Revista de Comunidades Educativas 128

Comunidades educativas Reflexionemos
y compromisos que olvidamos abrazar-escuchando.
Las mismas veces que repetimos las cosas a los
demás, son las mismas que nos repiten a nosotros,
pero tal vez no nos hemos dado cuenta. Abrazar, con
la sábana del silencio mientras mi amigo, hermano,
hijo, padres hablan, es una de las mejores maneras
de donar amor. Y lo extraordinario de esto es que
en esa escucha, abrazamos también con la mirada;
alguna vez alguien me compartió esa frase de “En
tus ojos, como un día claro, se ve hasta siempre”,
¡Es tan bello, ver brillar los ojos del otro! eso solo se
logra cuando somos capaces de abrazar-escuchando
y dejando entrar a través de la ventana del alma.
LA FRESCURA DE LA SONRISA.
Dice una frase: “que nadie es tan pobre que no
pueda regalar una sonrisa”, y yo complementaría
diciendo: “y nadie es tan rico que no pueda tener
espacio para albergar tan valioso tesoro”. Así que
ésta sería otra manera de donar amor, que no nos
de pena soltar la carcajada; que no nos quedemos
imaginando lo que el otro pensará, si al ir caminando
le sonreímos a quien este frente a nosotros. Que
nuestras líneas de expresión, marcadas de tanto
reír, sean la mejor señal de lo mucho que hemos
donado amor, compartiendo la simpleza de una
sonrisa.
CONSOLAR AL QUE SUFRE.
Cuando escuchamos otras historias, hasta nos da
vergüenza pensar en la nuestra, bueno, al menos a
mí sí me ha pasado. Podemos llegar a pensar: “Y yo,
sufriendo por esta simpleza”. Consolar al que sufre
es un acto sublime de amor, es dejar que la empatía
se adueñe de nuestro ser y permitir que nuestro
corazón sensible sea capaz de donar las palabras,
el silencio, el acompañamiento que mi semejante
necesita. Consolar nos permite entender que todos
traemos nuestro propio costal cargando y que
juzgar a los demás, solo provocará que nuestro corazón
se vuelva insensible al dolor de mi igual, nos
perderemos de descubrir la grandeza de nuestra capacidad
de amar y entregar.
DEJAR QUE LOS NIÑOS VENGAN A MI.
Esta donación del amor, es mi preferida. Estamos
llamados a hacer lo más que se pueda por los niños,
La sonrisa se contagia, las carcajadas ni se diga; sucede
igual, tanto que al final, después de mucho reír,
no se recuerda cómo se empezó la sintonía de risas
y carcajadas, simplemente alguien “nos lo contagió”
y nos cambió el día.
EL TIEMPO.
“Nos ocupamos de lo urgente y desatendemos lo
importante”. Que hermoso es escuchar la respuesta
de – Sí, dígame – cuando alguien pregunta: -¿me regala
algo de su tiempo?, o cuando alguien dice: “me
di un poquito de tiempo para pasar a verte”. Donar
amor a través de dedicar el tiempo, es algo que parece
que cada día olvidamos más. En el Evangelio de
san Mateo 24:22, dice: “los días serán acortados”;
habrán muchas formas de entender esta parte del
Evangelio, pero yo lo remito a que vivimos tan de
prisa, que el tiempo se va en nada. Donar el amor
a través del tiempo invertido en las personas que
amamos o alguien que simplemente lo necesita de
nosotros, será sin lugar a dudas, “el tiempo mejor
invertido” y que a corto plazo, genera la cantidad
de intereses que jamás nos pudimos imaginar, nos
convierte en “Millonarios de la amistad”.
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