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After - Anna Todd

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espiración vuelva a la normalidad. Mi cuerpo nunca había sentido semejante<br />

descarga de energía, y nunca había estado tan relajada como ahora.<br />

—Te daré un minuto para que te recuperes —dice riendo para sus adentros, y se<br />

aparta de mí.<br />

Arrugo la frente. Quiero que se quede cerca, pero soy incapaz de articular una<br />

palabra. Después de los mejores minutos de mi vida, me incorporo y miro a Hardin.<br />

Ya se ha puesto los vaqueros y las botas.<br />

—¿Ya nos vamos? —digo con timidez.<br />

Había dado por hecho que él también querría que yo lo tocara. Aunque no sé qué<br />

tengo que hacer, él podría explicármelo.<br />

—Sí, ¿querías quedarte más rato?<br />

—Es que pensaba… No sé. Creía que tal vez tú querías algo… —No sé muy bien<br />

cómo expresarlo, pero por suerte él lo capta.<br />

—Ah, no. Estoy bien, por ahora —dice, y me regala una leve sonrisa.<br />

¿Va a ponerse borde otra vez? Espero que no, no después de esto. Acabo de<br />

compartir con él la experiencia más íntima de mi vida. No seré capaz de superarlo si<br />

vuelve a tratarme mal. Ha dicho «por ahora». ¿Significa eso que quiere que le haga<br />

algo más tarde? Ya estoy arrepintiéndome de esto. Me pongo la ropa sobre la ropa<br />

interior mojada y paso por alto la suave humedad entre mis piernas. Hardin recoge su<br />

camiseta empapada y me la pasa.<br />

Al ver mi expresión de confusión, me dice que me «limpie», y señala con la<br />

mirada la zona donde se unen mis muslos.<br />

Ah. Me desabrocho los pantalones, y él no se molesta en volverse mientras me<br />

paso la camiseta por mi parte más sensible. No se me escapa el modo en que se lame<br />

ligeramente el labio inferior mientras me observa. Se saca el móvil del bolsillo de los<br />

vaqueros y desliza el pulgar por la pantalla varias veces. Termino de hacer lo que me<br />

ha aconsejado y le devuelvo la camiseta. Cuando me pongo los zapatos, el ambiente<br />

entre nosotros ha pasado de ser apasionado a ser frío y distante, y desearía estar lo<br />

más lejos posible de él.<br />

Espero que me diga algo de camino al coche, pero no abre la boca. En mi mente<br />

empiezo a vislumbrar la peor de las situaciones que pueden darse después. Me abre la<br />

puerta y asiento a modo de agradecimiento.<br />

—¿Te pasa algo? —me pregunta mientras conduce de vuelta por la carretera de<br />

gravilla.<br />

—No lo sé. ¿Por qué estás tan raro ahora? —le pregunto, aunque temo su<br />

respuesta y no puedo mirarlo directamente a los ojos.<br />

—Yo no estoy raro, la que está rara eres tú.<br />

—No, no me has dicho nada desde…, bueno, ya sabes.<br />

—Desde que te he provocado tu primer orgasmo.<br />

Me quedo boquiabierta y me pongo colorada al instante. «¿Por qué me sigue<br />

sorprendiendo su sucio lenguaje?»<br />

www.lectulandia.com - Página 98

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