correspondiente al Paleoceno) corresponde a los depósitos<br />

de El Barqueño, Jalisco (Camprubí et al., 2006). Este<br />

rango de edades se corresponde con la orogenia Larámide<br />

en el norte de México. Estos depósitos están localizados<br />

al este o al oeste de la Sierra Madre Occidental (e. g. Real<br />

de Ángeles), por lo que Staude y Barton (2001) sugieren<br />

que depósitos similares pueden estar cubiertos bajo la Serie<br />

Volcánica Superior de la Sierra Madre Occidental.<br />

2. Entre ~40 y ~27 Ma: la mayoría de depósitos epitermales<br />

de México se formó en este periodo, y se disponen<br />

según un cinturón NW-SE desde Chihuahua al Estado<br />

de México, a una distancia de hasta ~250 km de la costa<br />

Pacífica. Este intervalo de tiempo se corresponde con el<br />

primer episodio volcánico bimodal andesítico-riolítico de<br />

la Serie Volcánica Inferior de la Sierra Madre Occidental<br />

(Fredrickson, 1974; McDowell y Keizer, 1977). La Serie<br />

Volcánica Inferior está constituida, en gran medida, por<br />

andesitas que, en forma más local, exhiben centros de<br />

vulcanismo riolítico, donde generalmente se presentan<br />

yacimientos epitermales importantes, como San Dimas<br />

(Tayoltita) en Durango y Pánuco en Sinaloa. Albinson<br />

(1988) indicó un rango de tiempo preferencial entre 35 y<br />

30 Ma para la formación de depósitos epitermales en la<br />

parte central del Altiplano Mexicano, lo que se corresponde<br />

con el clímax del vulcanismo predominantemente de<br />

composición intermedia.<br />

3. Más recientes de ~23 Ma: estos depósitos se encuentran<br />

en la parte sur de la Sierra Madre Occidental, al norte<br />

de la Faja Volcánica Mexicana. Éstos definen una tendencia<br />

WNW-ESE, que se corresponde con el último episodio<br />

netamente ignimbrítico de la Sierra Madre Occidental,<br />

conocido como Serie Volcánica Superior (Fredrickson,<br />

1974; McDowell y Keizer, 1977; Ferrari et al., 2002). Esta<br />

tendencia coincide con un cambio en la orientación del<br />

arco volcánico, siguiendo la apertura de la nueva trinchera<br />

al sur de México (Ferrari et al., 1999). Sin embargo, hay<br />

evidencias cuanto menos de una distribución “bipolar”<br />

de estos depósitos, teniendo en cuenta que la presencia<br />

de Pachuca-Real del Monte, Hidalgo, e Ixtacamaxtitlán,<br />

Puebla, constituyen evidencia de la presencia de depósitos<br />

del Mioceno al este de la Faja Volcánica Mexicana (Tritlla<br />

et al., 2004).<br />

13.2. Tipos de depósitos epitermales en México<br />

En función de los contenidos relativos en metales<br />

(Ag/Au y metales nobles/metales básicos) y la salinidad<br />

aparente de las inclusiones fluidas, Albinson et al. (2001)<br />

distinguen entre depósitos epitermales de baja sulfuración<br />

de Zn-Pb-Ag, Ag-Zn-Pb, Ag+Au+Pb+Zn+Cu, Ag-Au, y<br />

Au-Ag o, más genéricamente, entre depósitos polimetálicos<br />

y depósitos de metales preciosos. A primera vista, estas dos<br />

categorías se corresponden grosso modo con los subtipos de<br />

SI y BS, respectivamente, según los criterios de Hedenquist<br />

et al. (2000), Einaudi et al. (2003), y Sillitoe y Hedenquist<br />

(2003). En detalle, la relación entre los dos tipos de depósitos<br />

es quizás más estrecha de lo que se ha sospechado<br />

y, como se verá subsecuentemente, numerosos depósitos<br />

exhiben una franca coexistencia entre ambos estilos de<br />

mineralización. Aunque Simmons (1991) utilizó los términos<br />

“heavy sulfi de” y “light sulfi de” en Fresnillo en otro<br />

sentido, éstos pueden usarse también como equivalentes<br />

a estilos de mineralización de IS y LS, respectivamente,<br />

por ser muy descriptivos y adaptables a los mismos. La<br />

distribución areal general de los depósitos epitermales en<br />

México (Figura 1) delineada por Camprubí et al. (1999)<br />

abarca los cinturones metalogenéticos de Pb-Zn-Ag y de<br />

Au-(Ag) delineados previamente por Clark et al. (1982),<br />

que tienen una distribución parcialmente coincidente pero<br />

diferenciada. Aunque, en efecto, puede apreciarse que los<br />

cinturones de depósitos con metales básicos predominantes<br />

se encuentran hacia la parte interior del margen continental,<br />

por otro lado es evidente que en las provincias metalogenéticas<br />

mexicanas de la Sierra Madre Occidental, la Mesa<br />

Central, y la Sierra Madre del Sur pueden encontrarse<br />

ejemplos de ambos tipos de depósitos.<br />

13.3. Relación con otras tipologías de depósitos<br />

Vínculos temporales y espaciales entre depósitos<br />

metalíferos en pórfidos y depositos epitermales han sido<br />

documentados en varias áreas del cinturón Circum-Pacífico,

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