01.02.2019 Views

EL TULIPAN NEGRO

En 1672 el pueblo holandés rechaza la república de los hermanos Johan y Cornelio de Witt para restablecer el estatuderato y entregárselo a Guillermo III de Orange-Nassau. Indiferente a los vaivenes políticos, el ahijado de Cornelio de Witt, Cornelio van Baerle, solo piensa en lograr un tulipán negro, por el que la Sociedad Hortícola de Haarlem ha ofrecido una recompensa de 100.000 florines, dentro del ámbito de la tulipomanía que se extendió en aquella época. Sus planes serán truncados por la acusación de traición que pesa contra él y por los planes de un vecino envidioso, que conseguirán que ingrese en prisión. Sin embargo, el amor de la bella Rosa, hija de un carcelero, logrará que finalice sus propósitos.

En 1672 el pueblo holandés rechaza la república de los hermanos Johan y Cornelio de Witt para restablecer el estatuderato y entregárselo a Guillermo III de Orange-Nassau. Indiferente a los vaivenes políticos, el ahijado de Cornelio de Witt, Cornelio van Baerle, solo piensa en lograr un tulipán negro, por el que la Sociedad Hortícola de Haarlem ha ofrecido una recompensa de 100.000 florines, dentro del ámbito de la tulipomanía que se extendió en aquella época. Sus planes serán truncados por la acusación de traición que pesa contra él y por los planes de un vecino envidioso, que conseguirán que ingrese en prisión. Sin embargo, el amor de la bella Rosa, hija de un carcelero, logrará que finalice sus propósitos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El Tulipán Negro<br />

-¡Bah! -exclamó Jacob-. ¿Por qué?<br />

-Ya no bebe, ya no come, no se levanta... -explicó Gryphus-. Como el señor Grotius, saldrá de aquí<br />

en un cofre, sólo que ese cofre será un ataúd.<br />

Rosa se puso pálida como la muerte.<br />

«¡Oh! -murmuró para sí-. Ya comprendo; está inquieto por su tulipán.»<br />

Y levantándose completamente deprimida, entró en su habitación, donde cogió pluma y papel, y<br />

durante toda la noche se ejercitó en trazar unas letras.<br />

Al día siguiente, al levantarse para arrastrarse hasta la ventana, Cornelius percibió un papel que<br />

habían deslizado por la noche bajo la puerta de su calabozo.<br />

Se lanzó sobre el papel, lo abrió, y leyó, con una escritura que apenas pudo reconocer como<br />

perteneciente a Rosa, de tanto como había mejorado durante aque lla ausencia de siete días:<br />

Estad tranquilo, vuestro tulipán se porta bien.<br />

Aunque aquella pequeña frase de Rosa calmara una parte de los dolores de Cornelius, no fue por ello<br />

menos sensible a la ironía. Así pues, era realmente eso, Rosa no estaba enferma en absoluto, Rosa<br />

estaba herida; no era por la fuerza por lo que Rosa no venía, sino que había permanecido<br />

voluntariamente alejada de Cornelius.<br />

Así pues, Rosa libre, Rosa hallaba en su voluntad la fuerza de no venir a ver al que se moría de pena<br />

por no haberla visto.<br />

Cornelius tenía papel y un lápiz que le había traído Rosa. Comprendió que la joven esperaba una<br />

respuesta, pero que no vendría a buscar esta respuesta hasta la noche. En consecuencia, escribió sobre<br />

un papel parecido al que había recibido:<br />

No es la inquietud que me causa el tulipán lo que me pone enfermo; es la pena que experimento por<br />

no veros.<br />

Luego, una vez que Gryphus hubo salido, y llegada la noche, deslizó el papel bajo la puerta y<br />

escuchó.<br />

Pero, por mucha atención que puso, no oyó ni el paso ni el rozamiento de la ropa de la hija del<br />

carcelero.<br />

No oyó más que una voz débil como un suspiro, y dulce como una caricia, que le lanzaba por el<br />

postigo estas dos palabras:<br />

-Hasta mañana.<br />

Mañana... era el octavo día.<br />

Durante ocho días, Cornelius y Rosa no se habían visto.<br />

81

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!