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Entrevista<br />

uno<br />

“Quiero ser<br />

mejor escritora”<br />

POR Mónica Tracey<br />

Llegó a Buenos Aires cumpliendo una extensa<br />

gira de presentación de su última novela,<br />

Escrito en el agua. Puntual, discreta, reservada,<br />

PAULA HAWKINS no parece ser una persona<br />

que hace apenas dos años y medio vivió una<br />

transformación radical en su vida, luego del éxito<br />

mundial de La chica del tren, su primer libro, que<br />

se convirtió en uno de los más vendidos de los<br />

últimos tiempos, a partir de su primera edición<br />

en el Reino Unido en enero de 2015. También<br />

cambió de lugar en las entrevistas, no hace<br />

mucho era ella quien preguntaba, ejerciendo<br />

su ahora antigua profesión de periodista<br />

especializada en economía<br />

Nada soberbia, habla de sus fracasos, sus inseguridades, confiesa<br />

que su ambición es escribir mejor y no teme las miradas<br />

que podrían caer sobre ella cuando dice que el personaje<br />

que más se le parece es la protagonista de La chica del tren.<br />

En la novela, Rachel es insegura, inadecuada, acosadora de<br />

su ex y una testigo no fiable por su inestabilidad y por las<br />

lagunas de su memoria causadas en gran parte por el abuso<br />

del alcohol. Aunque Paula agrega que también se parece a<br />

Nell, de Escrito en el agua, por su dedicación al trabajo, que<br />

puede volverse obsesiva. Tan frágil y tan fuerte se muestra<br />

esta escritora que vendió más de 20 millones de ejemplares<br />

de su primer libro, que estuvo más de 85 semanas en las<br />

listas de los más vendidos, que fue publicada en 47 países y<br />

que, según la revista Forbes, está entre los autores que más<br />

dinero han ganado el año pasado, alcanzando los 11 millones<br />

de dólares. La versión cinematográfica de La chica del<br />

tren recaudó 25 millones de dólares durante el primer fin de<br />

semana de exhibición en los Estados Unidos.<br />

–¿Cómo se siente respecto de su última novela? Estoy<br />

muy entusiasmada, fue difícil escribirla, me tomó tres años,<br />

pero ahora está aquí y estoy muy interesada en ver cómo responden<br />

los lectores, cómo se relacionan con los personajes.<br />

–¿Siente que logró lo que buscaba en las dos novelas o<br />

tiene preferencia por alguna de ellas? Nunca siento que<br />

logré todo lo que buscaba, al terminar siempre pienso que<br />

podría haber hecho cosas diferente o mejor. Son libros muy<br />

distintos, este último es mucho más ambicioso, más complejo,<br />

estoy contenta con el resultado pero si volviera a él hay<br />

cosas que cambiaría.<br />

–¿Hay algún personaje con el que sienta mayor proximidad?<br />

En La chica del tren, Rachel es un personaje sobre<br />

el que pensé durante mucho tiempo, ella es muy cercana a mí<br />

en muchos aspectos, tiene algunas similitudes conmigo, no en<br />

todo, pero sí nos parecemos un poco. En Escrito en el agua hay<br />

cosas mías en varios personajes, en Jules, que es muy insegura,<br />

en Nel, que es muy dedicada a su trabajo, hasta obsesiva.<br />

–En las dos novelas hay una especie de trampa de los recuerdos,<br />

sobre la que se estructura la trama. ¿Hay algo<br />

en sus recuerdos que vivió o descubrió en algún momento<br />

como una trampa? Varias veces pensé que recordaba<br />

algo de mi infancia muy claramente y hablé con mi madre de<br />

alguno de esos recuerdos y me dijo: “no, no sucedió así”, o “vos<br />

ni siquiera estabas ahí ese día, solo viste una fotografía”. Es<br />

algo muy desconcertante, porque en esos casos yo estaba segura<br />

de recordarlo de cierta manera y descubrir que eso no es así<br />

es muy raro. En mi caso, estos engaños de la memoria no estaban<br />

referidos a cosas importantes, sino a situaciones pequeñas<br />

sin importancia. En esos casos realmente no es algo terrible,<br />

pero en mi última novela lo que estoy preguntando es qué pasa<br />

si eso que creés recordar de una manera es algo fundamental<br />

para tu personalidad, para tu vida, y después descubrís que no<br />

era verdad cuando ya es demasiado tarde.<br />

–Usted ha dicho que cree que todos podríamos comportarnos<br />

de maneras que ni siquiera podríamos concebir<br />

en nuestra vida cotidiana. ¿Se vio a sí misma, de este<br />

modo, en algún momento? ¿Haciendo qué, por ejemplo?<br />

Lo que dije es que nadie sabe cómo podría llegar a comportarse<br />

en situaciones extremas. Probablemente uno piense que<br />

no cualquiera puede cometer un asesinato, pero yo creo que<br />

tal vez sí, si se dan ciertas circunstancias. Si alguien ataca a una<br />

persona amada, por ejemplo. Y también esto se da en cosas<br />

buenas, como actos de heroísmo, de coraje o valentía, que, en<br />

situaciones normales, uno no sabe que podría llegar a realizar.<br />

Por suerte no he tenido ese tipo de situaciones extremas.<br />

–En alguna entrevista usted decía que los recuerdos de<br />

infancia forman la personalidad. ¿De qué manera los<br />

recuerdos de su infancia en Zimbabwe la convirtieron<br />

en quien es? Es difícil decir de cosas puntuales, porque<br />

yo creo que todas las experiencias que uno tiene durante su<br />

infancia o en la juventud temprana moldean la persona que<br />

uno va a ser. Hay aspectos de la vida de mi familia que me<br />

fueron conformando, el tipo de vida que teníamos, que yo<br />

recuerdo con felicidad, es muy importante, por ejemplo, la<br />

ética en mi trabajo viene de mi padre, mi conciencia política<br />

viene de haber vivido en una sociedad muy dividida y conflictiva.<br />

Yo aprendí eso desde muy chica. Creo que todo va<br />

dando forma a la personalidad.<br />

–Usted nació en Zimbabwe y vivió allí hasta los diecisiete<br />

años, cuando se fue a Inglaterra a estudiar.<br />

Luego volvió a visitar a su familia, pero, después, pasó<br />

muchos años sin regresar, hasta el año pasado. Sí, volví<br />

el año pasado, por unos pocos días. Era la primera vez en<br />

dieciocho años. Obviamente el país cambió mucho, fue una<br />

experiencia un poco difícil, pero a la vez muy gratificante.<br />

–Su familia sigue allí. Sí, mis padres y mi hermano están en<br />

Zimbabwe.<br />

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