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After - Anna Todd

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—Sí, no es para tanto. —Parece algo cohibido. Estoy segura de que no está<br />

acostumbrado a hacerle favores a nadie.<br />

—Vaya, gracias. En serio. Necesito conseguir un trabajo o un contrato de<br />

prácticas pronto, y eso sería un sueño hecho realidad —exclamo uniendo las manos<br />

con entusiasmo.<br />

Se ríe y sacude la cabeza.<br />

—De nada.<br />

Nos detenemos en un pequeño aparcamiento al lado de un viejo edificio de<br />

ladrillo.<br />

—La comida aquí es fantástica —dice, y sale del coche.<br />

Se dirige al maletero, lo abre… y saca otra camiseta negra lisa. Debe de tener<br />

millones de ellas. Estaba disfrutando tanto viendo su torso desnudo que había<br />

olvidado que en algún momento iba a tener que cubrírselo.<br />

Entramos y nos sentamos en el local vacío. Una anciana se acerca a la mesa y nos<br />

entrega los menús, pero él los rechaza y pide una hamburguesa con patatas y hace un<br />

gesto para indicarme que debería pedir lo mismo. Confío en su criterio y la pido, pero<br />

sin kétchup, claro.<br />

Mientras esperamos, le hablo a Hardin de mi infancia en Richland. Al ser inglés,<br />

no conoce el lugar. No se pierde gran cosa; es un sitio pequeño, donde todo el mundo<br />

hace las mismas cosas y nadie se marcha nunca. Nadie excepto yo: jamás volveré allí.<br />

Él no me cuenta demasiado sobre su pasado, pero espero que algún día lo haga.<br />

Parece tener mucha curiosidad por saber cómo era mi vida cuando era pequeña, y<br />

frunce el ceño cuando le hablo sobre el problema de mi padre con la bebida. Ya se lo<br />

había mencionado, cuando discutimos, pero esta vez entro en detalles.<br />

Durante una pausa en la conversación, la camarera aparece con nuestra comida,<br />

que tiene un aspecto delicioso.<br />

—Está buena, ¿eh? —pregunta Hardin cuando doy el primer bocado.<br />

Asiento y me limpio la boca. Está exquisita, y ambos dejamos los platos vacíos.<br />

Creo que no había tenido tanto apetito en mi vida.<br />

El trayecto de regreso a la residencia transcurre de manera tranquila mientras sus<br />

largos dedos me acarician la pierna trazando suaves círculos. Cuando veo el cartel<br />

con las siglas «WCU» de la Universidad de Washington Central al llegar al<br />

aparcamiento del campus siento una ligera tristeza.<br />

—¿Lo has pasado bien? —le pregunto.<br />

Me siento mucho más cerca de él ahora que hace un rato. Puede ser un auténtico<br />

encanto cuando se lo propone.<br />

—La verdad es que sí. —Parece sorprendido—. Oye, te acompañaría a tu cuarto,<br />

pero no tengo energías para soportar el interrogatorio de Steph… —Sonríe y se<br />

vuelve hacia mí.<br />

www.lectulandia.com - Página 101

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