El tamaño importa
El libro consta de algunos relatos cortos de diversa contextura; desde el humor de “La guerra de los Tamaños” hasta las reflexiones de Neshamanú sobre la condición actual del ser humano, pasando por momentos de expectativa, frustración y final feliz del relato “El No. 10”. El lenguaje es llano; son relatos bien contados sin palabras que sobren o que falten. En mi opinión, el relato corto, o cuento, es la narración de un momento vital y las circunstancias que lo rodean, a diferencia de la novela que, también en mi opinión es el relato de varios momentos vitales en el marco de una idea central.
El libro consta de algunos relatos cortos de diversa contextura; desde el humor de “La guerra de los Tamaños” hasta las reflexiones de Neshamanú sobre la condición actual del ser humano, pasando por momentos de expectativa, frustración y final feliz del relato “El No. 10”. El lenguaje es llano; son relatos bien contados sin palabras que sobren o que falten. En mi opinión, el relato corto, o cuento, es la narración de un momento vital y las circunstancias que lo rodean, a diferencia de la novela que, también en mi opinión es el relato de varios momentos vitales en el marco de una idea central.
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competidores habían sido convocados, luego que su espíritu<br />
deportivo se viera motivado con un cheque de<br />
cuatro dígitos aparte de hotel, viáticos y comida.<br />
–¿Podían ellos, los mejores, medirse con la perfección<br />
hecha puntería del Indio Gillet?... ¿podían ganarle<br />
al gran lama de “Los Andes”, aquél que se entrenaba<br />
afilando el pico de inmensos cóndores en pleno vuelo?<br />
¿Podían?<br />
Los dardos empezaron a trazar sus curvas, sucesiones<br />
de tiempo sin espacio, y a cimbrear en el blanco. <strong>El</strong> invitado<br />
de honor estaba sentado un poco a la derecha<br />
de las trayectorias. Los mejores lanzaron. <strong>El</strong> mejor<br />
quedó. Tres dardos se desprendieron de su mano para<br />
aparecer en el blanco donde centripetaban un sistema<br />
solar liliputense hecho de colores. Tres dardos. Tres<br />
segundos. Tres blancos… ¿podía el Indio Gillette traído<br />
desde la Puerta, detrás de la que se esconde el sol,<br />
igualar la proeza?<br />
La primera gillette gimió cósmicamente al igualar la velocidad<br />
de la mirada y prenderse del milimétrico centro<br />
de gravedad del blanco; la segunda pareció surgir<br />
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