Entrelíneas 114

CRÓNICA
Desde el punto de vista social, la profesional
señala que “en general, no hay juicios sociales
frente a embarazadas mayores de 40 años, pero
sí he visto que es la misma mujer que no se siente
cómoda con su situación”.
Hace algunas décadas que las mujeres atrasan
la maternidad. El rango de edad va “sobre
los 35 a 40 años”, manifiesta Cassisa. Los diversos
factores que involucran el que no quieran ser
madres dentro de los años en los que hay menos
consecuencias para ellas y el futuro bebé, abarca
desde lo económico hasta la educación. Los
cambios en cuanto a la vida de la mujer en la
sociedad, también es el motivo que da pie a los
embarazos tardíos.
Por un lado, Ximena Gutiérrez Rifo fue madre
a los 40 en el año 2007. Para ella, una de las
consecuencias más fuertes de su embarazo, fue
una psicosis mental y depresión postparto. Esto,
debido a que pasaron doce años del momento
en que tuvo a su primer hijo: “fue complicado
cuando quede embarazada, no lo podía creer”.
Además, manifiesta que su familia política y sanguínea
“me juzgaron por nuestra situación económica
y mi edad. Me sentí muy mal”. Entre
otras cosas, el doctor le contó de las posibles
enfermedades o efectos de la maternidad tardía:
“mi hijo pudo venir enfermo, con la boca abierta
o no controlar su salivación. Yo solo le pedía a
Dios que naciera sano”.
A diferencia de sus embarazos anteriores, a
Ximena le programaron una cesárea. Esto, con
el propósito de paliar las complicaciones de la
cefalea que sufría en ese tiempo. A partir de la
depresión postparto, ella sintió que no podía
criar a su primogénito. Sin embargo, el apoyo
de su familia fue fundamental: “ a veces no tenía
la fuerza. Pero gracias a mi familia, quienes me
ayudaron a sobreponerme, pude criar a mi hijo
menor que ahora tiene 12 años”.
Por otro lado, Sahira Fuentes Méndez fue madre
a los 40 durante el 2006. Por el contrario a
Ximena, ella tuvo una buena experiencia con
su maternidad tardía: “Hicimos el tratamiento
en una clínica particular en Santiago”. También
hace énfasis que, en contraste con su primera
gestación, sí tuvo que examinarse de forma rigurosa:
“tuve más cuidados de lo normal en mi
embarazo a esa edad, porque me controlaban
cada quince días”. Esto, ya que debían asegurarse
de que no existieran las típicas enfermedades
que suelen afectar a los bebés cuando la mujer
está alrededor de los cuarenta. “Me hicieron dos
exámenes especiales, para ver si venía con algún
síndrome de down o malformación física”, dice
Sahira.
De todas maneras, al cuarto mes sufrió algunas
dificultades. Refiriéndose a ello, comenta que: “
Tuve un pequeño desprendimiento de placenta,
que nunca supieron por qué había pasado. Así
que estuve hospitalizada cinco días y grave, a lo
mejor perdería al bebé”. Después de un mes de
reposo absoluto, no hubo más problemas.
Aunque el juicio social por ser madre a esta
edad, igual estuvo un mínimo presente. No obstante,
agrega que: “No me importaron los prejuicios.
Yo luché mucho por quedar embarazada
y tener mi segundo hijo”, finaliza.
Los controles y cuidados son más meticulosos en mujeres embarazadas mayores de 40.
Fotografía: mejorconsalud.com
25