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y cobran una cantidad significativamente
menor.
Desde 2010, al menos 22 personas
murieron en ascensores de pasajeros
y fosos en la ciudad, y hubo cerca de
500 accidentes, 48 de los cuales causaron
lesiones graves, según el DOB
(Departamento de Ascensores).
Mientras casi la mitad de estos accidentes
involucraron pasajeros, la
mayoría de los muertos fueron mecánicos
de ascensores. En la mayoría
de los estados, la ley exige la capacitación
y la concesión de licencias
para mecánicos de ascensores, pero
no existe tal regla en Nueva York,
que tiene más ascensores que Chicago
y Los Ángeles juntos.
Los legisladores en Albany han sido
presionados para que se establezca
una regulación estatal que requiera
que todos los mecánicos de ascensores
cuenten con la licencia de un
programa de capacitación acreditada,
un esfuerzo respaldado tanto por
empresas sindicalizadas como por
las que no lo están. Pero el lobby de
grupos de la industria inmobiliaria y
la oposición del ayuntamiento han
obstaculizado estos esfuerzos.
Las "únicas personas que parecen
preocuparse" por las licencias son
aquellas involucradas en la industria
de los ascensores, dijo la senadora del
estado de Nueva York Diane Savino,
una demócrata que ha patrocinado
la legislación bipartidista de licencias
de ascensores. "No es tan sexy como
la regulación de la renta", dijo.
Seis meses después de la muerte de
Modan, un investigador descubrió
que el freno del ascensor no estaba
funcionando correctamente. Sólo
podía contener la mitad del peso
que legalmente se exigía, y los mecánicos
de P&W habían realizado
una prueba anual en el elevador en
agosto de 2015, dos meses antes de
la muerte del muchacho, sin notar
un freno defectuoso.
El propietario del edificio, el Grupo
Rabsky, uno de los constructores
más prolíficos de la ciudad, no recibió
ninguna sanción inicial del DOB
y se le cobró U$S 1.500 sólo después
de que no corrigiera la violación dos
meses después. En otros 13 edificios,
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