Vedanta-Advaita-Sesha-Abril-2015
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Este mediocre perceptor tiene miedo a morir; no sabe cual es la
causa de su nacimiento. Juega a ser inteligente intentando encerrar
todo lo que conoce en una ecuación matemática; sin embargo, al llegar
a casa, tantos conceptos inteligentes no le privan de no poder soportar
su soledad o su abatimiento por no llevar una vida feliz.
El sujeto, de pequeño quiere ser bombero; cuando crece suele
anhelar ser medico; mientras es maduro quisiera ser banquero; ya de
viejo hubiera deseado ser feliz. Nada lo calma; todo lo que conoce
le produce tan solo una momentánea felicidad. Cree en Dios, pues
supone que un ser superior sí debe poseer la paz que su naturaleza
humana no le provee.
El sujeto cambia a cada instante. Él no es más que la momentánea
agrupación de memoria que se cree dueña de la acción y del saber. De tal
modo, puede en un instante ser prodigo en cariño para, al siguiente, mirar
con desprecio a su congénere. El sujeto aguanta su mísera vida gracias a
que es fiel a un pensamiento, a una meta, a un anhelo; en todo caso, a un
especial tipo de información del cual en ese instante no es participe.
El sujeto es diestro en vivir otra vida que no es la suya, o criticar sin
saber que es lo que realmente pasa por el alma de aquél de quien habla
mal. El sujeto se esconde en la pobreza que otorgan la fuerza física o
la económica para poder vencer a los oponentes que no asumen un rol
de vida similar al suyo. También es capaz de matar mientras habla de
Dios, es capaz de torturar niños y de no respetar ancianos. No tiene
sentido de la prioridad; su alma esta enferma de desdicha y con ella
nutre la desdicha del prójimo. No sabe ser feliz por la felicidad ajena,
ni se gratifica con conquistas de otros.
¡Cuanto dolor se engendra el hombre por vivir de esta manera! ¿Acaso
no nota que tanta maldad finalmente incubará más dolor en su propia
vida? Cuantas lágrimas derramadas sin sentido, cuanta sangre humana
ha alimentado buitres en tantas guerras. El sujeto habla de paz si la guerra
esta cerca; habla de cultura biodinámica cuando su cuerpo esta enfermo;
habla de ecología cuando nota que el mundo no aguanta su depredación.
Sin embargo, ¡hay tantos sujetos que han ofrecido su vida y su
inteligencia al mundo, hay tantos poetas que nos hacen reír de amor y de
gracia, hay tantos niños que nos muestran la salud que provee su inocencia...!