22.05.2018 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CAPÍTULO 18<br />

Encontramos la habitación, pero por desgracia una de las camas está ocupada por un<br />

tipo que ronca durmiendo la mona.<br />

—¡Al menos la otra cama está libre! —exclama Zed, y se echa a reír—. Yo voy a<br />

volver andando a casa; si te apetece venir… Tengo un sofá en el que puedes dormir<br />

—añade.<br />

A través de mi estado de confusión, intento pensar con claridad por un segundo y<br />

llego a la conclusión de que Zed, como Hardin, se enrolla con muchas chicas<br />

diferentes. Si accedo a esto, puede que lo interprete como que me estoy ofreciendo a<br />

besarlo. Y estoy segura de que, con lo atractivo que es Zed, no debe de resultarle<br />

difícil conseguir que las chicas hagan algo más que eso.<br />

—Creo que voy a quedarme aquí por si vuelve Steph —contesto.<br />

Su rostro refleja una ligera decepción, pero me ofrece una sonrisa comprensiva.<br />

Me dice que tenga cuidado y me da un abrazo de despedida. Cierra la puerta al<br />

marcharse y yo cierro el pestillo. Nunca se sabe quién puede entrar. Observo al<br />

roncador comatoso y estoy convencida de que tardará un buen rato en despertarse. El<br />

cansancio que sentía abajo ha desaparecido por alguna extraña razón, y ahora no paro<br />

de pensar en Hardin y en su comentario acerca del hecho de que Noah todavía no se<br />

ha acostado conmigo. Puede que a él le resulte extraño, porque se acuesta con una<br />

chica distinta cada fin de semana, pero Noah es un caballero. No necesitamos<br />

practicar sexo, nos divertimos juntos haciendo otras cosas como…, bueno…, vamos<br />

al cine y a pasear.<br />

Con eso en mente, me tumbo, pero pronto me encuentro mirando al techo,<br />

contando los paneles en un intento de dormirme. De vez en cuando, el tipo ebrio da<br />

media vuelta en la otra cama, pero finalmente mis ojos se cierran y empiezo a<br />

quedarme dormida.<br />

—No te había visto nunca por aquí —balbucea una voz grave en mi oreja.<br />

Doy un brinco y su cabeza me golpea en la barbilla, lo que provoca que me<br />

muerda la lengua. Tiene la mano apoyada sobre la cama, a tan sólo unos centímetros<br />

de mis muslos. Su respiración es pesada, y huele a vómito y a alcohol.<br />

—¿Cómo te llamas, encanto? —exhala, y a mí me dan arcadas.<br />

Levanto un brazo para empujarlo y alejarlo de mí, pero no funciona.<br />

Él se echa a reír.<br />

www.lectulandia.com - Página 57

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!